Los miembros del Partido Republicano anunciaron el fin de la coalición que apoya al Gobierno de la presidente brasileña. La crisis había comenzado en julio de 2011. La nueva oposición concentra el 8,64% de la Cámara Alta

La crisis entre la agrupación aliada y el gobierno se inició en julio del año pasado, cuando Rousseff destituyó al único representante del PR en su Gabinete, el ministro de Transportes, Alfredo Nascimento, salpicado por denuncias de corrupción.

La mandataria nombró para dirigir la cartera al viceministro Paulo Passos, quien había sido recomendado al gobierno por Nascimento, pero éste no está considerado por el derechista Partido Republicano (PR) como un representante del partido.

Desde ese entonces, el gobierno y el PR negocian la designación de un sustituto para Nascimento. El senador Blairo Maggi fue sugerido para el cargo, pero no hubo acuerdo y los senadores del PR decidieron dar por terminada su alianza con el Gobierno.

"Hoy estuve allá (en el palacio presidencial del Planalto). No había definición. Yo ya no quiero negociar, porque la cosa no avanza.  Por esto, decidimos salir del debate, y esto significa que nos  pasamos a la oposición", señaló Maggi.

El líder del PR en la Cámara Baja, Lincoln Portela, afirmó que los 43 diputados del partido mantendrán la posición "independiente" vigente desde el cese de Nascimento, pero no se convertirán en opositores del gobierno.

Sin embargo, dejó en claro la insatisfacción del partido: "Nuestras cuestiones con el Gobierno no tienen que ver con cargos, sino con la necesidad de diálogo".

La pérdida de apoyo de los senadores del PR, que tienen el 8,64 % de la Cámara Alta, agrava la crisis que enfrenta la presidenta de Brasil en sus relaciones con sus aliados de centroderecha, en especial con  el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal socio del Partido de los Trabajadores (PT).

En la semana pasada, una "rebelión" de los 18 representantes del PMDB en el Senado resultó en el rechazo del nombramiento del candidato de Rousseff para comandar la agencia reguladora del sector de transportes terrestres (ANTT).

La presidenta reaccionó este martes cambiando a los líderes del gobierno, tanto en la Cámara Baja como en el Senado, pero, según la prensa, esa medida agudizó la insatisfacción en sectores de los  partidos aliados.

A raíz de la pérdida de apoyo parlamentario, el Gobierno decidió aplazar a fecha indeterminada la votación en la Cámara Baja del nuevo Código Forestal, uno de los proyectos más polémicos que tramitan actualmente por el Poder Legislativo.