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Sábado, 06 de Septiembre de 2014 11:12

http://www.prensalibre.com/internacional/Muere-Oswaldo-Paya-Sardinas-oposicion_PREIMA20120722_0234_37.jpg

Por Pedro Corzo.-

A pesar de las cinco largas décadas transcurridas desde el establecimiento en Cuba de un régimen que ejerce un estricto control sobre la sociedad,  en la isla nunca han faltado opositores que hayan pagado con exilio, cárcel o vida  su rechazo a la dictadura.

Lamentablemente los antagonistas de la dictadura, por las limitaciones que impone la represión, no han podido vertebrarse como una oposición que pueda significar para quienes no simpatizan con el régimen, una alternativa de cambio.

Para convertirse en oposición viable una de las tareas fundamentales es difundir las nuevas propuestas entre los sectores descontentos. Propuestas concretas sobre aspectos que afectan a la ciudadanía y que el gobierno no resuelve.

Otra función es interpretar las necesidades de la población hasta transformarlas en reivindicaciones sociales que mutaran a políticas por las acciones represivas del gobierno.

El opositor tiene que sembrar la esperanza en la población de  que los cambios son posibles, insuflarles confianza en el futuro, convencer al individuo de que  serán los protagonistas del futuro  y que deben actuar en consecuencia.

Bajo un régimen como el cubano la oposición no cuenta con patrimonios propios y en consecuencia la dictadura la criminaliza por acceder a recursos que le pueden ser provistos desde el exterior.

Los medios de comunicación están sometidos al control absoluto de las autoridades,   lo que dificulta la promoción de ideas y liderazgos alternativos  y la convocatoria a actividades contestarías que a la vez que envían un mensaje crítico al régimen,  consolidan la esperanza de alcanzar un futuro promisorio entre los participantes.

La existencia de miles de litigantes no los convierte en oposición. Sus propuestas aunque estén recogidas en proyectos y respaldadas por otros opositores, no serán factores determinantes si la población no las conoce y se siente en la necesidad de debatirlas.

Para que la oposición se convierta en una alternativa creíble es mandatorio que cuente con una base popular por pequeña que esta sea. El debate, la discusión y la confrontación cívica ayudan al fortalecimiento de las ideas y a reducir el control que las  autoridades ejercen sobre el ciudadano.

El opositor debe ser un ciudadano responsable con los deberes que ha asumido. Su conducta, manera de vestir, expresarse y hasta sus posibilidades económicas, serán desde la perspectiva de sus enemigos y de sus vecinos, un factor importante para enjuiciar las ideas que defiende.

Ganarse la confianza del vecino y lograr no ser considerado un “loco” o “Quijote”, por sus conciudadanos es muy importante. El opositor tiene que estar incorporado a la gente de su entorno, no aislarse, porque si no logra convencer de sus propuestas a los vecinos, es prácticamente imposible que estos se sumen a un proyecto que demanda el concurso de muchos.

El trabajo es arduo y muchas veces en solitario, pero mientras los partidarios de propuestas alternativas a las oficiales no reúnan un número considerable de personas,  las posibilidades de llegar a ser una amenaza para la estabilidad de la dictadura,  y en consecuencia un factor capacitado para acceder al poder estarán en negativo.

Es cierto que en Cuba las condiciones para alcanzar lo anteriormente señalado son precarias. Los partidos políticos están prohibidos, tampoco organizaciones independientes de la sociedad civil, la constitución no reconoce el derecho de disentir y menos de hacer oposición, la prensa esta presa, y las posibilidades de usar las modernas redes sociales para difundir la realidad están muy restringidas.

En el mismo 1959 la dictadura demostró conocer que para imponer el totalitarismo tenía que destruir el entramado social independiente. Primero prohibió los partidos políticos, dividió a los organismos de la sociedad civil y después los exterminó.

El gobierno  es consciente de que conservara el poder mientras un número importante de ciudadanos no participe en la demanda de reivindicaciones sociales y políticas, por eso obstaculiza la formación de una sociedad civil independiente, como lo demostró con la oleada represiva del 2003 en la que los objetivos fundamentales fueron las organizaciones independientes de periodistas, pedagogos, bibliotecarios, sindicales y otras similares.

Los opositores que están en la isla tienen en  el presente la posibilidad de viajar y en consecuencia de llevar a la isla nuevas ideas y propuestas, pero deben esforzarse porque el ciudadano medio no vea esa posibilidad como un privilegio similar al que disfrutan los funcionarios del gobiernos.

Deben buscar la fórmula que esta ventaja ganada y que beneficia en mucho su labor contestaria, salir de la isla permite diversificar ideas y fortalecer otras,  no les aislé de la gente común, el compañero que ya es ciudadano pero que todavía no lo sabe,  debe  contar con ejemplos de personas abnegadas,  que actúan por principios y no por conveniencia como los funcionarios de la dictadura.



Pedro Corzo

Periodista
Última actualización el Jueves, 11 de Septiembre de 2014 10:55
 
LOS CUBANOS, Por varios autores, en homenaje a la Patrona de Cuba, La Virgen de la Caridad del Cobre PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 07 de Septiembre de 2014 16:21

http://www.preguntasantoral.es/wp-content/uploads/2011/08/11.jpg

Yo vivía en Miami en los 60s, cuando los cubanos empezaron a llegar en grandes cantidades. No tenían nada, sólo un gran orgullo y un inmenso dolor de haber tenido que dejar a su bella isla detrás. Pronto me di cuenta de que esta gente no había llegado a Estados Unidos en busca de un plato de comida. Venían con alma de colonizadores, en busca de progreso y libertad de ideas y expresión; y conquistaron estas tierras, para luego levantar a la gran urbe cosmopolita que es el Miami de hoy.

Por el Norteamericano Andy Bergen.-

El primer pecado del cubano fue su aprecio desmedido por el standard de vida y el progreso.
El segundo pecado fue que antes de 1959 (antes de Fidel Castro) su moneda nacional valía más que el dólar.

El tercer pecado fue hacerle la música al mundo...

Pero el peor pecado de los cubanos fue levantar una ciudad en lo que fuera un terreno pantanoso en Florida para convertirla en el puerto estadounidense hacia las Américas y un punto obligado del turismo mundial. Quien le niegue este pecado a los industriosos cubanos, está divagando o es un acomplejado.

Entonces, ¿los cubanos son malos, regulares o simplemente muy buenos?

Jesucristo dio una pauta para la conducta humana cuando dijo:
"Por sus obras los conoceréis". Así que ya tienen en Miami una regla para medir a los cubanos.

Yo no soy de ascendencia cubana. Tampoco creo que los cubanos lo sean, pues los verdaderos cubanos fueron los Taínos, los Siboneyes y Guanajatabeyes que poblaban la hermosa isla, pero fueron exterminados por quienes luego dieron origen al nuevo pueblo cubano.
Creo que la expresión "cubano" viene siendo como un título de nobleza. No se puede decir siquiera que cubano sea una raza. En el pueblo cubano hay de todo: blancos europeos, negros, mulatos y hasta asiáticos.
A mi entender, el cubano no es más que un proyecto genético bien concebido en un lugar llamado Cuba. Creo realmente que el cubano es distinto a todos los demás latinoamericanos. Tal vez sea su posición geográfica o su herencia euro-africana la que los hace tan especiales.

Los cubanos hablan alto, gesticulan con las manos, son prepotentes y se ríen de todo el mundo, pero también de ellos mismos y de sus desgracias. De su dolor sacan arte y de su alegría hacen verdaderas zarzuelas.

El cubano no suele ser racista, pero sí es clasista. "Lo bueno que tiene Miami, es que aquí todas las aguas cogen su nivel", me dijo una vez un amigo cubano refiriéndose a las castas sociales, supuestamente eliminadas en Cuba para que la chusma se mezcle con las capas altas y educadas.

Sin embargo, el cubano liberó al negro mucho antes de que los negros estadounidenses fueran libres. En Cuba nunca se les llamó afrocubanos sino, simplemente, cubanos. El negro de Cuba es tan cubano como el blanco o el mestizo.

No obstante, los cubanos, en especial los de Miami, son uno de los pueblos más vilipendeados en el mundo. Creo sinceramente que hay mucha envidia en esas críticas. Molesta mucho su éxito extraordinario, sus cinco congresistas en el Congreso de EE.UU (y sus tres senadores), su enorme poder económico, su influencia política, su afán de trabajo y progreso, la imposición de su idioma y sus costumbres, y mucho más.

El cubano por su ingenio y laboriosidad nunca podrá escapar a su destino. Siempre tendrá a su lado al hermano Caín y a todas esas razas y etnias que no soportan el éxito de los demás y quieren aplastar a los triunfadores.

Yo vivía en Miami en los 60s, cuando los cubanos empezaron a llegar en grandes cantidades. No tenían nada, sólo un gran orgullo y un inmenso dolor de haber tenido que dejar a su bella isla detrás. Pronto me di cuenta de que esta gente no había llegado a Estados Unidos en busca de un plato de comida. Venían con alma de colonizadores, en busca de progreso y libertad de ideas y expresión; y conquistaron estas tierras, para luego levantar a la gran urbe cosmopolita que es el Miami de hoy.
¿Qué habría sido de la isla de Cuba si a su pueblo no le hubieran truncado la creatividad y el espíritu empresarial? Probablemente sería la verdadera "perla de las Antillas", envidia de América Latina y de muchos pueblos más.
Los cubanos son comparables con la comunidad judía e italiana en Estados Unidos, que se levantaron triunfantes después de años de vicisitudes.

¿Qué sería de Miami si algún día se marchan los cubanos? Ningún otro pueblo lograría imprimirle tanto sabor y alegría a la ciudad de Miami. Por eso me gusta tanto la letra de la canción de la cantante cubana Marisela Verena...

"Nosotros los cubanos y el resto de la humanidad"...


SOBRE LOS CUBANOS, Escrito por el periodista mexicano Víctor Mona.-

Los cubanos salen de una isla pequeña y se han diseminado por todo el mundo. Uno es professor en una universidad de Australia ; otro, inauguró en Alaska un restaurante. Nada los detiene, ni el frío ni el calor. Los seduce el trópico de la Florida, pero soportan igualmente a pie firme los hielos de Boston y Nueva York. No mendigan, trabajan. Los que en Cuba eran pobres, aquí son ricos. Los que allá eran medio pelo, aquí son pelo y medio.

Ningún obstáculo detiene su laboriosidad beligerante si la oferta es digna. Uno es rector de la Universidad; otro, maquilla muertos. Cambian, pero sólo en la superficie. En Miami siguen jugando la bolita (lotería Prohibida), peleando gallos a escondidas y enviando los hijos a la escuela privada. En Madrid , están contra José Luís Rodríguez Zapatero y en Caracas , contra Hugo Chávez, siempre en la oposición. Se les critica y se les envidia pero en el fondo se les admira. Gallegos por el trabajo y judíos por la voluntad de sobrevivir, constituyen una legión empecinada que no se deja ignorar.
Traen su música calurosa, el ruido de sus tambores, los frijoles negros y el bistec de palomilla con moros y maduros. Pero traen sobre todo la simpatía, la cordialidad y la laboriosidad.
¿Quiénes son? Son los cubanos del destierro, la única población mundial trasplantada, que (salvo los hebreos) en más de un tercio de siglo no han perdido su identidad. Los que admiraban a Cuba desde lejos como ejemplo supremo de pujanza latinoamericana, los que veían a Cuba como un milagro étnico y cultural, donde todo parecía un relajo pero todo funcionaba bien, ya no tienen que ir a Cuba para conocerla! . Aquí la tienen dentro de los mismos Estados Unidos. Esta es Cuba . Estos son los cubanos. Exagerados, fanfarrones, ruidosos, sí, pero también intensos, profundamente creadores y buenos amigos. ¿Y qué no han hecho en estos 50 años de destierro los cubanos para poder sobrevivir con dignidad? Cuál actividad manual o intellectual no han ensayado en éste o en aquél país, por complicada que pareciera, lo han realizado para no quedarse detrás, para no dejarse discriminar.
En alguna de esas actividades han llegado tan lejos que superan a emigraciones que los precedieron por cerca de medio siglo No hay hospital en Estados Unidos donde no haya hoy un médico cubano. No hay periódico donde no haya un periodista cubano, ni banco donde no haya un banquero cubano, ni publicitaria donde no haya un publicitario cubano, ni escuela donde no haya un maestro cubano, ni universidad donde no haya un professor cubano, ni comercio donde no haya un manager cubano.
En las Grandes Ligas del béisbol sus nombres también brillan. En Madrid , el primer poeta latinoamericano es un negro cubano. En la Coca Cola, Kellog’s, McCormick, Pepsi Cola y tantas otras su dirigente es o fué un cubano. En el Congreso de Washington hay cinco cubanos, en el Senado Federal se sientan tres cubanos, el Ministro de Comercio de E. U. es un cubano, la Viceministra de Salud es una doctora cubana. Caramba, son unos pocos en éste país y llegaron hace muy poco tiempo..
En las tierras prestadas del extranjero parecen llevar siempre en la frente la marca del sitio de donde vienen.
Los cubanos llevan a Cuba . La enaltecen y la honran, porque además de en la frente la llevan en el corazón.
Pero hay algo en el desterrado cubano, a mi juicio, superior a esa actividad profesional triunfante, y es su odio al despotismo del que huyen, su amor a la tierra que dejaron. Eso lo separa y lo define. Eso da a sus triunfos en medio del desarraigo, una grandeza que de otro modo no tendría.
Se han afincado definitivamente en estas tierras hospitalarias que los han acogido y donde viven en lo material muchas veces mejor que como vivían en Cuba . Aún teniéndolo todo, si les falta Cuba , no tienen nada. Quizás por ello han hecho su Cuba aquí. Por eso, si se le mira bien, se verá que a veces parece que el cubano ríe, pero en realidad esta llorando por dentro.
Le nace el hijo, le crece, se le gradúa en la Universidad, pero el cubano suspira. ¡Ay, si estuviera en mi Cuba !.. Compra una casa, un auto, o una lancha y sigue suspirando.. ¡Ay!. ¡Si todo esto lo tuviera en Cuba ! De una manera misteriosa, que no puede definir hay un vínculo con aquello que tira de aquí hacia allá. Ahora que perdió a su país, sabe que no puede vivir sin Cuba, y la sueña de noche, y le agiganta los valores y la embellece y la idealiza, y se culpa de no haberla entendido mejor, y la recrea en sus cantos y bailes, y la revive en sus historias en sus costumbres y en sus comidas.
¿Por qué compran hoy los cubanos más libros cubanos que nunca? ¿Por qué tienen sus casas, sus negocios y sus oficinas llenas de palmas, de banderas, de escudos y de retratos de José Martí? ¿Por qué aunque sean USA citizens SIGUEN SIENDO CUBANOS? ¿Por qué se reúnen en sus municipios formados en el exilio, borrando antiguos antagonismos de partido o clase? Porque el cubano sabe que lo único auténticamente suyo fue SU CUBA y que a ella quisiera el poder regresar. No les preocupa que le devuelvan la residencia o el negocio, si lo tenían. Lo único que desean es volver a su tierra. La casa donde nació esta destruida, al pueblo se lo han puesto desconocido, la madre ha muerto. Pero no importa. El exiliado cubano quiere de todos modos ir a esa casa, a ese pueblo y a esa tumba. La Patria empieza ahí….
MI RESPETO Y ADMIRACION PARA LOS CUBANOS!!


 

He aquí que El Profeta habla de los cubanos

un artículo de Luis Aguilar León

Este es, sin duda, el artículo más popular que he escrito en mi vida. Con risueña sorpresa ha llegado a mis manos traducido al inglés, reproducido en revistas y aun citado en un sesudo tratado de Sociología. Pero también lo he visto circular mutilado y, grande villanía, anónimo o con nombres extraños. Para remediar tales agravios, lo reproduzco en su forma original y definitiva.

Desde una roca en el puerto, El Profeta contemplaba la blanca vela de la nave que a su tierra había de llevarlo. Una mezcla de tristeza y alegría inundaba su alma. Por nueve años sus sabias y amorosas palabras se habían derramado sobre la población. Su amor lo ataba a esa gente. Pero el deber lo llamaba a su patria. Había llegado la hora de partir. Atenuaba su melancolía pensando que sus perdurables consejos llenarían el vacío de su ausencia.

Entonces un político de Elmira se le acercó y le dijo: Maestro, háblanos de los cubanos.

El Profeta recogió en un puño su alba túnica y dijo:

“Los cubanos están entre vosotros, pero no son de vosotros. No intentéis conocerlos porque su alma vive en el mundo impenetrable del dualismo. Los cubanos beben de una misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y se ríen con su música. Los cubanos toman en serio los chistes y hacen de todo lo serio un chiste. Y ellos mismos no se conocen.

“Nunca subestiméis a los cubanos. El brazo derecho de San Pedro es cubano, y el mejor consejero del Diablo es también cubano. Cuba no ha dado ni un santo ni un hereje. Pero los cubanos santifican entre los heréticos, y heretizan entre los santos. Su espíritu es universal e irreverente. Los cubanos creen simultáneamente en el Dios de los católicos, en Changó, en la charada y en los horóscopos. Tratan a los dioses de tú y se burlan de los ritos religiosos. Dicen que no creen en nadie, y creen en todo. Y ni renuncian a sus ilusiones, ni aprenden de las desilusiones.

“No discutáis con ellos jamás. Los cubanos nacen con sabiduría inmanente. No necesitan leer, todo lo saben. No necesitan viajar, todo lo han visto. Los cubanos son el pueblo elegido... de ellos mismos. Y se pasean entre los demás pueblos como el espíritu se pasea sobre las aguas.

“Los cubanos se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia, y en grupo por su gritería y apasionamiento. Cada uno de ellos lleva la chispa del genio, y los genios no se llevan bien entre sí. De aquí que reunir a los cubanos es fácil, unirlos imposible. Un cubano es capaz de lograr todo en este mundo menos el aplauso de otros cubanos.

“No les habléis de lógica. La lógica implica razonamiento y mesura, y los cubanos son hiperbólicos y desmesurados. Si os invitan a un restaurante, os invitan a comer no al mejor restaurante del pueblo, sino ‘al mejor restaurante del mundo’. Cuando discuten, no dicen ‘no estoy de acuerdo con usted’, dicen ‘usted está completa y totalmente equivocado’.

“Tienen una tendencia antropofágica. ‘Se la comió’ es una expresión de admiración; ‘comerse un cable’, señal de situación crítica, y llamarle a alguien ‘comedor de excrementos’ es su más usual y lacerante insulto. Tienen voluntad piromaniaca: ‘ser la candela’ es ser cumbre. Y aman tanto la contradicción que llaman a las mujeres hermosas ‘monstruos’ y a los eruditos ‘bárbaros’; y cuando se les pide un favor no dicen ‘sí’ o ‘no’, sino que dicen ‘sí, como que no’.

“Los cubanos intuyen las soluciones aun antes de conocer los problemas. De ahí que para ellos ‘nunca hay problema’. Y se sienten tan grandes que a todo el mundo le dicen ‘chico’. Pero ellos no se achican ante nadie. Si se les lleva al estudio de un famoso pintor, se limitan a comentar: ‘a mí no me dio por pintar’. Y van a los médicos no a preguntarles, sino a decirles lo que tienen.

“Usan los diminutivos con ternura, pero también con voluntad de reducir al prójimo. Piden un favorcito; ofrecen una tacita de café; visitan por un ratico, y de los postres sólo aceptan un pedacitico. Pero también a quien se compra una mansión le celebran la casita que adquirió, o el carrito que tiene a quien se compró un coche de lujo.

“Cuando visité su isla me admiraba su sabiduría instantánea y colectiva. Cualquier cubano se consideraba capaz de liquidar al comunismo o al capitalismo, enderezar a la América Latina, erradicar el hambre en África y ayudar a los Estados Unidos a ser una potencia mundial. Y se asombran de que las demás gentes no comprendan cuán sencillas y evidentes son sus fórmulas. Así, viven entre ustedes, y no acaban de entender por qué ustedes no hablan como ellos”.

Había llegado la nave al muelle. Alrededor del Profeta se arremolinaba la multitud transida de dolor. El Profeta tornose hacia ella como queriendo hablar, pero la emoción le ahogaba la voz. Hubo un largo minuto de conmovido silencio. Entonces se oyó la imprecación del timonel de la nave: “Decídase, mi hermano, dese un sabanaso y súbase ya, que ando con el schedul retrasao”.

El Profeta se volvió hacia la multitud, hizo un gesto de resignación y lentamente abordó la cubierta. Acto seguido, el timonel cubano puso proa al horizonte.


Publicado en: Cuba Inglesa | Actualizado 06/07/2008 3:47



Los Viejos Cubanos

Una perspectiva de Los Viejos Cubanos

Ahora que está de moda criticar a los viejos cubanos, vale la pena abrir el álbum familiar. Ahí están bajando del avión, en los años 60, con sus ropas de domingo y una sonrisa nerviosa, todavía mojada por las lágrimas de la partida.

A muchos, sobre todo a los jóvenes, les cuesta entender que en la década de 1950, incluso con la dictadura batistiana, Cuba era un mejor lugar para vivir que Estados Unidos. En lo social. En lo económico. En lo humano.

Acostumbrados a una cultura mediterránea en todo su esplendor y tolerancia, con una creciente permeabilidad entre clases, razas y credos, no es difícil imaginar el desgarramiento, el temor y la amargura de aquellos exiliados que al buscar apartamento tropezaban con un letrero de ‘No Cubans’. No pets La más pujante clase media de América Latina recogiendo tomates y aguacates en Kendall y Homestead. Miami, que hoy es un campo de contradicciones, era un campo a secas.


El rencor desfigura.


Esa primera década de refundación a partir de cero debió constituir una descomunal prueba para un pueblo que ya casi tenía en sus manos un porvenir envidiable. Basta mirar las ruinas para comprobar lo que estaba en pie.

Pasamos la página del álbum y vemos a nuestros héroes con carro del año, casa propia y los hijos a punto de entrar a la universidad. La bonanza de un lento sacrificio. Y las arrugas prematuras. Y la consternación de las ilusiones que se fueron en sobrevivir con dos trabajos. En morderse la lengua en inglés y español. En poner las dos mejillas muchas veces. Ya perdida la esperanza de volver. Es natural, pues, que odien a Fidel con saña inmisericorde y fanática. Y que ese odio con frecuencia paralice su razón. Porque la razón que les toca comprender es salvajemente injusta.

Sobre esos hombros encorvados se levanta una callada y preservadora lección. Del pastel de guayaba a la devoción constitucional, del taburete a la guayabera, esas canas coronan una larga batalla por nuestra identidad.

Académicos, campesinos, comerciantes, artistas, médicos, pícaros y mártires, soñadores y pragmáticos, ricos y pobres, restituyeron a la nación el patrimonio dilapidado por Fidel. A ratos, el país de sus sueños es más concreto que el país real. Ellos guardaron la receta y recordaron la canción.

En la última página del álbum, con el cuello almidonado y el pelo fragante a agua de colonia, tienen el candor de las piedras lavadas por la tormenta. Los viejos cubanos: clave y aliento. Ellos horadaron en la roca, con uñas y dientes, las puertas que yo encontré abiertas. Ellos protagonizaron a noventa millas toda una real epopeya de reafirmación nacional. Déjalos quejarse.

Déjalos refugiarse en sus pesares. La taza de café se les enfría en las manos mientras leen las noticias de la isla. Y vuelven a oler las magnolias de desaparecidos patios. Y en el frío cristal de la tarde vuelven a tocar el rostro de sus muertos. Los viejos cubanos, curtidos a la intemperie.

Déjalos que sean como son. ¡Porque son la sal de nuestra tierra!

"Autor desconocido"


Última actualización el Domingo, 14 de Septiembre de 2014 11:44
 
Obama, Cuba y la Cumbre de las Américas 2015 PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 29 de Agosto de 2014 11:03

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama

Por Eugenio Yañez.-

Debemos anticiparnos a los temas y problemas que serán de actualidad en los próximos tiempos. En este caso, a finales de abril del 2015.

La Cumbre de las Américas es una reunión de jefes de Estado del continente americano que se celebra cada tres o cuatro años, donde participan Estados Unidos, Canadá, y los países de América Latina y el Caribe. La séptima cumbre está pautada para Ciudad de Panamá en abril de 2015.

La primera se celebró en Miami, 1994; la segunda en Santiago, Chile, 1998; la tercera en Quebec, Canadá, 2001; la cuarta en Mar del Plata, Argentina, 2005; la quinta en Puerto España, Trinidad y Tobago, 2009; y la sexta en Cartagena de Indias, Colombia, 2012. Hubo además dos cumbres extraordinarias: una sobre desarrollo sostenible, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 1996, y otra en 2004 en Monterrey, México.

La de Panamá podría ser, sin dudas, la Cumbre de la Discordia. Desde la primera Cumbre de Miami en 1994 quedó definido que participaban en ese evento los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). Posteriormente, tras la aprobación de la Carta Democrática de esa organización, adoptada en Lima, Perú, en 2001, los miembros de la organización se comprometieron a respetar esa Carta y cumplir sus postulados.

No siempre han cumplido, aunque el secretario general de la OEA parece no enterarse. El depuesto presidente Mel Zelaya, de Honduras, la violó reiteradamente pretendiendo establecer el “socialismo del siglo 21” en su empobrecido país; Hugo Chávez la violaba continuamente, y Nicolás Maduro no se queda atrás. Para Evo Morales y Daniel Ortega la carta es paisaje que adorna una pared, nada más. Rafael Correa, más culto que todos los violadores anteriormente mencionados, también la viola, pero de manera más elegante y sofisticada: más que violación parece estupro. Lula da Silva, Dilma Rouseff y Cristina Fernández de Kirchner continuamente bailan samba y tango en los bordes de la Carta Democrática. Los socialistas más respetuosos del estado de Derecho en sus países han sido, hasta ahora, José Mujica, Michelle Bachelet y Mauricio Funes, de Uruguay, Chile y El Salvador respectivamente.

En ninguna de las cumbres celebradas ha participado el gobierno cubano. Cuba no es miembro de la OEA, y mucho menos firmante de una Carta Democrática alérgica para el régimen de los hermanos Castro. Aunque a veces, cínicamente, la dictadura ha firmado declaraciones finales de cumbres iberoamericanas que llaman al multipartidismo y elecciones libres, como hizo Fidel Castro en su momento, o Pactos de la ONU que después no ratifica, como hace Raúl Castro, parece difícil que el régimen se arriesgue a firmar, aunque no la cumpla, una Carta Democrática cuyos principios fundacionales son absolutamente contrarios a la razón de ser de la dictadura cubana.

Sin embargo, nuestros dizque hermanos que gobiernan en América Latina y el Caribe, insisten en invitar a la dictadura cubana a la próxima cumbre. Más preocupados por ser “antiimperialistas” que demócratas, no desean perder tiempo en superficialidades sobre el carácter democrático o dictatorial del gobierno cubano, al que todos admiran, aunque sea en secreto, porque “se enfrenta a los yanquis”. Además, no resulta muy elegante recibir decenas, centenares o miles de médicos cubanos en sus países para ofrecer servicios de salud pública que esos mismos mandatarios son incapaces de garantizar a sus ciudadanos, y después tener la “descortesía” de criticar al régimen de La Habana por violar derechos humanos o no respetar normas democráticas.

Así que el presidente Obama tendrá que tomar una decisión muy clara. Acepta la participación de Raúl Castro en la Cumbre de Panamá o declara sin ambigüedades que Estados Unidos no participaría si invitan a Cuba.

Antecedentes existen. Cuando Ronald Reagan era presidente de Estados Unidos, se planificaba una Cumbre Norte-Sur de jefes de Estado en Cancún, México, para el 22 y 23 de octubre de 1981, a la que el gobierno mexicano quería invitar a Fidel Castro. Reagan fue muy claro, agudo y preciso: si Castro participa, Estados Unidos no asistirá. Punto.

Firmeza. Dureza. Prepotencia imperial. Soberbia. Guapería. Lo que quieran ladrar los sicarios verbales del régimen. Pero Fidel Castro no participó, porque México y Naciones Unidas sabían perfectamente que aquel cónclave, sin Estados Unidos, sería una reunión social para platicar un rato, tomar tequila, y nada más. El entonces presidente de México, José López Portillo, invitó a Fidel Castro a Cozumel, a donde fue en “su” yate “Pájaro Azul”, y tras once horas de conversaciones y “acordar lo que a nuestra amistad corresponde”, como dijo el mandatario mexicano, Castro regresó a La Habana desbarrando de Reagan, del imperio y de todo lo que quiso, tuvo que ver la reunión por televisión y saber de lo que se habló por las agencias de prensa o sus servicios de inteligencia.

Barack Obama tendrá que tomar su decisión: esto no es lo mismo que darle la mano a Raúl Castro en Sudáfrica cuando se cruzó con él en el funeral de Mandela. Esta vez tendría que decir, simplemente, que si se invita a Cuba a la Cumbre de las Américas Estados Unidos no participaría, con lo que tal reunión se degradaría a algo así como un foro más de CELAC. O soportar la humillación para Estados Unidos de sentarse en un cónclave definido para países democráticos en el que estaría participando en la misma mesa nada menos que Raúl Castro.

En manos de Obama está. Veremos si la historia puede absolver al presidente de EEUU en este tema.

CUBAENCUENTRO

Última actualización el Jueves, 04 de Septiembre de 2014 11:53
 
IBOPE: Dilma tem 39%, Marina, 31%, e Aécio, 15%, no primeiro turno. Marina ganha o segundo turno de 43% por 42%, dentro da margem de erro PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 12 de Septiembre de 2014 23:50

O Ibope realizou uma nova pesquisa de intenção de voto, na corrida presidencial. Dessa vez, encomendada pela Confederação Nacional da Indústria - a CNI. O nível de confiança é de 95%.  O que quer dizer que, se levarmos em conta a margem de erro, de dois pontos para mais ou para menos, a probabilidade de o resultado retratar a realidade é de 95%.

Na pesquisa divulgada no dia 26 de agosto, Dilma Rousseff, do PT, estava com 34%. No levantamento seguinte, divulgado há nove dias, foi para 37%. Agora, está com 39%. Com a margem de erro, Dilma tem de 37% a 41%. Marina Silva, do PSB, aparecia com 29%. Depois, 33%. Agora, está com 31%. Com a margem de erro, Marina tem de 29% a 33%.

Última actualización el Sábado, 13 de Septiembre de 2014 00:04
 
'Frutas del Caney' y The Reconciliation Project PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 25 de Agosto de 2014 10:12

Por José Pratts Sariol.-

Félix B. Caignet —el genio hispano de las radionovelas y apasionado compositor musical— no tendría que "reconciliar" nada. Estaría feliz. Su célebre pregón tiene en Miami frutas cuyas semillas provienen de El Caney. Así me lo comenta Ramón, digno santiaguero que cumple treinta años en Hialeah, mientras observa mi embarro con uno de sus pulposos mangos bizcochuelos.

Marañones y mamoncillos también enriquecen su patio, mientras en la segunda ciudad de Cuba, tras medio siglo y casi un lustro de revolución, siempre te brindan o venden mameyes o mangos —se encuentran hasta los llamados Toledo— bajo el mismo comercial: "Las semillas son de allá".

Un "allá" que sabe a aquí, que nos cubre sin fronteras. Donde la prosperidad demográfica y económica arrasa cualquier intento de negar el hecho  —su historia va de lo trágico a lo dramático— de que el único logro imperecedero de la revolución ha sido el exilio. De ahí que los temas de reconciliación y cambio pasen, en efecto, por la importancia de la dignidad. La nuestra, la de los obligados a abandonar el país; aunque algunas voces —¿del Cuba Study Group?— vean oasis éticos dentro del conservadorismo oficial, fenómeno que muchos analistas califican —cuando menos— de ingenuo.

La irreversibilidad de nuestra emigración —evidencia tangible, no opinión o punto de vista— también implica nuevas nociones de patria, país, cultura, nación... La "cubanidad" —además de la poderosa influencia de la globalización— hoy está lejos, no solo de folclorismos y "color local", sino de antiguos bordes geográficos.

El sur de la Florida, donde habitan 9 de cada 10 cubanos exiliados, recuerda un chiste —bastante sangrón— donde el rey español le daba las gracias al tiranosaurio por haber recuperado la Florida para el imperio hispano, tras aquel canje con los ingleses en julio de 1763.

Por lo pronto, El derecho de nacer en Cuba se ha desplazado al mundo. Tres generaciones de emigrados y sus descendientes tienen los mismos derechos —y en poco tiempo los ejercerán a plenitud— que cualquier cubano que no haya salido ni al portal de su casa. Así lo establece la legislación internacional, como ocurrió con los cubanos descendientes de españoles.

Instrumentar nuestros derechos tiene un sencillo marco jurídico, según establecerá la nueva Constitución. Y un digno propósito de conjurar los restos del castrismo, que incluye el demagogo uso de la "reconciliación"; cuando lo cierto es que solo las efectivas perversidades del sistema y su propaganda formaron enemigos, adversarios fanatizados. Los que ahora se disfrazan de  "reconciliadores" y favorecen eventos en Miami, para un "cambio" donde no desaparezcan sus privilegios ni se exija justicia.

Se concilia o reconcilia cuando hay discordia, enemistad, odio, rencor... ¿Pero cuál suceso en Cuba o en Miami es ajeno a la mayoría de nosotros, incluyendo nombres de accidentados y casos de epidemias, ciclones y corrupciones, truenes y obituarios? ¿O hay que repetir las cifras anuales de remesas, gastos de viaje en los dos sentidos, inversiones, medicinas, llamadas y hasta papel sanitario?

¿No se tratará de "reconciliadores" con la dictadura?

La paradoja —la adicción de la Historia a las paradojas— muestra que sería suicida que algún político cubano, cubanoamericano o puro yanqui, ignore lo que ya no es "comunidad cubana en el exterior" sino parte del complejo fenómeno postcastrista con sus "nacionales". De ahí el carácter "doméstico" de cualquier ley sobre Cuba en Washington. Y viceversa. Ningún gobernador, alcalde, representante o senador de la Florida o del futuro Bayamo o Cárdenas, pensaría que es de la agenda internacional, aunque sus informes —saludablemente— serán diversos, democráticamente polémicos, con la dignidad de respetar lo diferente.

El mismo suicidio atañe a juristas, sociólogos, historiadores, intelectuales que pretendan argüir sobre la realidad cubana en 2014 saltándose o minimizando los derechos de la emigración con letreritos: "The Reconciliation Project". Un más certero letrero —"Se hacen dobladillos"— está en una vidriera de la calle 8, cerca del restaurante Versailles; pero podría estar en la calle Martí o Maceo de cualquier pueblo. La vulgaridad de un programa de cubanos en un canal hispano de Miami se critica lo mismo en Kendall que en Santos Suárez. Entre las faltas de ética no hay 90 millas, apenas unas pulgadas separan a un pícaro de otro.

Me contaban que en 1958 había 24 vuelos diarios a Miami desde Cuba. Tras el fin del castrismo y del embargo será como el puente aéreo Madrid-Barcelona, con un torniquete tipo metro al subir. Quizás entonces la Isla produzca más frutas que la Florida, incluyendo las del santiaguero Félix B. Caignet. Serán tan dignas, conciliables y sabrosas como los mangos del guajiro Ramón de Hialeah.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Viernes, 29 de Agosto de 2014 12:05
 
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