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Artigos: Cuba
Las ficticias actualizaciones de Raúl PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 31 de Diciembre de 2013 10:27

Por Fabio Rafael Fiallo.-

El Informe Jruschov sobre los crímenes de Stalin, presentado al XX congreso del Partido Comunista de la URSS en 1956, suscitó expectativas inusitadas a nivel internacional. No tanto por lo que el informe reveló, pues para esa época solo los tontos útiles del comunismo seguían negando el carácter liberticida y criminal del régimen soviético, sino porque se pensó que, al pretender dejar atrás la época de Stalin, la Unión Soviética se encaminaba hacia la democracia.

La "desestalinización" no tuvo en realidad otro objetivo que evitar nuevas purgas contra dirigentes del PCUS. Por el contrario, la represión contra los disidentes y el amordazamiento de la población siguieron causando estragos tanto en la URSS como en los países sometidos a su yugo.

En materia de crear falsas expectativas, el castrismo no tiene nada que envidiarle a la URSS y su famosa desestalinización.

Comencemos recordando el ahínco y la vehemencia con que periodistas y académicos autocalificados de "progresistas" se dieron a la tarea de loar la pretendida vocación democrática de la "revolución cubana". La represión que se percibía ya en los albores del castrismo, se nos decía en aquel entonces, no era sino un fenómeno pasajero destinado a eliminar los remanentes del batistato. Pasada esa etapa, la democracia reinaría en Cuba con un resplandeciente vigor.

A Fidel no le tomó mucho tiempo frustrar aquellas esperanzas. A fines de 1961 reconoció que siempre había sido marxista-leninista y que su propósito era instaurar en Cuba la "dictadura del proletariado".

Falsas expectativas con respecto al régimen castrista han surgido igualmente en el plano económico en más de una ocasión.

Por su declaración de guerra contra el "monocultivo" (en alusión a la importancia del sector azucarero en la economía cubana de la época), el castrismo recibió los aplausos de los "progresistas" del mundo entero. Estos veían en la eliminación del "monocultivo" un paso indispensable para alcanzar la autosuficiencia alimentaria y enrumbar la economía cubana por la vía de la industrialización.

Diez años más tarde, ante el descalabro de la economía cubana, a Fidel no le queda más remedio que dar marcha atrás y decreta que la zafra de 1969-70 deberá alcanzar los diez millones de toneladas. Sin embargo, aquella zafra resultó ser un fiasco monumental.

En sus 55 años, el régimen castrista no ha logrado, ni reducir la dependencia alimentaria ni darle un nuevo impulso a la producción de azúcar. Actualmente, las importaciones representan el 80% del consumo total de alimentos. La producción azucarera, por su parte, ha bajado a niveles comparables a los de hace un siglo, lo que le impide a Cuba beneficiarse del alto precio mundial del azúcar en la actualidad.

Iguales expectativas, que luego culminaron en fracaso, surgieron en 1986 con las famosas "rectificaciones" económicas anunciadas por Fidel. Las ilusiones alcanzaron un punto tal, queThe Miami Herald —periódico crítico del régimen castrista— llegó a afirmar que "cambios profundos están barriendo en Cuba"[1]. Esos supuestos "cambios profundos" no se materializaron jamás.

Ironía de la historia: el régimen castrista se mantiene hoy en vida gracias al equivalente del "monocultivo" en el campo de los recursos no renovables. Se trata del "extractivismo" petrolero reinante en la Venezuela chavista, la cual bombea a la Isla más de cien mil barriles diarios de crudo a precios de regalo.

Y ahora, las 'actualizaciones'

La ficción del cambio reparador se ha puesto de nuevo en marcha con las llamadas "actualizaciones" de Raúl, con las que el régimen aspira a inyectarle a la economía cubana dosis homeopáticas del mismo capitalismo que su régimen se esmeró en asfixiar.

Se necesita sufrir de un entumecimiento ideológico agudo para pensar que es permitiendo la importación y comercialización de vehículos, legalizando ciertas actividades a fin de obligar a los cuentapropistas a pagar impuestos, o dándose a la trata de médicos, como la economía cubana podrá salir del coma en que el castrismo la ha mantenido sumida durante más de medio siglo.

Se argüirá que China y Vietnam, países sometidos como Cuba a férreas dictaduras, han sabido impulsar la economía. La gran diferencia reside en el hecho de que ambos países asiáticos comprendieron a tiempo la estupidez de ir en contra de las leyes del mercado y hábilmente han sabido jugar la carta de la integración en la economía capitalista mundial. Ambos países, además, han sabido atraer la inversión extranjera así como el know-how y los capitales de sus respectivas diásporas. Todo eso está lejos de ser el caso del castrismo.

En un artículo publicado el pasado mes de julio, el diario londinense Financial Times apunta que, cuando uno de sus periodistas preguntó "repetidamente" a funcionarios cubanos cuáles eran las oportunidades abiertas a la inversión extranjera, los mismos "no ofrecieron nada nuevo en absoluto" y se contentaron con declarar que "los reglamentos en vigor eran flexibles y adecuados".

Y no es una simple "zona económica especial", como la que se proyecta establecer cerca del puerto del Mariel para acoger empresas extranjeras, lo que podría modificar sensiblemente el vetusto estado de la economía cubana en su conjunto.

Más infundadas aun son las expectativas que el castrismo trata de alimentar en materia de apertura política. Mientras Raúl le propone a Obama establecer una "relación civilizada" entre los dos países, el régimen castrista no cesa de reprimir salvajemente a las Damas de Blanco, los miembros de Estado de Sats, la UNPACU y el resto de la disidencia cubana, negándoles el derecho a disentir y manifestar sus opiniones, propinándoles brutales golpizas y sometiéndolos a arrestos recurrentes e incluso a muertes sospechosas.

Por su rechazo a actuar en consonancia con las leyes elementales del quehacer económico y del juego democrático, las "actualizaciones" de Raúl están condenadas a correr la misma suerte que la "desestalinización" de Jruschov y terminarán defraudando las falsas expectativas que han intentado crear en la opinión pública internacional.

Tomado del DIARIO DE CUBA


[1] "Dramatic changes are sweeping Cuba" (en Frances Robles, "Cuban Communist Party Congress trapped in time loop", The Miami Herald, 18 de abril de 2011; y citado en Maria Anastasia O’Grady, "Is Cuba going capitalist?", The Wall Street Journal, 15 de agosto de 2011.

Última actualización el Lunes, 06 de Enero de 2014 09:51
 
Fin de año en La Habana PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 26 de Diciembre de 2013 09:34

Por JOSÉ PRATS SARIOL.-

Exhibo el honor de mi registro en la privilegiada lista de cubanos que no pueden entrar a Cuba. Nosotros los porfiados disidentes –quizás errados ante la "ideología" del borrón y muchísima cuenta nueva— aún permitimos que varios oficiales de la Seguridad del Estado no terminen como el teniente coronel Castañeda —que "atendía" a Heberto Padilla—, de taxista en su achacoso Lada por Belascoaín hasta Cuatro Caminos.

Debieran agradecernos ser tan empecinados. El Ministerio del Interior no tendrá –por ahora— que reciclar a sus agentes, convertirlos en pizzeros o granizaderos… Marino Alberto Murillo –jefe de la comisión de implementación de las reformas económicas— no les ofrecerá trabajos de sereno en alguna empresa brasileña, guardaparque en un campo de golf canadiense, portero de un hotel español, parqueador de autos rentados por antiguos gusanos que le echarán su propinita…

No podré reservar para la cena de fin de año en la Plaza de la Catedral, a 150 CUC el cubierto, con una botella de vino o sidra por pareja, amenizada por la banda gigante de Eusebio Leal, Issac Delgado y otros artistas invitados a la exclusiva noche.

Es triste, sin embargo, que carezcan de imaginación aun en El Patio, el restaurante que da a la hermosa plaza y donde se cocinará la cena. Porque podrían ponerle nombres históricos a cada plato. Por ejemplo, nada de lugares comunes con la langosta. Mejor "a lo Emilio Roig de Leuchsenring", para que alguno de los comensales piense en Cuba –padezca un breve carguito de conciencia— y le dé por beberse una botella de Juanito el Caminante, negra sin discriminación racial y más cara que en Las Vegas.

Son apenas 150 CUC, la moneda que pronto desaparecerá absorbida por un juvenil peso cubano. Tan saludable como los jubilados que inundan los portales con las obras completas del Che y medallas de la Alfabetización o Girón, de Etiopía o Angola… A precios razonables, por el equivalente a cinco libras de carne de puerco. Aunque depende de si aún no han cobrado la pensión o ya cae el sol. Porque entonces hasta por dos libras de frijoles negros y una de malanga, al precio promedio de los carretilleros que desde temprano pregonan por entre los huecos de las calles de Santos Suárez.

Aunque hay otras opciones que los de la lista —¿dirán negra o roja?— nos vamos a perder. No podremos manosear un Granma, con la última foto barrigona de Díaz-Canel o el creciente obituario de personajillos que participaron en tres escaramuzas, todavía llamadas —influencia norcoreana— Batalla de Guisa, Batalla de Santa Clara, Gran Batalla del Jigüe…

Nos niegan comparaciones en vivo con las experiencias de nuestro exilio. ¿Pero para qué castigarse? Hay más de 2.500 millones de contundentes razones anuales para meditar, que sostienen el caldero con más fuerza que en El Salvador o en Honduras. Y tal vez –desde un ángulo bien cínico— sea el único logro imperecedero de la revolución.

En realidad no son tan brutos, no padecen la testarudez que en España atribuyen a los gallegos. ¿Qué podrían negociar sin lobby cubano en Washington o prensa opositora como Diario de Cuba, denuncias sobre el terrorismo de estado a pesar de la campaña mediática tras el saludo de Obama a Raúl Castro —que se babeaba— en Sudáfrica? Tendrían que desmontar el aparato represivo.

Y hasta ahí no llega el mambo, ni reviviendo a Pérez Prado. No, la lista —pequeño detalle— aún hace falta para justificar, invocar, clamar. Ya no les queda de otra —como diría un mexicano. Porque también les sirve para engatusar, chantajear, borrarte a cambio de silencio.

Se acerca otro fin de año, sin las alucinaciones de aquellos periodistas de Fin de siglo en La Habana. En La Habana que, como vieja dama indigna, patéticamente logra sobrevivir a la peor debacle de su pícara tradición pícara, con redundancia y derrumbes en la calle Infanta, énfasis y avidez por el dinero fácil, con escrúpulos guardados en la vitrina de obsoletos.

Habría que subir a la red una tarjeta navideña con la bandera, pero en lugar de estrella tendría el signo de $. Quizás en dorado o plateado o, por qué no, verde olivo… El 2014 aparecería al pie, en puntaje menor, porque el signo continuará primando, sin remedio a la vista larga.

Acabo de enviar un regalo pascual a un profesor universitario que necesita cuatro sacos de cemento para un derretido contra las goteras, y a una escritora —pertenece a los alegres irresponsables de "un día es un día"—  que no esperará el año en la aristocrática Plaza de la Catedral, entre abolengos patricios y pedigrí con charreteras, mesas de cortesía para escritores oficialistas y pintores macetas, pero sí en un paladar llamado La California (Crespo entre San Lázaro y Colón) donde por la tercera parte —dos meses de su salario— habrá un menú sin chavistas, gerentes chinos y viudos del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.

La California ofrece, además de artistas invitados: "Coctel de bienvenida y cesta de baguette con sorpresa de la casa. Crema de yuca con camarones salteados. Terrina de tomate con queso al basílico (sic) y crujiente de serrano (jamón de Jaruco). Tercer plato a escoger: Pato confitado a la naranja y frutos secos; langosta grillada sobre boniato caramelizado a la sidra; brocheta de pollo acompañada de vegetales; filete de pargo asado al pomodoro. Postre: manzanas al vino tinto acompañadas de helado de vainilla".

Los dos amigos resolverán algo, un poquito ante su 2014 sin incertidumbres, con la certeza de que en Cuba solo ha quedado la llave mágica, milenaria: $. Por eso mismo solo hay que esperar… Lo mucho y lo poco. A estas alturas da igual entre desigualdades.

¿Acaso no estamos de fiesta? ¿Entonces? ¿La cubanidad no era amor? ¿Presos políticos, represiones callejeras, listas de indeseables, socialismo del siglo XXI, marxismo-leninismo y demás platos del menú ideológico, hasta el Partido Comunista y la Constitución, no son detallitos a negociar, a escoger en La California o en Fresa y Chocolate, restaurantes privados, como el cliente ordene?

Aunque ellos quisieran cerrar el business o deal en la Plaza de la Catedral, entre bendiciones, nuevos marquesados y estridentes sones. Rumba con rumbo fijo: $ y ¡feliz Año Nuevo!

Tomado del DIARIO DE CUBA

Última actualización el Domingo, 05 de Enero de 2014 10:19
 
“I am Castro”. Otro Castro. La misma Cuba PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 27 de Diciembre de 2013 10:00

http://p2.trrsf.com/image/fget/cf/301/401/images.terra.com/2013/12/22/raul-castro-barack-obama-rts.JPG

Por Vicente Botín.-

… the other”, debería haberle dicho Raúl Castro a Barack Obama en Johannesburgo. Yo soy Castro, el otro, el sucesor, el heredero espurio de un régimen dictatorial que ha “resistido” a 10 presidentes de Estados Unidos y sigue librando una “eterna lucha contra el imperio”.

(Infolatam).- Raúl Castro acudió a los funerales de Nelson Mandela, en Sudáfrica, después de dar por finalizada la operación “Bastión 2013”, las maniobras de preparación defensiva más importantes que se han desarrollado en Cuba en los últimos cuatro años. Tras esos ejercicios se celebraron en todo el país los “Días nacionales de la Defensa”, con el objetivo de “continuar elevando el nivel de preparación y cohesión de los órganos de dirección y de mando de las tropas para enfrentar diferentes acciones del enemigo y evaluar la preparación de la población y su actuación ante una eventual agresión”. Raúl Castro dixit.

El dictador caribeño pregona su “modernidad” económica extramuros de la isla, pero sigue asustando a los cubanos con el fantasma del enemigo secular que no ceja en su empeño de acabar con la revolución. De esa manera pretende justificar las carencias que sufre su pueblo. “Evitar la guerra equivale a ganarla –dijo Raúl Castro–, pero hace falta gastar no pocos recursos que podrían destinarse a otras cuestiones vitales de la población y desarrollo del país”.

Los cubanos son víctimas de la “drôle de guerre”, la “guerra de broma” o “guerra ilusoria”. Si en la disparatada comedia de Blake Edwards, “What did you do in the war, daddy?” (“¿Que hiciste en la guerra, papi?”), un partido de fútbol era más importante que la guerra misma, en Cuba la lucha por la supervivencia se impone todos los días a los engaños bélicos de Raúl Castro.

Hay otra guerra sin embargo en Cuba, una guerra real, la guerra que libra el Gobierno contra los disidentes. Las “bondades” reformistas de Raúl Castro no pueden ocultar la brutal represión contra todos los que exigen pacíficamente el respeto de los derechos humanos. En Johannesburgo, el presidente de Estados Unidos se refirió indirectamente a Raúl Castro al decir en su discurso que demasiados líderes mundiales se solidarizan con la lucha de Nelson Mandela por la libertad pero “no toleran la disidencia de su propio pueblo”.

El propio Castro le dio la razón porque mientras mencionaba en su discurso a Mandela como “un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz”, más de 300 personas eran detenidas en Cuba por manifestarse en el Día Internacional de los Derechos Humanos. Fueron detenciones de corta duración en el marco de lo que se conoce como represión de baja intensidad para amedrentar a los opositores, que incluye acoso, palizas y actos de repudio por turbas jaleadas por agentes de la Seguridad del Estado.

Con ser muy serias esas actuaciones, más grave es el Informe que acaba de hacer público la Organización independiente Archivo Cuba, con una lista con más de 200 casos de muertes y desapariciones en Cuba, de ellos 166 documentados, durante los siete años de mandato que lleva Raúl Castro, entre 2006 y 2013.

En la lista sobresalen 86 fallecimientos por denegación de asistencia médica en prisión, 46 suicidios de presos y 15 homicidios extrajudiciales. También aparecen cuatro fallecidos en huelga de hambre en prisión: Wilman Villar Mendoza, Orlando Zapata Tamayo, Yordanis Ballagas Ramírez y Roberto Antonio Rivalta Junco. Y entre las presuntas ejecuciones extrajudiciales figuran las muertes de Harold Cepero Escalante y Oswaldo Payá Sardiñas.

Archivo Cuba es un programa de Free Society Project (FSP) una organización independiente fundada en el año 2001, en Nueva York, presidida por María Werlau, con el fin de promover el respeto a los derechos humanos y preservar la memoria histórica mediante investigaciones, becas y publicaciones. Una de sus tareas es la de documentar los crímenes de la dictadura desde la llegada de Fidel Castro al poder. La amplia base de datos de que dispone ha sido informatizada gracias a la ayuda de Freedom House, una fundación para la defensa internacional de las libertades creada en 1941 por Eleanor Roosevelt, esposa del presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt.

La represión que ejerce el Gobierno sobre los disidentes no ha impedido que Cuba haya sido elegida recientemente para formar parte del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas integrado por 47 países. De acuerdo con una resolución de la Asamblea General, los candidatos al Consejo deben ser países que “defiendan los más altos índices en la promoción y la protección de los derechos humanos”. A pesar de no cumplir con ese requisito Cuba se sienta en el Consejo junto a otros países igualmente “democráticos” como China.

En  el año 2008 el entonces canciller cubano, Felipe Pérez Roque suscribió en la sede de Naciones Unidas dos importantes Acuerdos en materia de derechos humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Ambos Tratados, que Cuba siempre se negó a ratificar, fueron adoptados en 1966 por la Asamblea General de Naciones Unidas y parten de los principios fundamentales incluidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre ellos los derechos a la libertad de expresión, de asociación, de huelga, de enseñanza… en definitiva todos los derechos que no tienen los cubanos.

Pero Felipe Pérez Roque hizo trampa y Cuba sigue haciendo trampas en todo aquello que tiene que ver con los derechos humanos. El que fuera delfín de Fidel Castro y luego enviado a galeras, dijo, después de estampar su rúbrica, que Cuba condicionaba la aplicación de los Acuerdos firmados “al levantamiento del bloqueo que Estados Unidos mantiene sobre la isla”.

¡Acabáramos!


Tomado de INFOLATAM

Última actualización el Sábado, 04 de Enero de 2014 09:49
 
El desmontaje de la República PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 25 de Diciembre de 2013 09:44

Por Fernando Dámaso.-

Para nadie es un secreto el rechazo a la República (1902-1958) que siempre manifestara Fidel Castro. Este rechazo, motivado tal vez por la certeza de lo imposible de realizar en ella, con sus instituciones y leyes, sus ambiciones políticas hegemónicas, cuenta con dos manifestaciones tempranas. En su etapa estudiantil, el extraño "secuestro, rescate y devolución" de la campana de La Demajagua, símbolo del Grito de Yara, y, ya en su etapa adulta, el asalto al cuartel Moncada.

En ambos hechos, Fidel Castro buscaba protagonismo político a costa de los "males" de la República. Para la conveniente "cobertura patriótica" de sus actos invocó, en el primero, a Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, y en el segundo, a José Martí, el Apóstol, algo que sería una constante en toda su actuación posterior, utilizando tanto a figuras nacionales como extranjeras.

El desmontaje práctico de la República comenzó desde los primeros días de enero del año 1959, con la decisión de trasladar la capital del país de La Habana a Santiago de Cuba, algo que no le fue posible realizar, por su impracticabilidad económica y política.

Continuó con el no restablecimiento de la Constitución de 1940, compromiso y objetivo de la lucha contra Batista, y con su sustitución por una denominada Ley Fundamental, que convertía todos sus actos en fuente de derecho, ignorando las leyes vigentes.

A esto siguió la destitución del presidente designado, que le hacía compartir el poder, por un presidente incondicional, que le aseguraba el ejercicio total del mismo; así como la desactivación de organismos e instituciones estatales (ministerios, ejército nacional, policía nacional, etcétera), y su sustitución por otros en función de sus intereses.

Fueron prohibido los partidos y organizaciones políticas existentes y se eliminó todo el entramado institucional de la nación (congreso, senado, cámara de representantes, gobernadores, alcaldes, concejales, medios de prensa, etcétera), el cual dejó de ser democrático  para convertirse en un sistema piramidal  autocrático.

De esta barrida no escaparon ni los edificios públicos, dejando muchos de ellos de cumplir las funciones para las que habían sido diseñados y construidos (Capitolio, Palacio Presidencial, Tribunal de Cuentas, Tribunal Supremo, etcétera), siendo reasignados y subutilizados, en la mayoría de los casos,  en funciones de menor importancia, con el manifiesto objetivo de desacreditarlos como símbolos reconocidos de la República.

En esta tarea de hacer tabla rasa de todo lo que tuviera que ver con la República, también fueron desmontados monumentos, cambiados los nombres de avenidas, calles y parques, de escuelas, hospitales y otras instalaciones, y hasta de empresas, fábricas y comercios.

A cualquiera que no haya vivido estos hechos podrá parecerle una gran locura y una exageración, pero es la triste realidad de un país en manos de alguien lleno de desprecio contra lo que no tenga su sello personal.

A partir de este "desmontaje", todo lo transformado o creado nuevo pasó a  ser parte de su obra, con tarja conmemorativa de la fecha de su inauguración y recordación cada año, abarcando las ciencias, las artes, la industria, la ganadería y la agricultura con sus procedimientos técnicos, así como la educación y sus programas, incluyendo hasta el diseño de los uniformes de los estudiantes, y las prácticas médicas y hospitalarias, sin olvidar la química y la física.

Esta exaltación del ego, aún fácil de comprobar diariamente en nuestros medios oficialistas de comunicación masiva, no tiene referencias en la historia de la nación, ni siquiera en sus épocas más oscuras, y constituye el resultado directo de la total ausencia de frenos cívicos y políticos  durante más de 54 años.

Recorrer la República

Por suerte, para que no se pierda la memoria de la República, que forma parte importante de la memoria de la nación, desde hace tiempo, fundamentalmente fuera del país, algunos historiadores honestos, investigadores serios y literatos talentosos, la recorren objetivamente, lo cual, desgraciadamente, no ocurre dentro, donde esta época es considerada tabú, a no ser que se mire a través del monocromático prisma gubernamental, estando ausente la necesaria imparcialidad al estudiar los acontecimientos y sus principales protagonistas.

Este recorrido ha eliminado muchos "agujeros negros" y "zonas de silencio" y derribado "falsos altares" creados por motivaciones políticas,  desde Estrada Palma y sus primeros cuatro años de gobierno aceptable, deteniéndose en el error de su intento de reelección que, contra los deseos de la mayoría de los cubanos y del mismo gobierno norteamericano, prácticamente obligó a la segunda intervención.

A continuación, transita por José Miguel Gómez, Menocal y Zayas, con sus gobiernos de luces y de sombras y, a pesar de todo, de desarrollo económico y social, hasta llegar al primer mandato de Machado, con su ambicioso Plan de Obras Públicas, que llenó de carreteras, caminos, puentes, escuelas, hospitales y otras edificaciones importantes la geografía nacional, y su posterior etapa de violencia, cuando quiso mantenerse  en el poder en contra de la voluntad popular.

Después penetra en los años inestables, cuando los presidentes duraban semanas, días u horas, motivado por el enfrentamiento entre intereses nacionales y foráneos, hasta Laredo Brú y la histórica Constitución de 1940, con el restablecimiento del orden democrático y la presidencia, primero de Batista, ganada en elecciones limpias, y después de Grau y de Prío, hasta llegar el absurdo golpe militar del 10 de marzo de 1952, que dio al traste con la joven democracia, reinstaurando la violencia, la cual no pudo ser contenida a tiempo por la irresponsabilidad y la debilidad de las fuerzas políticas existentes que, aunque la rechazaron al principio, se vieron obligadas a aceptarla después, clausurando así cualquier posible salida política, a pesar de encontrarse inmerso el país en un acelerado desarrollo económico.

Entonces, la línea insurreccional, con sabotajes, atentados y guerra civil, se consolidó, triunfó y echó las bases del sistema totalitario y de la negación democrática que aún sufrimos.

Hoy, la posibilidad de reencontrarnos como cubanos, por encima de ideologías y de políticas, de vuelta de enfrentamientos estériles que solo nos han traído dolor y miseria, es regresando en busca de nuestras perdidas raíces republicanas a los principales momentos en que esto sucedió, para no permitir que se repitan los errores.

Primero, al momento en se quebró el orden constitucional, el 10 de marzo de 1952, y después, al momento en que desapareció la República, el 1 de enero de 1959.  A partir de estos momentos cruciales de nuestra historia, sin pretender reproducir aquella República, lo cual es absolutamente imposible porque ha transcurrido demasiado tiempo y la situación actual es muy diferente a la de entonces y también lo son los cubanos, volver a armarla cuidadosamente a tono con la época actual,  pero asegurando que sea verdaderamente democrática y moderna y "con todos y para el bien de todos", como quería el Apóstol.

Tomado del DIARIO DE CUBA

Última actualización el Viernes, 03 de Enero de 2014 10:02
 
MENSAJE CUBANO DE NAVIDAD PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 25 de Diciembre de 2013 12:42

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Una madrugada fría y obscura un matrimonio pobre huye por el camino de entrada a un caserío olvidado. No existe aquel coche tirado por caballos, lo que llevan es un burrito en el que la mujer --joven y en avanzado estado de gestación-- apenas consigue asegurar los dolores que anuncian el parto inminente. Han andado toda la larga noche procurado refugio para el fruto de su unión, amenazado por un tirano que quiere tirar su vida a toda costa. Se detienen ante un corral de animales domésticos y apenas encuentran refugio en un bulto de pajas donde aquel niño nace, con el resplandor especial del que ya había sido anunciado por profetas respetables.

 

Mensaje de Navidad Cubano

Jorge Hernández Fonseca

25 de Diciembre de 2013

Una madrugada fría y obscura un matrimonio pobre huye por el camino de entrada a un caserío olvidado. No existe aquel coche tirado por caballos, lo que llevan es un burrito en el que la mujer --joven y en avanzado estado de gestación-- apenas consigue asegurar los dolores que anuncian el parto inminente. Han andado toda la larga noche procurado refugio para el fruto de su unión, amenazado por un tirano que quiere tirar su vida a toda costa. Se detienen ante un corral de animales domésticos y apenas encuentran refugio en un bulto de pajas donde aquel niño nace, con el resplandor especial del que ya había sido anunciado por profetas respetables.

Otra madrugada --dos mil años después de aquella aventura memorable- otro matrimonio enfrenta el frio de la madrugada de un diciembre lluvioso. No es sobre el lomo de un burro que la mujer viaja, también en avanzado estado de gestación. Ella esta acostada en el fondo de un pequeño bote, huyendo de otro tirano que pretende enseñoriarse sobre aquel vástago que pugna por nacer, impulsado por el movimiento de vaivén de la pequeña embarcación. Antes del fin de la obscura madrugada y sufriendo la joven del rítmico proceso de los dolores del parto, divisan tierra, a la que apenas llegan antes que aquel fruto nazca en tierras de libertad.

Son historias gemelas, con la consiguiente huida de un tirano de su propia tierra, devenido en un dueño de mentira que pretende enseñoriarse al interior de nuestras casas, familias, voluntades. Siempre habrá un hijo nacido sin patria (pero sin amo) donde buscamos refugio y encontramos presente --y sobre todo futuro-- el que no tiene quienes nacen en “la tierra más hermosa que ojos humanos vieron”. La huida de José y María se repite en el Caribe de hoy.

El pesar de Jesús por no haber nacido donde debería, es el pesar de los hijos del exilio por no haber tenido la suerte de nacer en la tierra de sus padres, usurpada por un “dueño de vidas y haciendas” en la tierra bendita de sus antepasados. Pero igual que Belén se convirtió en el lugar santo del nacimiento del cristianismo, las tierras acogedoras de los cinco Continentes que acogen hoy la cuarta parte de los cubanos, son como un Belén multicolor, tropical, caluroso.

Que las semejanzas impulsen la ayuda que los cubanos necesitamos para la desaparición de la pesadilla asociada a la huida a tierras extrañas. Que la fuerza de Jesús como salvador espiritual nos ayude cual exorcismo purificador que redima definitivamente nuestras penas, nuestros pecados y nos revierta la patria amada que tanto necesitamos para la realización de nuestros sueños y quehaceres, depositando al final nuestra semilla de nuevos y futuros frutos.

Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Jueves, 02 de Enero de 2014 10:56
 
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