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Artigos: Cuba
Obama…quizás PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 15 de Marzo de 2014 20:16

Por Huber Matos Araluce.-

La Presidencia de los Estados Unidos es un trabajo difícil.  No hay título universitario o inteligencia que garantice el éxito. O se tiene experiencia o se aprende de crisis en crisis. Cuando Obama termine su segundo y último periodo en la Casa Blanca habrá tenido el suficiente fogueo para llegar a ser un excelente Presidente, pero entonces será muy tarde. 

Una muestra del aprendizaje del actual mandatario es la crisis en Ucrania donde  las tropas rusas han invadido a Crimea y amenazan el resto de Ucrania.  Obama llegó a la Casa Blanca creyendo que él podía tener una relación de alto nivel y de buena comunicación con Vladimir Putin.  Presunción que este ex coronel de la KGB soviética  parece haber interpretado como debilidad de carácter del Presidente.

Putin no se habría atrevido a ordenar esa operación si el Presidente hubiera sido un Teddy Roosevelt o un Ronald Reagan.  A ninguno de los dos lo habría intimidado la matonería del autócrata ruso a pesar de que los Estados Unidos eran entonces una nación con mucho menos poderío económico y militar que hoy.  Ambos sabían que el temor y la prudencia excesiva   provoca  el abuso y  la violencia de parte de los enemigos de la libertad. 

Con Ronald Reagan o Teddy Roosevelt en la Casa Blanca los octogenarios hermanos Castro no se habrían arriesgado a  tomar de rehén a un ingeniero estadounidense –Alan Gross– y condenarlo injustamente a 15 años prisión con el fin de chantajear a Washington. Tampoco habrían tolerado que oficiales de las fuerzas armadas y de los servicios de inteligencia cubanos ayudaran a los chavistas a dominar Venezuela aniquilando su democracia.  Venezuela es la cabeza de playa de la invasión antidemocrática en  toda Latinoamérica.

Obama no es cobarde, está aprendiendo su trabajo y el caso de Venezuela le ofrece una oportunidad de poner en práctica lo aprendido hasta el momento.  En primer lugar tiene que hacerle saber a los gobiernos latinoamericanos que los Estados Unidos tiene intereses en Latinoamérica  a los que no va a renunciar y que por principio y por conveniencia van a defender la democracia en Venezuela sin ambigüedades. 

Las recientes declaraciones del Secretario de Estados John Kerry parecerían apuntar en esa dirección.  Ha dicho que − los Estados Unidos estaría dispuesto a sancionar al gobierno venezolano - pero que prefieren evitarlo para no perjudicar la delicada situación económica en ese país.   El problema es que es un mensaje que puede ser interpretado como una decisión en cualquier dirección.  Mientras tanto el aparato de represión castrochavista no descansa un minuto en su propósito de desarticular brutalmente las protestas de los venezolanos.

El gobierno estadounidense no debe dejar en manos de los gobernantes de la región el freno a los atropellos de lo que queda de  democracia en Venezuela y debe hacérselos saber claramente.  La mayoría de los gobernantes latinoamericanos  participaron recientemente en Cuba en una reunión de la CELAC en la que demostraron que no tienen interés ni voluntad en defender la democracia de ningún país de la región.  La mayoría acaba de descartar la solicitud de discutir en el seno de la OEA la violación en Venezuela de la Carta Democrática Interamericana.


Obama  tiene dos opciones: Una, parecer que hace y en definitiva no hacer nada para salvar a la oposición democrática venezolana. Dos, poner en práctica sus experiencias y usar la influencia en el mundo y los recursos de su poderosa nación para asegurarse que esa democracia sobreviva en una nación donde demócratas y chavistas puedan contar con medios de información libre, donde tengan garantizados el respeto a sus derechos y estén libres de intromisión extranjera, específicamente la castrista.

Obama no ha podido lograr la paz en Afganistan, Iraq, Siria y Libia. No pudo salvar la democracia en Egipto, ni alcanzar un entendimiento entre palestinos y judíos.  El problema nuclear iraní parece escapársele de las manos y sus relaciones con Rusia empeoran con el tiempo.  Quizás Venezuela y Cuba, que son problemas mucho más sencillos, le permitan al presidente estadounidense ser recordado como el hombre que salvó la democracia en Venezuela,  devolvió al pueblo cubano su libertad y salvó al continente de un futuro incierto y peligroso.  Quizás.

 
Muere Huber Matos, nace un símbolo PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 28 de Febrero de 2014 16:16

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Igual que la cruz simboliza el cristianismo, el mar la libertad y el color blanco la pureza, Huber Matos simboliza la demostración objetiva del desdoblamiento de la revolución democrática cubana libertaria, en opresión comunista. El comandante Huber Matos es el símbolo cabal de la traición de Fidel Castro a la revolución democrática de 1959 en Cuba.


Muere Huber Matos, nace un símbolo

Jorge Hernández Fonseca

28 de Febrero de 2014

Los humanos somos básicamente simbólicos. Hay objetos, elementos, colores, formas y personas, que concentran para sí el significado abstracto de sentimientos, expresiones y virtudes. Es el caso del comandante de la revolución democrática cubana de 1959, Huber Matos Benítez. Igual que la cruz simboliza el cristianismo, el mar la libertad y el color blanco la pureza, Huber Matos simboliza la demostración objetiva del desdoblamiento de la revolución democrática cubana libertaria, en opresión comunista. El comandante Huber Matos es el símbolo cabal de la traición de Fidel Castro a la revolución democrática de 1959 en Cuba.

La lucha del pueblo cubano contra la traición de Fidel Castro tiene muchos episodios tristes, rostros heroicos, sufrimientos, fusilados, asesinados en el mar tratando de escapar del comunismo, toda esa épica de sangre y desarraigo provocada por un dueño de mentira lo simboliza Huber Matos, el hombre que habiendo llegado al sitial más alto de la revolución de 1959, renunció a los honores que le esperaban y los cambió por 20 años de celda solitaria.

Hay hombres de temple en la historia del mundo; la historia de Cuba es prolífica en heroísmo y dignidad. Huber Matos pasa desde ya, por mérito propio, a ocupar un sitial en esa historia, señalando con su imagen la traición escenificada por el dictador cubano engañado vilmente a todo un pueblo, cuando desmentía su ideología comunista desde los primeros días de la Sierra Maestra, como una estrategia cobarde y engañosa para triunfar de manera ignominiosa.

En el futuro por escribirse de la patria no podrán entenderse las actuales y futuras reformas de Raúl Castro sin mencionar el alerta temprano del Comandante Huber Matos, hace 55 años. La canallesca transición que prepara la familia Castro, encabezando el paso a un capitalismo de estado en la isla, no podrá ser narrada sin el grito de libertad de Huber Matos en 1959. Un hombre de 95 años muere –llevando a la tumba el dolor de un revés-- que a la distancia de 55 años se torna lúcida victoria, al ver al comunismo que él condenara irremisiblemente derrotado.

Su desaparición física hace justicia a su historia. Conocedor de su final, hizo frente con valentía al desenlace natural, pidiendo ser liberado de los esfuerzos tecnológicos que lo mantenían con vida, para dejar en su familia el consuelo de una despedida directa; para escuchar de sus compatriotas en la isla la entonación del sagrado himno nacional, para dedicarle el último suspiro, las últimas frases, el último pensamiento, a su querida patria oprimida.

Sobre el Comandante Huber Matos se escribirán raudales de tributos desde todos los rincones habitados por los hombres libres. Sirva este modesto tributo de un cubano exiliado --víctima también de la desidia castrista que se posesionó de Cuba desde que Fidel Castro decidió traicionar su palabra, su honra y su legado-- para hace más luz sobre el símbolo de lo más democrático de la revolución cubana de 1959. Huber Matos murió por la patria y parafraseando nuestro himno nacional --y hoy como una verdad indiscutible-- “morir por la patria es vivir”.

Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Domingo, 09 de Marzo de 2014 10:23
 
La mentira omnipresente PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 05 de Marzo de 2014 11:18

Por Hermann Tertsch.-

La Audiencia Nacional ha dado definitivo carpetazo a la querella presentada por la familia de Oswaldo Payá contra mandos militares cubanos por su muerte el 22 de julio de 2012. La Sección Segunda de lo Penal confirma la decisión del juez Velasco. Y ya no cabe recurso. Las autoridades judiciales españoles, como ya hizo antes el Gobierno, se creen plenamente la versión de los jueces de la dictadura cubana y desprecian las sospechas de la familia. Las pruebas producidas sin control independiente, como todo el atestado y la investigación de la policía política cubana, la obvia parcialidad de todos los implicados desde el principio hasta el final, la absoluta indefensión de quienes se vieron implicados... todo ello no tiene la menor importancia. Porque al fin y al cabo, los tribunales que mandaron fusilar al general Ochoa, que mandan desde hace medio siglo a centenares de miles de cubanos a las cárceles, a trabajos forzosos o directamente a la muerte, están compuestos por unos comunistas de carnet y fidelidad jurada y probada a diario. Según la Audiencia Nacional son unos señores muy respetables que jamás nos mentirían.

Nada permite cuestionar «los hechos probados en la sentencia del Tribunal Provincial Popular de Granma». Ya saben, esos tribunales populares que han sembrado el terror en Cuba en todos los momentos de crisis. Sin jamás opinión, decisión, investigación o sentencia no sujeta a la incondicional obediencia al Partido Comunista de Cuba. Nada de investigar, o de comisiones rogatorias, como las que se mandan a Irak para que el juez Pedraz demuestre que Bush ordenó atacar Bagdad para matar a un periodista español de izquierdas. Ahí se sospecha. Porque podrían mentir todos los oficiales norteamericanos que juran que no fueron a Bagdad a matar a Couso ni a sus colegas. Pero un militar yanqui no tiene la credibilidad de un juez comunista para la Audiencia. Da igual que Payá llegara vivo al hospital. Da igual todo. Al fin y al cabo era español porque le había dado la ciudadanía el presidente Aznar. Y era eso que los amigos de Couso llamarían un «gusano». Cuán diferente el trato dispensado al «gusano» cubano español Payá, encima cristiano, y el dado a los mitos que la izquierda arropa y presenta. Más allá del caso Couso. A izquierdistas españoles muertos en otras dictaduras que gustan menos que la cubana. Aunque en muchos casos la implicación o la complicidad de los españoles en actuaciones armadas o terroristas estuvieran más que probadas.

Y ahí tienen el caso del diplomático Carmelo Soria. ¡Cuánto ahínco en saber del caso, que todos aplaudimos! Pero hay que marcar diferencias. Nuestros compatriotas en Venezuela, como los propios venezolanos aplastados ahora por Maduro y sus agentes cubanos, no deben esperar nada. El pobre canario Wilder Carballo, al que asesinaron el pasado lunes de un tiro en la cabeza, se enfrentó a los chavistas. Y encima era empresario. No esperen sus familiares se haga mucha épica con su muerte en España. Y pierdan cuidado, que el juez Santiago Pedraz no irá.

En el caso de Payá, bastó con echar la culpa a un chivo Carromero fácilmente ridiculizable. Aceptando sin rechistar la sentencia de un tribunal popular de uno de los regímenes más canallas del globo. Mucho de lo peor que pasa en España se debe a la mentira del pueblo antifranquista. Por la que todos han de hacerse perdonar no haber sido el antifranquista que fueron muy pocos. Es muy equiparable al mito castrista en toda Latinoamérica, una lacra del pensamiento y un lastre para todo desarrollo. Está comprobado que esas miserias morales, la una como la otra, se heredan. Quizás sean la misma, esa mentira omnipresente.

Tomado de ABC MADRID; ESPAÑA

 
Cuba: Huber Matos, un revolucionario honesto PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 01 de Marzo de 2014 11:25

Por Vicente Botín.-

“No tenemos interés en quedarnos con tus huesos, ya te queda poco camino por andar”. Cuando Huber Matos escuchó estas palabras miró a su interlocutor con desprecio. Tenía frente a él al coronel Blanco Fernández, jefe de la prisión militar de La Cabaña, en La Habana, quien nunca consiguió doblegar a aquél hombre de aspecto frágil pero firme como sus convicciones, a pesar de las torturas a las que fue sometido durante los 20 años que estuvo en prisión. Era el 21 de octubre de 1979 fecha en la que el antiguo comandante de la revolución abandonó la cárcel camino del exilio donde ha muerto sin ver cumplido su sueño de regresar a su país libre de la tiranía de los hermanos Castro.

Huber Matos representa como pocos el camino recorrido por la revolución cubana, desde la generosidad y el heroísmo de todos los que lucharon por una Cuba democrática hasta la larga noche del castrismo. Precisamente su libro “Cómo llegó la noche” es uno de los testimonios más escalofriantes de la diabólica maquinaria que puso en marcha Fidel Castro para adueñarse de Cuba.

Maestro de profesión, el comandante Huber Matos se incorporó en los primeros meses a la lucha armada contra Fulgencio Batista, y en marzo de 1958 protagonizó una de las hazañas más sonadas de la contienda al aterrizar en la Sierra Maestra con un avión cargado de armas que transportó desde Costa Rica. Como comandante de la Columna 9 sitió Santiago de Cuba, la segunda ciudad más importante del país, cuya caída precipitó el triunfo rebelde. Al triunfo de la revolución, Huber Matos fue nombrado gobernador militar de Camagüey pero dimitió de su cargo y fue detenido, juzgado y condenado por “traidor”.

El caso de Huber Matos fue paradigmático porque su juicio y condena marcaron el punto de no retorno de la revolución hacia el totalitarismo. Antes de dimitir, el comandante Matos le había expresado a Fidel Castro su intención de abandonar la jefatura militar de Camagüey debido al peso cada vez mayor de los comunistas en el gobierno. Fidel negó que eso fuera cierto y le tranquilizó con estas palabras: “Lo que tú temes, que caigamos en manos de los comunistas, tienes que desecharlo. Debes tener en cuenta que la mayoría de los nuestros son ajenos al marxismo (…) con nosotros no van a ir muy lejos los comunistas. Admito que Raúl y el Che están coqueteando con el marxismo (…) pero eso no significa que se vayan a adueñar del proceso. Tengo todo bajo control. Olvídate de renunciar”.

Pero Fidel Castro mentía y Huber Matos presentó finalmente su dimisión. El 19 de octubre de 1959 envió una carta a Fidel Castro en la que le decía: “No deseo convertirme en obstáculo para la revolución y creo que, teniendo que escoger entre adaptarme o arrinconarme para no hacer daño, lo honrado y lo revolucionario es irse”.

La carta de Huber Matos a Fidel Castro, que su mujer hizo pública, le salvó la vida porque Raúl Castro quería que le fusilaran con el pretexto de que era el cabecilla de una conspiración contra la revolución.

Huber Matos fue sometido a una parodia de juicio. El comandante sabía que estaba condenado de antemano pero su alegato descolocó a los hermanos Castro al hacer una defensa del proceso revolucionario tal como se gestó. “¿Qué hemos prometido a los cubanos? –dijo— Que la libertad sea un derecho absoluto, que nadie sea perseguido por sus ideas, que los campesinos accedan a la plena propiedad de la tierra gracias a la reforma agraria, que nuestros hijos puedan estudiar en las escuelas donde se les prepare para convertirse en ciudadanos libres, que nuestra nación goce y ejerza su independencia y soberanía sin restricciones y sin vínculo alguno con una metrópolis, que nuestro pueblo disfrute de condiciones de vida aceptables y sea dueño de su destino ¡Por todas esas promesas estoy dispuesto a dar la vida!

Muchos de los presentes en la sala, la mayoría ex guerrilleros, aplaudieron calurosamente las palabras de su antiguo compañero de armas. Los hermanos Castro, que seguían el juicio desde una sala contigua se dieron cuenta de que el juicio se les iba de las manos y urdieron una treta. Al día siguiente, Raúl Castro declaró como testigo de cargo y presentó lo que según él eran “documentos comprometedores” contra Huber Matos. Pero éste se defendió con fuerza y acusó Castro de “mentiroso, falsificador y tramposo”. Después le soltó a bocajarro: “¿Sabe usted como le llama el pueblo cubano? ¡Le llama señor odio!”.

El brillante alegato de Huber Matos le salvó la vida. No se sostenía la acusación de traidor contra quien defendía los principios que inspiraron la revolución. Los hermanos Castro no querían hacer un mártir de Huber Matos. Pensaron que moriría en la cárcel donde se le sometió a un tratamiento “especial”. Pero el comandante resistió la tortura y los intentos de asesinato y desde su puesta en libertad no cejó en su lucha contra la dictadura.

Huber Matos como tantos otros y en especial su amigo el también comandante Camilo Cienfuegos, desaparecido en extrañas circunstancias, quizás asesinado por Raúl Castro, representan los ideales de una revolución traicionada por hombres sin escrúpulos que llevaron la noche más oscura a Cuba.

Tomado de INFOLATAM

 
¿Cambiará la politica (de EUA) hacia Cuba? Por Andrés Oppenheimer PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 18 de Febrero de 2014 08:26

Por Andres Oppenheimer.-

“Una nueva encuesta, que revela que la mayoría de los miamenses apoya la normalización de los vínculos de Estados Unidos con Cuba, ha causado gran excitación en los medios, luego de que tanto los organizadores de la encuesta como algunos expertos pronostican que tendrá un gran impacto sobre la política estadounidense hacia la isla. Desafortunadamente, no comparto ese optimismo.

(Extracto del artículo publicado por el diario Nuevo Herald)-.Tras leer la letra chica de la encuesta y hablar con algunos legisladores clave de Washington, no estoy seguro de que el Congreso – que tiene la llave para hacer cambios importantes en la política de Estados Unidos hacia la isla— cambie su postura contra el embargo comercial respecto a la dictadura cubana.

La encuesta, publicada a principios de esta semana por el Atlantic Council, reveló que el 56 por ciento de los estadounidenses —y sorprendentemente el 64 por ciento de los residentes de Miami — están a favor del cambio de la actual política de Estados Unidos hacia la isla…

Mi opinión: La encuesta del Atlantic Council es una encuesta realizada por gente seria. Pero dudo de que tenga mucho impacto político, por la misma razón que argumenta García: oponerse al embargo no le suma votos a ningún político estadounidense. Y tampoco a los políticos cubanos les interesa dar pasos hacia una normalización, porque necesitan mantener la ficción de que están “en guerra” contra Estados Unidos, para seguir aferrándose al poder.

Ojalá que Obama siga aumentando los permisos de viajes desde y hacia Cuba. Y ojalá que Obama adopte otras medidas adicionales, como permitir el comercio con empresas cubanas que no estén manejadas por la dictadura de la isla. Pero no creo que veamos más que eso en un futuro cercano, por lo menos hasta que no haya cambios mayúsculos en Cuba”.

Última actualización el Lunes, 24 de Febrero de 2014 14:16
 
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