Cartagena -- Cuba no fue invitada a la Cumbre hemisférica que se inauguró el sábado en esta ciudad colonial del Caribe, pero el país comunista fue una sombra que se cernió sobre la reunión de 31 líderes de las Américas, algunos de los cuales fracasaron en un esfuerzo de 11 horas por invitar a la isla.

Calificando de anacrónico el embargo de EEUU a Cuba, el presidente colombiano Juan Manuel Santos indicó que esta debía ser la última de las cumbres regionales sin Cuba. Como se esperaba, hizo además un llamado a la región para comenzar un análisis objetivo de la política contra las drogas y buscar alternativas.

Ambos fueron temas incómodos para el presidente Barack Obama.

Sobre la isla, Santos pronunció un discurso de apertura en la reunión de dos días haciendo un llamado al diálogo.

“El aislamiento, embargo, indiferencia y hacerse de la vista gorda han mostrado su ineficacia”, afirmó Santos en medio de un resonante aplauso. “Son anacronismos que nos mantienen anclados en la época de la Guerra Fría”.

Futuras cumbres sin Cuba, dijo, serían “inaceptables”. El presidente de Colombia es considerado como moderado y entre uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en la región.

“No podemos ser indiferentes a un proceso de cambio interno en Cuba’’, afirmó Santos.

Estados Unidos y Canadá se mantuvieron firmes en su oposición a la asistencia de Cuba, diciendo que el mecanismo de la Cumbre estaba reservado para naciones democráticas, y que Cuba no cumplía con ese estándar. Otras naciones latinoamericanas afirman que Cuba debería ser atraída hacia la democracia mediante su inclusión en esas reuniones, en lugar de ser excluida.

Las negociaciones previas a la Cumbre entre los ministros de Relaciones Exteriores concluyeron con que Estados Unidos y Canadá bloquearon una cláusula en el borrador de la declaración de los presidentes que llamaba a la inclusión de Cuba en futuras cumbres. El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Héctor Timerman, anunció que se había hecho el viernes una propuesta de extender una invitación de último minuto al gobernante cubano Raúl Castro, pero no se logró el consenso sobre la propuesta.

Obama, en su intervención en una reunión de líderes de negocios paralela a la Cumbre, no mencionó el tema de Cuba pero dijo que los medios de prensa estaban “atrapados en un bucle temporal” y centrados en controversias que “se remontan a una época antes de que yo naciera”.

Pero la controversia sigue viva.

El presidente de Ecuador, Rafael, Correa había anunciado con anterioridad que no asistiría a la cita, en un acto de protesta por la exclusión de Cuba. El presidente venezolano Hugo Chávez tampoco asistió, diciendo que los médicos cubanos que están tratando su cáncer lo habían llamado de nuevo a La Habana para darle radioterapia. El de Nicaragua, Daniel Ortega, a quien se esperaba, simplemente no acudió.

El senador republicano Marco Rubio, quien estaba en Cartagena en su primera visita a Colombia, afirmó que respetaba las opiniones de los líderes latinoamericanos sobre Cuba, pero que no estaba de acuerdo.

“No sé cómo podemos participar en foros de democracia con una dictadura a la mesa”, comentó Rubio. “Yo no entiendo qué papel pueden jugar ellos en una reunión regional de democracias”.

En la Cumbre, Santos hizo además un pedido formal a la región para que reconsideren la política actual sobre las drogas, un tema que había sido puesto originalmente sobre el tapete por el presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, quien había llamado a la legalización del narcotráfico como respuesta a la escalada de violencia relacionada con ese flagelo.

“Colombia y muchos otros países de la región creen necesario comenzar una discusión a profundidad sobre este tema sin prejuicios ni dogmas, que considere las distintas situaciones y las alternativas posibles para enfrentar este reto con efectividad”, indicó Santos.

“Tenemos que reconocer que, a pesar de todos los esfuerzos, el negocio ilegal de las drogas sigue prosperando, la drogadicción es un serio problema para la salud pública y el narcotráfico sigue siendo la fuente principal de financiamiento para la violencia y el terrorismo”, añadió.

Los principales grupos rebeldes y paramilitares de Colombia están financiados por el narcotráfico.

Obama declaró que era “legítimo tener una conversación” sobre el tema, pero agregó que no cree en la legalización. “Mi opinión personal, y la de mi administración, es que la legalización no es la respuesta”.

Argentina estaba buscando una declaración de los líderes de la Cumbre en apoyo a su reclamo de las Islas Malvinas, que perdieron luego de una breve pero sangrienta guerra con Gran Bretaña hace 30 años.

Por otra parte, el director de Seguridad Ciudadana de Colombia, Rodolfo Palomino, declaró a la estación radial RCN que habían ocurrido dos pequeñas explosiones en Cartagena después de la llegada de Obama el viernes. Un estallido ocurrió cerca de la terminal de ómnibus, y la otra cerca de un supermercado. No se reportaron lesiones o daños en ninguno de los dos incidentes.

Otra explosión menor ocurrió el viernes por la noche en una zanja de drenaje en Bogotá, cerca de la embajada de EEUU, informó Palomino. Tampoco se reportaron lesiones o daños, subrayó.

Jim Wyss, periodista de The Miami Herald, contribuyó a este reportaje desde Bogotá, Colombia.