Presupuestos del Estado cubano: quita mucho y da poco |
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Domingo, 12 de Febrero de 2023 16:11 |

Por RAFAELA CRUZ.-
"El Estado no es manco ni puede serlo. Tiene dos manos, una para recibir y otra para dar; dicho de otro modo, la mano ruda y la mano dulce. La actividad de la segunda está necesariamente subordinada a la actividad de la primera… cuanto más blanda es la mano que da, más dura es la mano que quita".
Explicaba así Frederic Bastiat la naturaleza dual del Estado, que se plasma anualmente en unos presupuestos generales que, siempre y en todas partes, son una redistribución compulsiva y violenta de la renta nacional.
El pasado diciembre, el Ministerio de Finanzas y Precios presentó ante la Asamblea Nacional el presupuesto de 2023 y, como siempre, se centró en la "mano dulce" —programas sociales, servicios públicos, subvenciones, gratuidades—, sin apenas referirse a la "mano ruda", más que para advertirle a los empresarios privados que viene una "transformación urgente en los sistemas de control en el cumplimiento tributario que, junto con medidas regulatorias para captar mayores ingresos, genere un crecimiento en la recaudación".
Lo extraño es que los ingresos tributarios del Estado son de las pocas cosas que en Cuba se cumplen, ¡y al 102%! En referencia al PIB, estos ingresos superan en más del 15% la media latinoamericana y en un 4% la de los países desarrollados aglutinado en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). ¿Es realmente necesario transformar ese sistema que funciona tan bien?... si por bien entendemos el modo en que exprime a contribuyentes y obreros.
Al Gobierno le sale políticamente rentable azuzar la rivalidad entre trabajadores estatales y privados para mostrarse preocupado por el pueblo, justificando su "mano ruda", la de quitar, centrándola públicamente sobre los privados, a sabiendas de que la población los percibe como más ricos, mientras a quienes más le quita, a quienes más exprime realmente, es a los trabajadores estatales.
Y no, no es pagando salarios bajos que el castrismo esquilma al pueblo —el salario es consecuencia, no causa—, ese argumento conduciría a la desacreditada y errónea ley de la explotación marxista. El modo real en que el Gobierno cubano explota a los trabajadores es monopolizando los medios de producción y la ley.
La explotación a los trabajadores cubanos no está en los bajos salarios, sino en obligarles a vegetar en la improductiva empresa privada del Partido Comunista de Cuba (PCC) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en que han convertido a la nación. La improductividad es la razón del bajo salario, y a su vez es el efecto de la estructura económica castrista, diseñada no para generar bienestar, sino para sustentar estabilidad política mientras unos pocos se enriquecen.
Con explotación nos referimos a que el Estado extrae bastante más del pueblo de lo que le devuelve en forma de servicios y transferencias, ya que una porción muy importante de los recursos se usa para sostener el status quo —propaganda, represión, clientelismo, nepotismo—, algo que solo beneficia a la élite extractivista que controla el país.
Aun así, la ministra de Finanzas y Precios repite incansablemente que los cubanos son "presupuestos sociales", para enfatizar que este Gobierno destaca por ser de los que más recursos destina a las necesidades del pueblo, lo que se supone demuestra su vocación socialista y justa.
Y aunque en términos porcentuales sea cierto que el castrismo dedica mucho a educación, salud, seguridad social, cultura y deporte —¡tanto como el 72% del gasto total!—, esto solo significa que el presupuesto cubano es tan exiguo debido a la improductividad sistémica, que el mínimo indispensable requerido para sostener los decadentes sistemas de salud y educación castrista, más las pensiones irrisorias que paga el Gobierno, pesan mucho con respecto al total presupuestado. En términos reales, Cuba no está entre los países que más dinero destina a educación, salud y seguridad social.
Por ejemplo, la Isla reserva anualmente algo más del 10% de su PIB a salud, muy cercano a lo que gasta el "neoliberal" Chile, con la diferencia de que el PIB chileno es más del triple del cubano y se reparte entre menos del doble de habitantes, con lo que toca a bastante más dinero por persona, por muy grande que sea la desigualdad en aquel país.
El Estado cubano realmente gasta muy poco en sanidad, lo que se nota en la escasez de medicamentos, en la infraestructura que se desploma junto a los índices de salud, y en que para retener a los médicos, como no les paga, les impide viajar o emigrar libremente, mucho menos les permite ejercer su profesión de manera privada.
La mano ruda del castrismo, más que dinero, le saca al pueblo libertad, oportunidades, autonomía y dignidad; por ello, la mano blanda tiene tan poco para distribuir. Lo que se vendió como la utopía de un sistema más justo y humano, se ha convertido en una pesadilla de la que muchos despiertan en manos de un coyote, en una balsa que hace aguas o, más recientemente, "quemando" el WhatsApp de algún potencial patrocinador en Estados Unidos.
DIARIO DE CUBA |
Última actualización el Miércoles, 22 de Febrero de 2023 13:51 |
Cuando la Madre Patria es Madre realmente |
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Escrito por Indicado en la materia
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Sábado, 18 de Febrero de 2023 17:10 |

Por CARLOS ALBERTO MONTANER.-
Hay una manera retórica de referirse a España: "la madre patria". Pero a veces eso encaja en la realidad y se dice sin hipocresía. Especialmente, cuando entraña algún sacrificio y se ha pagado cierto precio. El Gobierno socialista de España, contrariando a sus minoritarios socios en la coalición con Podemos, los comunistas, les ha ofrecido la ciudadanía a 222 opositores nicaragüenses. Los camaradas están que trinan.
Eso está muy bien. La oferta la ha hecho José Manuel Albares, canciller español. Son 222 pasaportes de la Unión Europea. Si la satrapía formada por Ortega y Murillo, presidente y vice, además de esposos, pensaban dejar sin nacionalidad a los que osaban hacer política en Nicaragua, estaban minuciosamente equivocados. El pasaporte español les abre la puerta de 27 naciones. Además, pueden volar a muchos sitios sin recurrir a la visa previa.
Los venezolanos están asentados en el barrio de Salamanca en Madrid, un sitio que no conoce las crisis a juzgar por el alto precio del metro cuadrado. Hay, más o menos, 400.000 que se han asentado en el Reino de España. Hay cientos de emprendedores que se benefician de las franquicias o que las crean. Otros millares trabajan de dependientes en las tiendas que les sirven a los venezolanos. Si el aluvión de dominicanos, ecuatorianos y peruanos que llegaron antes -hay un millón y medio de hispanoamericanos radicados en España-, se caracterizaban por la pobreza, salvo excepciones, estos venezolanos, los ricos y los pobres, tienen en común las destrezas y la modernidad. Los cubanos, otra fuente sustancial de emigrantes, siempre vieron el destino español como un paso para su integración en Estados Unidos, a lo cual siempre han resultado funcionales las facilidades que les han dado a los cubanos.
Los cubanos, otra fuente sustancial de emigrantes, siempre vieron el destino español como un paso para su integración en Estados Unidos
España está enmendando numerosos errores. Les han ofrecido pasaportes a los descendientes de los sefardíes (no así los ingleses que expulsaron a los judíos en 1209, o los franceses en 1306). En fecha tan significativa como en 1492 resultaron expulsados de Castilla y Aragón, los reinos en que habían vivido cientos de años. Un siglo antes, en 1391, ocurrieron los pogromos populares en los que mataron a numerosos judíos y quemaron sus juderías.
Fue el caso del clásico balazo en el propio pie. Súbitamente, se secaron las inversiones y desaparecieron, casi en su totalidad, los consejos a los reyes de Castilla y Aragón por una comunidad tan distinguida. Se discute cuántos judíos resultaron afectados por los decretos de expulsión (fueron dos los edictos), pero del 31 de marzo al 31 de julio de 1492 fueron expulsadas, aparentemente, unas 100.000 personas, que debieron vender en ese lapso sus propiedades con grandes descuentos. Los Reyes Católicos, mientras enseñaban el español al Nuevo Mundo, un magnífico regalo que unificó varios cientos de lenguas y dialectos precolombinos y, sin advertirlo, creaban con la expulsión de los sefardíes una red comercial muy especial en el oriente del Mediterráneo.
La verdad, es que durante el franquismo se tomaron muy a pecho los estudiantes cubanos exiliados que vinieron a España a terminar sus carreras interrumpidas por el comunismo. Pero Franco murió a fines de 1975 y los cubanos exiliados tuvieron los mismos temores de los españoles: que se desataran todas las pasiones reprimidas desde 1939. No en balde, Cuba había estado vinculada fuertemente a España hasta 1898: la última de las colonias americanas que se logró emancipar. Sin embargo, lo que sucedió fue ejemplar e inesperado: una sorprendente transición pacífica a la democracia y a las libertades. Ciertos cubanos, dentro y fuera de la Isla, tomamos nota. Era totalmente posible romper con el comunismo sin que nos estallara en las manos el experimento. En todo caso, habría que esperar hasta que el comunismo implosionara, algo que ocurrió entre 1989 y 1991.
Tras la noticia de que el Caudillo había muerto, los sucesos comenzaron a acumularse. En 1976, Adolfo Suárez ya era jefe de Gobierno, y la oposición cubana dependía, dentro de la Isla, del diplomático español Jorge Orueta, y fuera, de Carlos Robles Piquer y de su cuñado, Manuel Fraga Iribarne, y de su buena disposición a presentar un cuento, El radarista del comandante Eloy Gutiérrez Menoyo, hispano-cubano, socialdemócrata y uno de los más importantes líderes de la revolución. Eloy tuvo que esperar en la más dura de las cárceles, en la que fue severamente torturado, hasta que gobernara Felipe González para ser liberado.
La verdad, es que durante el franquismo se tomaron muy a pecho los estudiantes cubanos exiliados que vinieron a España a terminar sus carreras interrumpidas por el comunismo
Felipe González, quien le franqueó la Moncloa a la oposición al castrismo y, al mismo tiempo, llamó al presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari y le pidió que escuchara a la oposición -lo que Fidel no le perdonó jamás- fue sustituido por José María Aznar tras unas elecciones ejemplares. Uno de los primeros éxitos diplomáticos de Aznar fue lograr una posición diplomática común en el tema cubano dentro de la Unión Europea. La propuesta de la "Posición Común" fue escrita, esencialmente, por Miguel Ángel Cortés en 1996, diputado y senador por Valladolid dentro del Partido Popular.
Los dos mandatos de Aznar se caracterizaron por una política muy clara en contra de Fidel Castro y Hugo Chávez. Lo que no impidió que Fidel lo llamara por teléfono para rogarle que intercediera por la vida de Chávez durante el golpe de abril del 2002, cosa que hizo el jefe del Gobierno de España. Lo que no resultó objeto de cambio alguno fue la Posición Común, que se mantuvo inalterable. Guillermo Gortazar, historiador y diputado de Alianza Popular, al frente de la Fundación Hispano-Cubana y la colección de Revista Hispano-Cubana, admirablemente curada por Grace Piney Roche, da buena cuenta de ello.
La Posición Común fue sostenida por las 15 naciones que entonces formaban parte de la UE (hoy son 27). Se mantuvo hasta que no fue posible sostenerla dentro del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. En junio de 2008, transcurridos apenas tres meses de las elecciones que le habían otorgado un segundo mandato, España cambió su voto. Aunque no pudo evitar el desprecio de La Habana por su insistencia en la salida de la cárcel del disidente Raúl Rivero (2005) y de su esposa Blanca, una señora legendaria por haber caminado, domingo tras domingo, con las Damas de Blanco" Acusaciones de las que se defendía Rodríguez Zapatero alegando que no le había concedido la ciudadanía a Rivero.
Eso fue antes, en la época de Zapatero. Ahora le toca el turno a los nicas y a Sánchez. A 222 personas les han concedido la ciudadanía de un plumazo. Eso es lo que hace una madre. Consuela y alienta a sus hijos a que no desmayen.
14 Y MEDIO |
Última actualización el Lunes, 20 de Febrero de 2023 20:50 |
El 'hombre nuevo' está acabando con Cuba |
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Escrito por Indicado en la materia
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Jueves, 16 de Febrero de 2023 21:03 |

Por ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES.-
"Cuando llevo trenes de pasajeros la gente duerme con los maletines amarrados en los pies o los brazos." Esto no lo contó el conductor de un tren asaltado por "cowboys malos" en un western de Hollywood. Lo narra un empleado ferroviario en la Cuba del "hombre nuevo", donde aumentan diariamente los asaltos y saqueos, de personas, tiendas, almacenes, trenes y ómnibus, atracos y salvajes asesinatos.
Se ha disparado el feminicidio. En los primeros 44 días de 2023 ya han sido asesinadas diez mujeres por sus maridos, novios, amantes, o pretendientes. En 2022 fueron 34 las mujeres asesinadas, según la plataforma independiente Alas Tensas.
Matar personas a mansalva para robarles un teléfono móvil, o un triciclo, y el asesinato de mujeres alcanzan niveles nunca vistos ni imaginados en Cuba. Dejan muy atrás a aquellos dramas del programa radial "El suceso del día" en la época prediluviana, en el que Joseíto Fernández cantaba su inmortal "Guantanamera" con estrofas que narraban la desgracia ocurrida.
Al grano. Quienes tenemos más edad recordamos las arengas del argentino Ernesto Guevara (le gustaba que le dijeran Che), y muchas veces también de su jefe Fidel Castro, sobre el "hombre nuevo" revolucionario que se estaba forjando en Cuba en la construcción del socialismo para llegar al comunismo.
¿Cómo? Trabajando durísimo, hasta diez y 12 horas diarias, echando el bofe en jornadas extenuantes de trabajo "voluntario" en la agricultura (cortando caña sobre todo), en la industria, la construcción; asistiendo a cursos ideológico-políticos y a movilizaciones militares con las milicias. En el Ejército Juvenil del Trabajo (disimulados campos de trabajo forzoso). En la escuela al campo, y en el campo; se separaron niños y adolescentes de sus padres para adoctrinarlos mejor.
El hombre nuevo debía estar dispuesto a sacrificarlo todo, incluso su familia, sin esperar remuneración alguna. Se suprimió lo de dar "estímulos materiales" (dinero), solamente "morales" (banderitas y galardones de "vanguardia") como premio a los más destacados en la emulación socialista, que Guevara y Fidel Castro afirmaban sustituía a la libre competencia capitalista.
Había que trabajar por pura conciencia y no por dinero, porque eso reducía el obrero a perrito del laboratorio de Pávlov, movido solo por estímulos materiales.
El Che nos dijo: "Así no se forja el hombre nuevo"
Y a propósito, hago aquí un paréntesis muy ilustrativo. A mediados de 1963 un grupo de jóvenes del Ministerio del Comercio Exterior (MINCEX) fuimos a un trabajo voluntario, a limpiar con machetes el marabú y la maleza en unos terrenos muy cercanos a la costa este de La Habana, que era un mar de piedras filosas (dienteperro). Aquello era un trabajo inútil, agrícolamente hablando.
También fueron jóvenes del Ministerio de Industrias y al frente de ellos el ministro, el "Che" Guevara. La jornada terminaba a las 11:30AM y a esa hora los del MINCEX nos sentamos a descansar, pues el Che seguía trabajando y decidimos esperar a que él terminara para irnos.
Al poco rato el comandante argentino-cubano dejó de machetear, vino directamente hacia nosotros y nos preguntó: "¿Qué tiempo llevan ustedes ahí sentados?". Le respondimos que nos habían dicho que el trabajo terminaba a las 11:30. Y nos reprochó: "Así no se forja el hombre nuevo, ojalá ustedes sean tan puntuales para entrar al trabajo como para salir". Y al ver que nosotros teníamos un solo camión nos dijo: "La próxima vez quiero ver que ustedes (los del MINCEX) traen tres camiones llenos".
Me consta que entre nosotros allí esa mañana nadie creía que era posible un hombre superior ideal. Y que aquello era un sueño del "Che". Algunos sabíamos que Marx nunca habló de eso. Y después supe que Lenin cuando algunos bolcheviques se lo sugirieron lo calificó de "tontería".
En síntesis, "El Carnicero de La Cabaña" copió la idea del "hombre superior" nazi, derivado del "superhombre" de Friedrich Nietzsche que Hitler le tomó prestado al nihilista y misántropo filósofo para crear el hombre nuevo nazi protagonista del nuevo orden fascista mundial que duraría 1.000 años.
Feminicidio, asesinatos, asaltos, saqueos, robos con fuerza
El supermán de Guevara incluía el agravante de que además debía ser "una fría máquina de matar", según postuló en su carta a la Conferencia Tricontinental.
Fue aquella la utopía más descocada y alejada de la realidad de todas las concebidas desde que Platón lanzó su República (propiedad comunal y no privada para mantener la igualdad), pues negaba como ninguna otra el axioma de que los seres humanos traen en su ADN individualismo, egoísmo ancestral, genético. Nacemos con virtudes, y defectos. El "Che" fue incapaz de entender (al igual que Marx, Lenin, Mao y Fidel) que sin propiedad privada no hay economía que funcione.
Chocó de lleno con Adam Smith, padre de la teoría económica moderna, quien explicó genialmente: "No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés…"
Aquellos soñados superhombres guevaristas hoy conforman un cóctel social nada edificante. Muchos mienten y fingen para no buscarse problemas con la dictadura, roban al Estado para sobrevivir o lucrar, trabajan lo menos posible pues lo que les pagan demasiado poco. Otros son ladrones y criminales.
Hoy el "hombre nuevo" está desconectado de la "revolución". El famoso "relevo histórico" (la juventud) grita en las calles "Abajo la dictadura" y "Libertad", como ocurrió el histórico 11J. Le dice "asesino" en su cara a Ramiro Valdés. Y emigra para vivir en el capitalismo.
Lo peor es la pérdida de valores, que explica el tsunami de violencia delincuencial, directamente proporcional a la crisis general del castrismo. Como dijo el poeta romano Virgilio, "el hambre es mala consejera". Pero no solo eso explica la violencia en Cuba. El régimen comunista se afinca en la violencia y el abuso, y de la mano del marxismo-leninismo-estalinismo genera pérdida de valores, falta de moral y ética, sinrazón y la arbitrariedad. Ya Marx en el primer tomo de El Capital sentenció: "La violencia es la partera de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva".
El proyecto guevarista parió una subcultura bárbara
Y el proyecto guevarista-fidelista parió una subcultura de corte bárbaro, o medieval. El 4 de febrero último la adolescente Leydi Bacallao, de 17 años, llegó corriendo a una estación de policía en Nuevitas y pidió protección, pero llegó su expareja, entró a la estación y delante de los policías la mató a machetazos sin que ninguno de ellos hiciera nada para impedirlo. El lunes 13 de febrero, en Jovellanos, hallaron debajo de una cama el cadáver de Mercedes Vasallo, asesinadas a puñaladas y un fuerte golpe en la cabeza.
Días antes, también en Nuevitas, Yudel López, de 41 años, fue descuartizado a machetazos para robarle un triciclo eléctrico; su cadáver fue cortado en pedazos y lanzado a un río. El 10 de febrero en Camagüey fue hallado el cadáver del taxista Guperto Cánovas, de 72 años, asesinado para robarle su automóvil. El 2 de febrero fue asaltado y asesinado en Jagüey Grande (Matanzas) el cubanoamericano Roberto Medina, presidente de la empresa privada Renova (venta de equipos tecnológicos, con 20 empleados).
A diario jóvenes encapuchados, o no, asuelan el país. Asaltan ómnibus y trenes, crece como bola de nieve el robo violento de vacas, caballos, cabras y cerdos, para comercializar su carne y otros usos. Solo en Sancti Spíritus en 2022 se robaron 5.000 caballos, y 24.000 de ellos desde 2017.
Robo hay en todas partes, podría decir un izquierdoso, pero eso no encaja en un país socialista "en revolución" que ha formado "hombres nuevos" que construyen la sociedad perfecta. ¿No?
Quién lo habría imaginado hace medio siglo. Esta marea de crímenes espeluznantes y delincuencia sin control la protagonizan expioneritos que juraban ser como el "Che". Son hoy "hombres nuevos" que erosionan los fundamentos mismos de la república que conocimos en vivo los más viejos hoy. Nutren un grado de ingobernabilidad que lleva de la mano a un Estado fallido.
DIARIO DE CUBA |
Última actualización el Lunes, 20 de Febrero de 2023 20:46 |
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Cuba en la encrucijada: ¿Revolución desde abajo o desde arriba? |
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Escrito por Indicado en la materia
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Sábado, 04 de Febrero de 2023 17:19 |

Por ARIEL HIDALGO.-
¿Qué está pasando hoy en Cuba? Para entender esto, es preciso recordar algunos conceptos. Una revolución, según la Academia de la Lengua, es un cambio radical, generalmente violento, de las estructuras de una sociedad. Según esa definición, esos cambios radicales terminaron a fines de los años 60, a partir de lo cual se instauró una dictadura totalitaria sobre las bases de un modelo económico de centralismo monopolista de Estado, lo cual no tiene nada que ver con el socialismo según el concepto original de esa palabra.
De acuerdo con lo anterior, una revolución puede ser favorable para un pueblo, pero también catastrófica, como lo fue la del 59 en Cuba y la "nacionalista" de Adolfo Hitler en Alemania. En la Inglaterra del siglo XVII hubo dos revoluciones: la conocida como Burguesa, que fue violenta y llevó a un período muy turbulento, y la llamada Gloriosa, que fue pacífica, promulgó la primera declaración de derechos humanos y dio a luz a un sistema muy estable que se ha extendido hasta el presente.
Ahora es preciso diferenciar revolución de lo que sería un proceso revolucionario, que no es lo mismo pero conduce a ella. Ese proceso comienza cuando un pueblo ha tomado conciencia de que el régimen bajo el cual vive debe ser cambiado y comienza a manifestarse multitudinariamente o por medio de un movimiento que lo representa, generalmente mediante un acto público trascendental. Aunque muchas veces ese acto termina en un fracaso, crea, sin embargo, un precedente que conduce luego a lo que sería ya el cambio radical, o sea, la revolución misma.
Estamos, pues, en este momento, en medio de un proceso revolucionario, y, por tanto, no muy lejos de que se produzca una nueva revolución
En el caso cubano, por ejemplo, el proceso revolucionario que condujo al triunfo del 59 comenzó con el asalto al Cuartel Moncada junto con el alegato La historia me absolverá, expuesto por Fidel Castro durante su juicio. En el caso de la Alemania nazi fue el intento de Hitler del golpe de Estado de Múnich encabezando al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, que fracasó y lo llevó a la cárcel, donde escribió su alegato, Mi Lucha. ¿No les parece todo muy parecido?
Algo semejante se produjo el 11 de julio del 2021 pero con notables diferencias: pacíficamente y con la participación de las capas más humildes del pueblo, con manifestaciones multitudinarias en decenas de ciudades del país, las cuales tomaron como himno, Patria y Vida, canción que luego ganaría dos Premio Grammy, y daría lugar a varias declaraciones de la sociedad civil cubana, dentro y fuera de la Isla. Los manifestantes, a pesar de haber actuado pacíficamente en la práctica de un derecho, fueron brutalmente reprimidos, y si hacemos un paralelo con lo ocurrido en Cuba en los años 50, veremos que, igualmente, fueron encarcelados, aunque sufriendo peores condiciones que las de los asaltantes del Moncada, pero los defensores de ambas dictaduras cantaron victoria creyendo que todo había terminado de manera favorable para ellos. Sin embargo, en los dos casos se iniciaron procesos revolucionarios.
Estamos, pues, en este momento, en medio de un proceso revolucionario, y, por tanto, no muy lejos de que se produzca una nueva revolución.
Veamos ahora la situación del poder. Tras aquel 11 de julio la dirigencia gubernamental tomó conciencia de que había llegado a un punto en que ya no era posible continuar con el modelo que había mantenido hasta entonces, un sistema económicamente insostenible que generaba periódicamente una crisis económico-social aguda, el mismo que había llevado a la implosión de la Unión Soviética y de todos los regímenes del llamado campo socialista de Europa.
Ese cambio radical podría ser una transición de privatizaciones, pero esta vez de forma pacífica, silenciosa y, por supuesto, desde el poder, procurando no perder el control
Anteriormente, cada vez que esa crisis aguda se presentaba, esa dirigencia, para aliviar la tensión social, reaccionaba con dos recursos salvadores: el éxodo masivo y las reformas económicas, entendiendo por reforma, no un cambio radical como sería una revolución, sino un cambio de forma, pero manteniendo siempre la esencia del sistema, todo lo más, algunas concesiones de libre mercado. Pero estos recursos eran solo temporales, que solo le servían para ganar tiempo, hasta encontrar un nuevo aliado externo que lo subvencionara, primero la Unión Soviética y después Venezuela. Esto es lo que ha estado haciendo también ahora, incluso con el éxodo más grande de toda su historia, lo cual le procura un respiro momentáneo, pero con la diferencia de que, esta vez no cuenta con dos factores que nunca le faltaron:
1-El mismo apoyo popular de antes, incluyendo a una gran parte de la población que, aunque desencantada, practicaba una doble moral.
2-Un nuevo aliado exterior a la vista, capaz de subsidiarlo permanentemente. Aunque Rusia podría ser ese aliado, es muy improbable que pueda cumplir con esa expectativa por hallarse inmersa en la guerra contra una Ucrania fortalecida por el apoyo de los países de Otan y la Unión Europea.
Esa dirigencia es consciente de todo esto. Por tanto, ¿qué puede hacer, entonces, si no quiere hundirse en el abismo? Pues ya no solo una reforma, sino cambios radicales, es decir, si otra revolución es inevitable, dicen, pues vamos a hacerla nosotros mismos. Ese cambio radical podría ser una transición de privatizaciones, pero esta vez de forma pacífica, silenciosa y, por supuesto, desde el poder, procurando no perder el control. El reportaje de Juan Diego Rodríguez y Olea Gallardo publicado en este medio, sobre privatizaciones del Gobierno cubano a favor de personas sin concurso alguno, refleja que ese proceso de transición pudiera haber comenzado, pero con la particularidad de que se asemeja a la vía rusa.
Esa complicidad generalizada de burócratas que hace que el sistema sea fallido por tantos "desvíos" y "faltantes" es el antecedente perfecto para lo que puede llegar a ser un sistema de mafia empresarial
En los primeros años de la década de los 90, tras un viaje a Rusia, que comenzaba a desmontar el modelo totalitario y centralizado, publiqué en El Nuevo Herald un artículo titulado La transición que los cubanos no debemos hacer. Lo que empezaba a producirse allí era la apropiación privada de todos los medios de producción por burócratas civiles y militares como nuevos capitalistas. Y era lo más lógico, pues en Rusia no había habido una oposición fuerte que pudiera dirigir la transición, como sí lo hubo en otros países de Europa del Este, como Polonia y Checoslovaquia. Además, la transición del modelo de centralismo monopolista de Estado que han dado en llamar "socialismo real" a un sistema de mafia empresarial era lo más consecuente, pues esa característica ya existía potencialmente en las relaciones de los empresarios de esa burocracia.
En el libro que me costó una condena de ocho años de cárcel, Cuba, el Estado Marxista y la Nueva Clase, escrito en 1980 siendo profesor de marxismo en un preuniversitario habanero, hablaba del tipo de relaciones establecidas entre los directores de empresas, "socios tácitos que practican un trueque tácito... Cuando un gerente desea adquirir una mercancía lucrativa para su disfrute personal que no está a su alcance directo, acude a sus relaciones con otro que sí puede 'resolverle' y le recuerda que él es su 'socio'", con lo cual le indica que puede devolverle el "favor". Esa complicidad generalizada de burócratas que hace que el sistema sea fallido por tantos "desvíos" y "faltantes" es el antecedente perfecto para lo que puede llegar a ser un sistema de mafia empresarial.
En agosto del pasado año publiqué en este medio La transición cubana y los planes de la mafia empresarial castrista, donde hablaba de tres posibles opciones y me inclinaba por una de ellas como la más probable, la de los planes mafioso-empresariales, y exhortaba a la sociedad civil "a unirse en una declaración consensuada en pro de una democratización del país, y promover los cambios estructurales desde abajo".
Ha llegado la hora de que los intelectuales cubanos de buena voluntad propongan, ante toda la sociedad, como contrapartida a esa opción de modelo de capitalismo mafioso, un programa económico único y consensuado
Los que crean que deliro, deben analizar bien: en Rusia no hubo nunca una manifestación como la del 11 de julio, ni un desarrollo del movimiento disidente como el de Cuba. Es más, excepto el de Polonia, no ha habido país alguno del campo socialista que haya tenido un movimiento más fuerte e irreductible que el de la disidencia cubana. Si no fuera así, la dirigencia cubana no estaría tan interesada en realizar los cambios radicales ni siquiera dirigida por ella misma. Pero el peligro está justamente en esto último, que desvíen el proceso de cambios necesarios por el camino de un putinismo caribeño.
Otros intelectuales cubanos han coincidido en alertar sobre ese peligro, como el economista Mauricio de Miranda Parrondo, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, quien se preguntaba: "¿Resulta deseable el modelo ruso para Cuba?" y se respondía que en Rusia "se ha producido una transición del socialismo burocrático a un capitalismo mafioso". Y añadía: "Los cambios económicos necesarios en la Isla son de un inmenso calado y naturaleza estructural, pero no tendrían los efectos positivos deseados de potenciar crecimiento y desarrollo con justicia social si no se impulsan desde instituciones y políticas democráticas".
Ha llegado la hora de que los intelectuales cubanos de buena voluntad propongan, ante toda la sociedad, como contrapartida a esa opción de modelo de capitalismo mafioso, un programa económico único y consensuado para una Cuba futura que garantice el desarrollo de nuestro país y la verdadera justicia social.
14 Y MEDIO |
Última actualización el Domingo, 12 de Febrero de 2023 17:10 |
Pablo Milanés: ¿Compartido? |
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Escrito por Indicado en la materia
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Miércoles, 30 de Noviembre de 2022 10:50 |

Por Jorge Hernández Fonseca.-
La historia de Pablo Milanés es en esencia la historia simbólica de una buena parte de los cubanos atrapados en la mal llamada “revolución cubana”. La ambivalencia de Pablo representa la ambivalencia de los cubanos, que unos antes, otros después y otros muy tarde, han sufrido, aceptado y luego rechazado el desastre nacional, llamado erróneamente revolución cubana, que en realidad ha sido una amarga y cruel involución hasta niveles insospechados de pobreza, desidia y amargura
Pablo Milanés: ¿Compartido?
Jorge Hernández Fonseca
29 de Noviembre de 2022
Pablo Milanés, con su muerte, ha pasado a la historia de la música cubana, a pesar de lo cual no hay consenso sobre su legado. Sus canciones, durante las múltiples crisis por las que ha atravesado nuestra Cuba oprimida en estos más de sesenta años, pudieran catalogarse de “comprometidas con la dictadura”, haciendo una música propagandística de mucho calado en Latinoamérica, responsable de una visión “humana” que la revolución cubana no tiene.
Sin embargo, su música estrictamente romántica, también de mucho calado, es hermosa, poética y entrañable, lo que sin dudas proporciona el pie forzado ideal a la polémica. Demasiado comprometido con la injusticia que se practica en su país, para unos, un poeta como pocos para otros. Sin embargo, Pablo es eso y ambos extremos son válidos.
Pablo, se me antoja, es el símbolo perfecto del ciudadano cubano sometido a la teluria de un ególatra, que puso a todos sus compatriotas, de varias generaciones, en función de sus planes personales y hegemónicos. De inicio, su talento quiso ser aplastado en los campos de concentración castrista, de los cuales se consigue librar gracias a contactos de alto nivel, a cuyos personajes dedica un mal interpretado agradecimiento que lo convierte en un juglar comprometido, al que dedica su talento sin límites, idealizando las barbaridades en curso.
En ese camino y usando todo su talento, se envilece poniéndose de parte del poderoso. Viaja el mundo como un hombre bueno y talentoso que le canta de manera mágica a un “proceso” poco transparente, pero muy antinorteamericano y llamativo, cumpliendo una función de puente entre un desastre material y humano en andamiento en su tierra y una Latinoamérica, que curiosa, se pliega ante el poeta y su música engañosa.
Como sucedió con muchísimos otros cubanos, cuando internamente le quitan lo que había edificado con su talento y sacrificio, comienzan a venir a su mente los problemas que antes no había visto, o que no le prestaba la atención que debería y comienza un camino sin retorno hacia la verdad, munido de su sensibilidad. Todo, hasta que el fusilamiento sin sentido de tres jóvenes negros lo hace rechazar la firma de una carta de apoyo a la injusticia dictatorial. A partir de ese momento, declaraciones tibias, cada vez más subidas de tono, su residencia en el exterior, su referencia al campo de concentración, su enfermedad y su muerte.
La historia de Pablo Milanés es en esencia la historia simbólica de una buena parte de los cubanos atrapados en la mal llamada “revolución cubana”. La ambivalencia de Pablo representa la ambivalencia de los cubanos, que unos antes, otros después y otros muy tarde, han sufrido, aceptado y luego rechazado el desastre nacional, llamado erróneamente revolución cubana, que en realidad ha sido una amarga y cruel involución hasta niveles insospechados de pobreza, desidia y amargura, tal como ha sido la muerte ahora del propio Pablo Milanés.
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Última actualización el Sábado, 10 de Diciembre de 2022 12:41 |
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