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Artigos: Cuba
Diciembre con festival PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 09 de Diciembre de 2012 14:34

Por Yoani Sánchez.-

Cada diciembre, como un amigo que regresa, vuelve a La Habana el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Una cita fílmica que reúne este año a más de 500 películas de 46 países. Verdadero gustazo para nuestros sentidos, el Festival incluye la visita al país de actores y directores de todas las latitudes, muestras temáticas y conciertos: desde la presencia del cineasta Eliseo Subiela  y de la actriz norteamericana Anette Bening,  hasta una presentación multitudinaria de Fito Páez. Los homenajes a destacadas figuras del celuloide integran también parte de las ofertas de las dos semanas que dura el grueso de las actividades. En esta ocasión,  los homenajeados son el cineasta francés Chris Marker (1921-2012), el italiano Michel Angelo Antonioni (1912-2007) y el maestro checo de la animación Jan Svankmajer (1934).

En esta edición concursan 21 largometrajes de ficción y también otros materiales en las categorías de documental, cortos, animación, guión, cartel y ópera prima. Se hará una retrospectiva por el centenario de la producción cinematográfica de Puerto Rico con más de 20 títulos y las habituales muestras dedicadas a España, Italia, Canadá y Polonia. Entre las grandes sorpresas de esta ocasión se encuentra un grupo de filmes englobados bajo el nombre “De Hollywood a La Habana” y acompañado por el presidente de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences de Estados Unidos, Hawk Koch.

Sin embargo, más allá de la alta calidad de las proyecciones y del programa colateral, el Festival ha estado rodeado de una aureola mágica. Algo que no puede describirse ni con el número de títulos en cartelera, ni con el realce internacional de las estrellas que vienen. Es algo más metido en nuestra piel, más cercano a la biografía personal de quienes hemos crecido esperando que llegue cada diciembre. Podríamos establecer marcas en el tiempo de nuestras vidas a partir de sus diferentes ediciones y momentos. Por ejemplo, tengo indisolublemente ligada mi adolescencia a las larguísimas colas para lograr ver una película argentina o una mexicana; aún vívida la sensación de asombro cuando una noche los cristales del cine Acapulco se hicieron añicos frente a mis ojos por el empuje de la gente deseosa de entrar. El beso furtivo en la oscuridad de la sala, mientras una brillante selva tropical latía en la pantalla y un caballo relinchaba en los altavoces. Los días también de quedarme rendida en la butaca por los tantos filmes que había visto en pocas horas. Éramos tan jóvenes y por ese entonces el festival también lo era.

Después de 34 años de inaugurada la cita habanera del cine latinoamericano, la realidad social en la que ésta se inserta ha cambiado muchísimo. Se podrían enumerar infinitas transformaciones ocurridas en el plano de la filmografía latinoamericana, pero prefiero concentrarme en lo que ha cambiado en nosotros, del lado de acá de la pantalla. Entre las grandes diferencias que percibo con relación a aquellos años setenta en que comenzó el Festival de cine, anotaría las nuevas formas de acceso popular a la filmografía. Antes dependíamos totalmente de la cartelera de las salas estatales de proyección. De manera que si una determinada película no era colocada en la programación de esos espacios públicos no había posibilidad alguna de verla. Eso ocurría muy frecuentemente, ya fuera por censura, desinterés o ausencia de derechos para exhibirla en el circuito nacional. Muy tímidamente, a mediados de los años ochenta, comenzaron a llegar las primeras máquinas domésticas para reproducir casetes VHS. Y ahí empezó a cambiar toda la relación que teníamos con el mundo audiovisual.

En estos momentos, proliferan por toda la ciudad las salas de video por cuenta propia y muchas familias poseen al menos un CD-Player para ver documentales, películas y programas televisivos que jamás formarían parte de la cartelera oficial. Una oleada de filmes comerciales, pero también de documentales censurados ideológicamente,  se han abierto paso entre nosotros gracias a las tecnologías modernas. Y ese es el gran reto y la principal competencia que tiene ahora mismo el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Sacar a la gente de la pantalla hogareña, devolverlas a las salas de proyección, motivarlas con un evento que hace algunos años era la única ventana que teníamos para asomarnos a un cine fresco y diferente.

Tomado de EL PAÍS; MADRID; ESPAÑA

 
Visita, paseo y descubrimientos en Madrid PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 09 de Diciembre de 2012 14:12

Por Raúl Rivero.-

El escritor y periodista Armando López ha venido a España ahora en diciembre con una Habana a cuestas que dejó a los cubanos más viejos un poco nostálgicos y conmovidos. A los más jóvenes, azorados y quietos en una estación de curiosidades y ausencias. Y a los españoles, deslumbrados por la vida de una ciudad contada por la música y las letras de una antología de boleros.

López, que es también un productor de espectáculos y un noctámbulo que tuvo silla fija en todos los bares y clubes habaneros, habló durante casi dos horas sobre la bohemia y la evolución del bolero hasta los primeros años sesenta cuando comenzaron a salir de Cuba algunas de las más importantes figuras.

Bajo el título de Los boleros prohibidos o La Habana sin Olga Guillot, el periodista ofreció, en la sede de la Fundación Hispano Cubana, un panorama de la atmósfera nocturna de la capital cubana antes del comunismo.

Fue un relato testimonial, narrado con emoción, sentido del humor, ironía, a veces, con un cierto dolor y apoyado todo el tiempo por las imágenes y las voces de Benny Moré, Celia Cruz, Fernando Albuerne, Vicentico Valdés, Frank Domínguez, Ñico Membiela, René Cabel, Orlando Vallejo, Rolando Laserie, Blanca Rosa Gil, La Lupe, Freddy, y por amigos que visitaban la ciudad como Nat King Cole, Agustín Lara, Libertad Lamarque, Pedro Infante, Toña La Negra o Luis Aguilé.

El público hizo un viaje largo, con muchos detalles, anécdotas y observaciones en el que López estuvo acompañado por algunos de sus viejos amigos de aventuras como el caricaturista Arístides Pumariega. Por momentos, la charla, los fragmentos de películas y las piezas que lo mismo cantaban Lucho Gatica que Miguelito Valdés, parecían la banda sonora de la novela Tres tristes tigres con la que Guillermo Cabrera Infante reconstruye aquella Habana y la salva para el porvenir de los olvidos y los desastres.

Además del recorrido por la ciudad y sus noches, el periodista hizo una indagación seria de los orígenes del bolero y entró a examinar con inteligencia y sensibilidad la filosofía del género, sus modalidades y derivas entre los compositores cubanos y sus fusiones con otras expresiones musicales del continente.

López recordó que el gobierno de Fidel Castro destruyó las compañías disqueras cubanas y sacó las máquinas traganíqueles de las cantinas. “Como la Revolución cubana”, dijo, “necesitaba crear su propia lírica, el bolero fue calificado de pesimista y decadente... Se acabaría la bohemia de las noches habaneras. Frente a los cabarés ya se empezaban a cavar trincheras”.

Fue una Habana fugaz que se encendió otra vez por un rato en una zona de Madrid. ¿Ustedes saben por qué los cubanos no olvidan esa ciudad?, preguntó al final de la velada un amigo español.

Y él mismo se respondió: “Porque era libre, alegre y esplendorosa. Porque regresan a ella cada vez que quieran en los libros de Cabrera Infante y porque la pueden sentir en los boleros”.

Tomado de EL NUEVO HERALD


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/raul-rivero-visita-paseo-y-descubrimientos.html#storylink=cpy
 
Inmigración PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 08 de Diciembre de 2012 19:46

Por Pedro Corzo.-

Es un tema difícil. La controversia es fácil, pero no es ético pasar por alto la situación en la que viven millones de personas, y también la forma y fondo con la que algunas personalidades públicas demandan una reforma migratoria.

La tragedia de la separación familiar o vivir pendiente de ser arrestado sin haber cometido un crimen debe de causar una profunda angustia. El hecho de que una cantidad importante de personas no pueda vivir en una relativa estabilidad afecta la familia y al individuo, pero también repercute en la economía y los servicios sociales, por lo que es perentorio, primero por humanidad y después por razones prácticas, emprender una reforma migratoria que resuelva el problema de millones de personas que en un momento de sus vidas, ingresaron a este país buscando una vida mejor.

Por otra parte legalizar el estatus de un ciudadano tiende a beneficiar a la nación en su conjunto, porque la integración del individuo a la sociedad hace posible que su contribución en todos los aspectos, sea más efectiva y concreta.

Un ciudadano plenamente comprometido con las normas y valores del país que le ha acogido, puede hacer grandes contribuciones a su comunidad siempre y cuando esté consciente que la adquisición de derechos también conlleva el cumplimiento de deberes.

Pero si es imprescindible una reforma migratoria por los motivos expuestos, es también muy importante que los que promueven la reforma migratoria, no lo hagan de la perspectiva de que es una obligación del estado que ha acogido a los inmigrantes.

No hay tal obligación ni compromiso, porque los que ingresaron a este país lo hicieron por propia voluntad y no presionados por quien les ha recibido.

En cualquier nación sin excepción, el extranjero que ingresa sin documentos o viola el permiso de estancia concedido, se arriesga a la deportación. No hay que olvidar que cada uno de nosotros tiene el derecho de recibir en su casa a quien quiera, lo que guarda gran semejanza con el derecho que le asiste a un estado a decidir sobre el futuro de aquellos que le piden ingreso o entran por la puerta trasera.

Por otra parte no es apropiado y puede darle una visión equivocada al inmigrante ilegal que algunos líderes comunitarios, trabajadores sociales, religiosos, comunicadores y políticos planteen una reforma migratoria desde posiciones de fuerza y usando términos que se aproximan al chantaje.

Los que estén comprometidos a buscar solución a una situación tan penosa deben actuar con la mesura y el respeto a la ley que demandan las circunstancias. Hay suficientes motivos humanitarios y razones para pedir una solución sin tener que ser admonitorio sobre el futuro si el caso no es resuelto.

El discurso de los líderes hispanos debe estar orientado a la integración de los futuros ciudadanos a la nación que les acogerá, no a sugerir o dejar espacios para que los beneficiados se aíslen del contexto nacional. Los deberes con el nuevo país deben asumirse con el mismo entusiasmo y compromiso con que se recibieron los derechos. El inmigrante no debe montar tienda aparte, debe integrarse a la nueva sociedad.

En ocasiones, quizás por la frustración de no ver una solución, se escuchan demandas que pueden considerarse sectarias y con tonalidades racistas. Hay que cuidar que una causa justa no exacerbe los ánimos del sector de la ciudadanía que la antagoniza por el extremo celo de unos promotores, o por el simple oportunismo mediático o político de otros.

La conducta de varios de los promotores de la reforma migratoria hace recordar la de algunos cubanos que creen que Estados Unidos tiene un compromiso con ellos y con el futuro de Cuba, porque en la isla hay un gobierno comunista.

Falso. Estados Unidos ha sido muy generoso con los cubanos en los asuntos migratorios. Su legislación ha sido muy favorable, al extremo que pasa por alto si la persona tiene causas políticas que den méritos a una solicitud de refugio. En este aspecto también hace falta una reforma migratoria.

Somos los cubanos, como los nacionales de cualquier otro país, los responsables de resolver nuestros problemas y si no podemos hacerlo no debemos culpar a otros.

Cada individuo es responsable de sí mismo y de un por ciento del futuro del país donde nació, pero si lamentablemente las condiciones económicas o políticas en la tierra de origen le obligan a abandonarla, no debe acusar al país que le alberga de los problemas que enfrenta, simplemente debe tratar de resolverlos demandando oportunidades y respetando las leyes del propietario de la casa, hasta que también pueda llamarse dueño.


 
Fidel Castro: Más cerca de Pablo Escobar que de Vladimir Lenin PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 05 de Diciembre de 2012 08:29

Por Jorge Hernández Fonseca.-

La irrupción de Fidel Castro en la vida política cubana la hace como lo hicieron otros muchos líderes pandilleros de la época. Rolando Masferrer, por ejemplo, también líder pandillero de una facción universitaria diferente a la de Castro, al terminar estudios entró en la política conservando su grupo paramilitar, “Los Tigres”, que lo siguió en su vida política fuera de la universidad, tal y como pretendía hacer Fidel Castro.

 
Chávez de vuelta PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 03 de Diciembre de 2012 12:59

Por Yoani Sánchez.-

Al amplio repertorio de chistes populares se le ha agregado, hace unas semanas, uno que no deja de ser sintomático. Un par de amigos se encuentran en la calle y uno le pregunta al otro: “Oye ¿sabías tú que Cuba tiene el mayor y mejor pozo petrolero del mundo?” El sondeado empieza a cuestionarse en un primer momento si su compadre no habrá perdido la razón o si, por el contrario, acaban de descubrir un buen yacimiento de crudo y él mismo no está informado. Tal vez lo han dicho en el noticiero de la mañana que no ha podido ver, piensa por un momento. Así se queda cavilando en busca de una respuesta, cuando su socio rompe en una carcajada y anuncia: “Sí, chico, sí, nosotros tenemos el pozo petrolero Chávez #1, que ni se seca ni necesita recursos para explotarlo”.


El subsidio venezolano se hace sentir en cada esfera de la vida nacional y esa sensación no escapa a las bromas y a las ironías. Esta semana, el tema se ha potenciado aún más después de que Hugo Chávez pidiera permiso a la Asamblea Nacional de su país para recibir un nuevo tratamiento médico en la Isla. Supuestamente, Chávez arribó al aeropuerto de La Habana la madrugada del miércoles, aunque la prensa nacional se abstuvo de mostrar imágenes de ese momento. Desde días antes, ya se comentaba que el inquilino de Miraflores había tenido que venir de urgencia para recibir un nuevo tratamiento médico. Los rumores se dispararon alrededor de un posible empeoramiento de la salud del mandatario venezolano, pero el secretismo sigue marcando su estancia en Cuba. Ni una palabra se filtra, ni un doctor se atreve a dar testimonio, ni una revelación se escapa hacia los medios. Aun así, el nerviosismo se percibe en el aire.


Muchos temen que el “pozo petrolero Chávez #1” se pueda agotar y desencadenar con ello una crisis económica más profunda en nuestro país. Quizás los chistes callejeros tratan de reflejar la inquietud a través de la risa, pero detrás del sarcasmo se esconde la perenne desazón del mantenido.
Tomado de EL PAÍS; MADRID; ESPAÑA
 
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