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Artigos: Cuba
Una contradicción en la Carta de los 40 PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 04 de Junio de 2014 19:27

Por Karel Becerra.-

La Carta abierta a Obama sobre la flexibilización del embargo a Cuba, firmada por 40 importantes figuras políticas, ha tenido notable circulación en los medios. En la misiva, se propone al presidente estadounidense que tome medidas para ayudar a la sociedad civil y a los emprendedores cubanos.

El tema es debatible pues en primera y última instancia es la dictadura castrista —como cualquier otra dictadura en el mundo— la que decide el nivel de libertad que permite a los ciudadanos en un momento político determinado. En Cuba, cada vez que le ha convenido, el régimen ha dado ciertas libertades, pero solo para volver a quitarlas, por lo que es difícil concebir cambios auténticos y permanentes en el país si éstos no están garantizados por transformaciones legales, institucionales y políticas.

En el caso de la Carta, quiero señalar una contradicción que demuestra que quienes firmaron ese documento no parecen estar suficientemente informados de la realidad cubana. Entre sus peticiones al presidente de los Estados Unidos, está la de que permita la "venta de torres telefónicas". Esta solicitud es como plantearle al presidente Obama que ayude a los cuerpos represivos castristas a ser más eficiente en la vigilancia y represión de los cubanos demócratas.

Las comunicaciones telefónicas en Cuba están controladas por la empresa ETECSA, un monopolio estatal. Esta compañía tiene muy baja densidad de cobertura porque cuenta con apenas poco más de 300 bases en todo el país. Esto, a su vez, le limita la posibilidad de localizar con exactitud a una persona que posea un teléfono móvil, pues es el número de antenas lo que facilita la técnica de "triangulacion", por medio de la cual los cuerpos represivos pueden saber, por ejemplo, dónde se halla un opositor.

Actualmente, cuando una persona con un teléfono celular se mueve por la zona del Vedado, en La Habana —una de las de mayor cobertura móvil en Cuba—, puede hacerlo con determinada libertad, pues el rango de localización electrónica del Gobierno es mayor a un kilómetro. En la primera imagen ilustrativa, al pie de este texto, la policía secreta no podría saber con exactitud dónde se encuentra el individuo. Lo mismo podría estar en el Hospital Cira García, en la zona de la embajada de Canadá, en el restaurante Vistamar o simplemente caminando por la 5ta Avenida.

Si los 40 firmantes de la carta convencieran a Obama de vender más antenas a la dictadura, la capacidad para ubicar a un opositor aumentaría considerablemente. El Gobierno podría llegar a saber con una exactitud de metros dónde están uno o varios opositores reunidos o hacia dónde se dirigen. No solo por el aumento de la densidad de torres sino por el uso de antenas con tecnología moderna o "sectores". El Gobierno podría fácilmente seguirle la vida y los pasos a cualquier cubano del que sospechara infidelidad política. Y no hay dudas de que lo va a hacer.

Los  técnicos de la policía secreta castrista utilizaron la inexacta tecnología que tienen para localizar los movimientos de los dirigentes opositores Oswaldo Paya y Harold Cepero, en un operativo de vigilancia y seguimiento en que ambos perdieron la vida en un misterioso "accidente". Con la nueva tecnología que se le pide a Obama que permita vender a La Habana, se podría vigilar con exactitud los pasos de los extranjeros que vayan a apoyar a la oposición democrática. Y con toda seguridad, los 40 firmantes estarían en la lista de objetivos a seguir. Esta poderosísima arma en permitiría además al régimen hacer un seguimiento a distancia, evitando sospechas e incluso ahorrando recursos.

Una alternativa

Las dictaduras no temen a la tecnología per se, sino a que ésta se encuentre en manos de la sociedad. Este debería ser el enfoque de los pedidos; liberar tecnología que llegue directamente a la sociedad. Partiendo de una idea elemental: tecnología para consumidores finales. Esto incluiría teléfonos satelitales, dispositivos para redes inalambricas, multiplicadores de señal, receptores satelitales, dispositivos para encriptar y transportar datos.

Lejos de pedir "licencias de mercadeo y ventas", el foco debió estar en promover viajes de entrenamiento que permitan a emprededores construir redes wifi encriptadas. En grandes ciudades y con altos volumenes de densidad poblacional, estas redes serían imposibles de desmantelar y podrían proveer a la sociedad de una internet paralela a bajo costo.

La carta de estas más de 40 personalidades al presidente Obama pidiéndole que flexibilice su política hacia el régimen castrista puede estar llena de buenas intenciones, pero quienes la escribieron demuestran una ignorancia inexplicable. La petición de vender tecnología moderna directamente al régimen, tecnología que será inmediatamente usada para mejorar la represión y hacer más difícil la lucha por la libertad y la democracia de Cuba, es uno de los aspectos cuestionables de ese documento.

DIARIO DE CUBA

 
Cavilaciones sobre los Dictadores PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 03 de Junio de 2014 14:55

Por Pedro Corzo.-

Es posible que muchos se pregunten,  ¿qué es un dictador, que factores definen a un gobernante con un calificativo que deshonra y por qué hay pueblos que soportan dictaduras cuando otros nunca las han padecidos?

También es razonable averiguar por qué un dictador disfruta de apoyo popular y lo que es más alarmante todavía, qué motiva que un mandatario que accedió al poder violentando la institucionalidad, pueda acceder de nuevo al mando con el apoyo electoral de una mayoría ciudadana.

Son preguntas complejas que probablemente no tengan respuestas precisas, pero si es evidente que hay culturas que tienen una fuerte propensión al gobierno fuerte, el liderazgo indiscutido, a la aceptación de una autoridad que asuma responsabilidades qué aparentemente la mayoría ciudadana prefiere evadir.

No todos los dictadores son iguales en proyectos y métodos pero si hay factores comunes que les identifican sin que importe época, cultura, geografía, educación, ciudadanía o ideología, si es que el dictador en cuestión se considera abanderado de alguna.

El poder que el Dictador detenta no está en discusión ni es sujeto de debate. El dictador es figura y genio de su propósito de gobierno cualquiera que este sea.

No admiten retos a su autoridad, pero no todos responden a los desafíos con igual brutalidad ni soportan con igual entereza las presiones de que son objetos por parte de la oposición.

El dictador se identifica más por sus acciones que por detentar un poder político, religioso o económico. Siempre muestra un profundo desprecio por la opinión ajena. Ignora el derecho a disentir. Es intolerante, sectario, y hasta puede llegar a ser paternalista en sus abusos.

El dictador gusta del elogio, la adulación y la sumisión a su voluntad. Disfruta de la historia y por lo regular está convencido que sus veredictos serán trascendentales.

Estos déspotas consideran que envilecer a sus partidarios, a la oposición, y a los indiferentes,  es un mandato que garantiza su perpetuidad en el poder. Corromper a la ciudadanía es su carta de triunfo y lo logra con los premios y castigos que dispensa a caprichos de su voluntad.

Los dictadores son taimados, inescrupulosos, vendedores de promesas y hacedores de castillos en el aire pero muy en particular, desconfiados, porque para ellos la lealtad es proporcional a los privilegios que otorga.

Son mentirosos con talento. Conocen a la gente que gobierna, saben de sus debilidades y grandezas. Les distingue un aguzado sentido del que hacer en los momentos de crisis.

El dictador no es cobarde por naturaleza como algunos gustan calificar. Puede ser un miserable, pero su valor personal está por encima del promedio del de sus conciudadanos. No es prudente confundir en un dictador la cobardía con su sentido de la prudencia o la perdida de la motivación para gobernar. Son victimarios por naturaleza, pero eso no prueba que sean pusilánimes ni cobardes.

Las motivaciones que sostienen e impulsan a los dictadores pueden ser múltiples, complejas y responden a varios patrones, por lo que a pesar de posibles semejanzas con otros de su calaña en la manera que dispensan su poder y ejercen el liderazgo, las diferencias entre ellos son fácilmente apreciables por un observador aplicado.

Hay dictadores carismáticos. Verdaderos seductores de masas e individuos. Personajes que poseen una capacidad excepcional para atribuirse éxitos y distribuir las culpas.

Este tipo de dictador es extremadamente peligroso porque su mesianismo es contagioso, y su afán de redención afecta la roca más insignificante de su reino. Dividen las sociedades y las conducen a puntos de confrontación tan agudos que la comunidad puede llegar a resentir sus valores más trascendentes y abarcadores.

Bajo estos líderes los pueblos sufren metamorfosis alienantes. El rebaño es objeto de la voluntad de su conductor pero se cree sujeto en la personalidad de este. El individuo se hace infinitesimal en la voluntad de quien maneja sus miedos, frustraciones, aberraciones y quimeras.

También los hay que a través de instituciones del estado ejercen un férreo control sobre las actividades públicas. Ellos controlan las asambleas legislativas y los poderes judiciales por medio de sinecuras y violencias de terceros si las condiciones lo demandan.

Este tipo de dictador gusta de elecciones y hasta concede  ciertas libertades de expresión, pero su afán por el poder a pesar de que lo renueva con el voto popular, permite ver su cola de cercenador de libertades.

También, y es posible que olvidemos alguna especie de estos vertebrados que causan tanto daño a la humanidad, existe el dictador capaz de sintetizar todos los atributos antes mencionados, y son los que no solo hacen historia para sus pueblos si no que como supernovas aberradas esparcen la oscuridad en la historia universal..

 



Pedro Corzo

Periodista

Última actualización el Martes, 03 de Junio de 2014 15:01
 
¿Juez o parte? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 29 de Mayo de 2014 00:11

Por Antonio Rodiles.-

El debate suscitado a partir de la carta de más de 40 personalidades pidiendo el relajamiento de las restricciones al régimen de La Habana ha sido copioso. Han respondido con intensidad quienes abogan que, como premisa, deben ser devueltos a los cubanos sus derechos y libertades fundamentales, además de ser muy explícitos al aclarar que serían personeros del régimen quienes mayor partido sacarían de las medidas propuestas. Mientras tanto, es notable el silencio de quienes desde la Isla apoyan este documento. No he leído ningún artículo aún que lo defienda.

En medio de la polémica, encuentro hoy una entrevista en el nuevo sitio de Yoani Sánchez, quien ha manifestado en otras ocasiones respaldo a la agenda de Carlos Saladrigas, uno de los principales promotores de la misiva antiembargo. La entrevista hace referencia al debate desatado y su encabezado llamó mi atención. Cito:

"La propuesta ha desatado las pasiones y las especulaciones, alimentadas también por la inminente llegada a La Habana de representantes de la Cámara de Comercio de EE.UU."

"La sociedad cubana, sin embargo, parece mantenerse al margen de los titulares, los artículos encendidos y las réplicas —o apoyos— a la llamada 'carta de los 40' que ya circulan por las redes y los correos electrónicos. Con el pensamiento puesto en esa población desinformada y sumida en sus grandes problemas cotidianos, realicé esta entrevista al vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, que me recibió en Washington pocas semanas antes de la salida de 14ymedio."

La sociedad cubana no está al margen, cada vez más se escuchan opiniones de  ciudadanos "de esa población desinformada y sumida en sus grandes problemas cotidianos" que reconocen abiertamente que no es el embargo el responsable de tanta penuria sino una dictadura dispuesta a seguir depredando el país.

Los escritores, intelectuales, periodistas, activistas, presos políticos, lectores y foristas que por estos días, desde fuera y dentro de la Isla, se han manifestado sobre el tema a través de artículos y comentarios en los portales DIARIO DE CUBA, Cubanet y otros, también conforman la nación cubana. Quienes opinan desde dentro y sostienen proyectos y otros medios de prensa independientes y enfrentan constantemente la represión de un dictador y su régimen, también pertenecen a la sociedad cubana.

En medio de un debate intenso y sin siquiera haber tomado parte del mismo, pretender erigirse como la voz o el canal que puede darle al pueblo cubano la luz de lo que ocurre, resulta pretencioso y descalificativo hacia quienes han entrado en esta polémica.

Es fundamental la honestidad política, 55 años de castrismo han sido demasiado tiempo de simulación. Toca ahora mayor transparencia y claridad. Ojalá que la franqueza sea parte esencial del juego político, aunque duela. Ojalá quienes tienen listas sus agendas y sus acompañantes en Cuba presten algo de interés al reclamo justo de los derechos de quienes están bajo una total indefensión, y no acudan a justificarse en el relativismo.

Importante es que se respeten criterios y visiones diversas cuando del futuro de una nación se trata. Pero también resulta elemental que se preste especial atención a quienes como bien resumiera el periodista Raúl Rivero en un artículo, están "muy cerca de la candela".

El debate sobre el embargo tiene un espacio primordial en la actualidad cubana. Pero debe contener como elemento esencial el reclamo de nuestros derechos básicos. Y ahí están los Pactos de DDHH de la ONU como herramientas fundamentales. De ser ratificados e implementados, nos darían un escenario real de cambios y entonces, quizás, comenzaríamos a vislumbrar otra Cuba.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Lunes, 02 de Junio de 2014 15:13
 
División en la cúpula gobernante cubana PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 26 de Mayo de 2014 08:42

por Jorge Hernández Fonseca.-

En cualquier caso, alguien de la cúpula castrista mandó a publicar en Granma la supuesta relación entre el lanzamiento del periódico de Yoani y los intentos anteriores reconocidos oficialmente por EUA como herramientas para difundir informaciones dentro de la isla

De igual manera, alguien de la cúpula castrista mandó a eliminar el desvío de los accesos al periódico de la bloguera cubana, hacia otro sitio que la denigra e insulta, tal y como lo hizo Granma.

Última actualización el Domingo, 01 de Junio de 2014 15:46
 
¿Capital para quién? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 30 de Mayo de 2014 11:56

Por Roberto Álvarez Quiñones.-

Los promotores la Carta a Obama, o ignoran cómo funciona la economía en Cuba, o quieren hacer negocios y estar "dentro" de la Isla para cuando los Castro mueran y se inicie el postcastrismo.

O aceptas esas condiciones, o te cerramos el negocio y no recibes un centavo más de Miami."

Esta probablemente sería la frase que le diría el régimen de los Castro a cada uno de los cuentapropistas que pudiese recibir recursos financieros enviados por empresarios cubanoamericanos desde Estados Unidos, si el presidente Barack Obama aceptase la petición que le ha hecho un grupo de importantes figuras de los negocios y la política.

Los promotores de esta iniciativa, o ignoran por completo cómo funciona la economía en Cuba, o quieren hacer negocios y estar "dentro" de la Isla para cuando los Castro mueran y se inicie el postcastrismo.

Es obvio que la dictadura aceptaría el apoyo económico a los cuentapropistas desde EEUU solo si pudiese obtener ganancias muy superiores a las que recibirían los cubanos emprendedores. Es irreal pensar otra cosa.

No solo la nueva Ley de Inversión Extranjera, promulgada a fines de marzo pasado, excluye la posibilidad de que los cubanos residentes en el país puedan invertir, "porque no tienen capital" —como argumenta el Gobierno—, sino que en el caso de que pudiesen recibir financiamiento o equipamiento desde el extranjero, tampoco lo podrían invertir porque lo prohíbe el Partido Comunista (PCC).

Los Lineamientos económicos, aprobados en 2011 por el VI Congreso del PCC, establecen: "No se permitirá la concentración de la propiedad en personas jurídicas (negocios privados) o naturales" (individuos)".

Dicho en otras palabras, en Cuba no se puede crear capital nacional privado. No hay otro país en la tierra, excluyendo a Corea del Norte, en el que se impida a sus ciudadanos crear riqueza, acumular capital y progresar. Ese es uno de los mayores absurdos que presentan las "reformas" raulistas, que nada tienen que ver con China o Vietnam.

Si alguien en la Isla quiere ampliar un tallercito de reparación de calzado para comenzar a producir zapatos en pequeña escala y avanzar en el negocio, no puede hacerlo aunque le llueva todo el dinero del mundo desde el extranjero. Su timbiriche no podrá crecer. Tampoco el propietario de un restaurante privado puede progresar, pues el Estado solo autoriza que tenga un máximo de 50 sillas.

Lo único positivo sería que cubanos que hoy no tienen su propio negocito por falta de dinero, tal vez podrían abrir uno. Pero saben que no van a poder prosperar, y que apenas obtendrán recursos para pagar los impuestos. No obstante, eso sería bueno.

Quienes solicitan a Obama que permita inyectar capital a los cuentapropistas tienen razón en cuanto a que la economía cubana necesita urgentemente de un sector privado que dé empleo al 43% de los 4,2 millones de empleados del Estado, unos 1,8 millones de trabajadores que son innecesarios según un estudio oficial. La economía isleña no saldrá de su devastadora crisis endémica mientras no se liberen las fuerzas productivas.

Burguesía cívico-militar

Pero los Castro no quieren dicha liberación, sino edificar una nueva burguesía cívico-militar que trascienda la partida biológica de ellos dos. Ya se gesta en Cuba la futura aristocracia postcomunista integrada por los familiares de ambos hermanos, y de los generales, coroneles, y los máximos jerarcas de la nomenklatura. Ellos van conformando paulatinamente un entramado mafioso de mercado, al estilo postsoviético, aunque con mucho mayor protagonismo militar.

Por eso se entrenan como gerentes de las únicas industrias y actividades que son rentables, o que podrían llegar a serlo, casi todas ya manejadas por el Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR).

Un adelanto del futuro de los militares en Cuba es el Grupo Corporativo GAE, perteneciente al MINFAR y al Ministerio del Interior. El GAE opera restaurantes, hoteles, instalaciones turísticas, transporte aéreo, marítimo y terrestre, más de 300 tiendas recaudadoras de divisas, y otros muchos establecimientos. Tiene tentáculos bancarios por todo el mundo y emplea en la Isla a miles de trabajadores. Lo peor es que el GAE no rinde cuentas a nadie y sus ingresos no van directamente al presupuesto nacional, sino que pasan antes por un limbo financiero que es primeramente "ordeñado" casi de forma secreta por la Junta Militar y el generalato.

Estos empresarios que en el futuro próximo pasarán de "proletarios" a propietarios, serían quienes más se beneficiarían si Obama decidiese burlar al Congreso y autorizar el envío de capitales a la Isla.

Prohibiciones y condiciones

¿Por qué? El Gobierno, por ejemplo, podría obligar a los cuentapropistas a comprarle al empresariado militar y sus cayos adyacentes —a altísimos precios de monopolio— todos los  insumos y equipos que necesitan para dar cierto impulso a sus precarios negocitos, y crecer hasta el límite en que el régimen considerase que hay "concentración de la propiedad". Es decir, los cuentapropistas solo podrían recibir cash desde EEUU, y no insumos y equipos. Estos seguramente serían comprados por el Gobierno en Panamá y otros países, a un costo que no sería descabellado pensar equivaldría a un 10% o un 12% del precio que le cobrarían luego a los negocios privados.

De ser autorizada la recepción de equipamiento y tecnología desde EEUU sería sobre la base de imponer exorbitantes tarifas aduaneras e impuestos sobre las ganancias a los cuentapropistas. Los ingresos por esos gravámenes irían al Estado, pero sobre todo a la Junta Militar y el empresariado cívico-militar.

Por último, más que los firmantes de la petición a Obama se equivocan quienes últimamente piden levantar lo que queda del embargo estadounidense contra Cuba para provocar una democratización. No acaban de entender la naturaleza del régimen cubano, ni a los Castro, ni a los otros "históricos" que mandan en el país.

Nuevos líderes

En 55 años de poder absolutista ambos dictadores jamás han hecho una concesión que ellos consideren de "principios". Y admitir el fracaso del socialismo y posibilitar reformas de mercado y una democratización del sistema político, lo sería. Para ellos sería una claudicación y una "traición". No lo van a hacer.

Más sencillo aún: los procesos libertarios que echaron abajo el Muro de Berlín y acabaron con el comunismo en Europa fueron promovidos por nuevos dirigentes políticos que sustituyeron a los fósiles estalinistas.

También en China y en Vietnam hubo profundas reformas económicas de mercado solo después de la muerte de Mao Tse Tung y luego de que fue removida la casta ortodoxa de los tiempos de Ho Chi Minh. En ambos casos el sistema político totalitario y violatorio de los derechos humanos quedó intacto.

En Corea del Norte, en cambio, no ha habido reformas económicas ni políticas, pues rige la misma dinastía desde hace casi 70 años. Igualmente, en Cuba tampoco habrá cambios radicales económicos, y mucho menos políticos, mientras la dinastía Castro ostente el poder. Sí va a continuar la proliferación de timbiriches de corte medieval. Y punto.

La pregunta adecuada aquí finalmente es: ¿capital para quién? Son muchas las razones para creer que esos recursos financieros irían fundamentalmente al Estado y no crearían el amplio sector privado que la nación reclama. Y a la dictadura, lejos de debilitarla, le daría oxígeno.

DIARIO DE CUBA

 
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