Considerado como el peor caso de ese tipo en la historia de Cuba, la muerte de 26 pacientes en el hospital, mejor conocido como Mazorra, fue confirmada por el gobierno días después de que Sánchez lo hiciera público.

Por JUAN O. TAMAYO

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Los 26, la mayoría ancianos desnutridos, murieron entre la noche del 11 de enero y la mañana del 12, cuando las temperaturas cerca del hospital bajaron a 38.6 grados Farenheit.

Pero de los 14 pacientes de Mazorra en grave estado que fueron trasladados de emergencia al hospital Julio Trigo, 12 murieron en los días siguientes, afirmó Sánchez, que dirige la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.

Un número no determinado de pacientes de Mazorra que quedaron en estado delicado o en coma por la ola de frío fueron también trasladados al Hospital Nacional y el Hospital Clínico Quirúrgico, pero no se sabe cuántos de ellos pudieron haber muerto, agregó Sánchez.

"Para nosotros la cifra de muertos está por encima de 40, digamos entre 40 y 50'', aseguró Sánchez en una conversación telefónica desde La Habana.

Ha sido difícil obtener información sobre el caso después de que el gobierno confirmó las 26 muertes. La policía ha establecido un fuerte control alrededor de Mazorra y los empleados han sido advertidos de que no hagan comentarios, según Sánchez.

Pero desde las primeras muertes se ha notado una mejoría en las condiciones de los pacientes en Mazorra, agregó el activista, con mejores comidas, la entrega de ropas de abrigo y la rehabilitación del edificio, reemplazando ventanas y puertas rotas desde hace años.

Los medios noticiosos de Cuba tampoco han mencionado el caso otra vez desde entonces, a pesar de que el Ministerio de Salud prometió que "los principales responsables de estos hechos'' serían sometidos a los tribunales correspondientes.

La nota del ministerio mencionó entre las causas de las muertes la ola de frío y ‘‘factores de riesgo propio de los pacientes con enfermedades psiquiátricas''.

Pero vecinos del hospital dijeron que era notorio que trabajadores de Mazorra, con unos 2,500 pacientes, vendían parte de la comida que llegaba al hospital.