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Artigos: Cuba
CUBA, DILMA ROUSSEFF, ODEBRECHT Y YOANI SÁNCHEZ PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 06 de Febrero de 2012 03:07

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Con relación al nuevo negocio de Raúl vendiendo la industria azucarera al Brasil, cabe la siguiente pregunta: ¿qué necesidad tiene Cuba de vender su industria azucarera a empresarios extranjeros, si los empresarios azucareros cubanos ya habían situado la isla como siendo el mayor productor mundial del dulce durante una buena parte (la mayor parte) del siglo XX?

 

Cuba: Dilma Rousseff, Odebrecht y Yoani Sánchez
Jorge Hernández Fonseca

5 de Enero de 2012

El viernes 3 de Febrero de 2012 culminó una infamia más en la larga lista de afrentas que la Nación Cubana ha tenido que soportar de parte de los cómplices de la dictadura castrista, la más larga, cruel y sangrienta, de todas las que han caído sobre las espaldas latinoamericanas, --la única, dígase de paso-- que ha conseguido sobrevivir al Siglo XXI en Nuestra América: La negativa del viaje de Yaoni Sánchez a Brasil (Raúl negó el viaje de Yoani y se fue de viaje a Venezuela). Con este desplante la impoluta presidenta brasileña, empañó su historia y empeñó su legado, al abrazar cómplicemete la corrupta dinastía comunista de los hermanos Castro, émulos cubanos de los militares brasileños que la torturaron cuando todavía era revolucionaria.

El pasaje de Dilma Rousseff por Cuba también ha dejado en la sociedad brasileña un sabor amargo. No es una parte insignificante de sus compatriotas los que condenan el proceder de la presidenta, innecesariamente plegada a intereses de una dictadura caribeña. El rechazo a su proceder en Cuba se constituye en una especie de unanimidad de todo el pueblo brasileño.

En una encuesta informal de la versión digital en Internet del diario de mayor circulación en Brasil, ‘A FOLHA DE SÃO PAULO’, se recogen resultados aplastantes. Ante la pregunta, “En su visita a Cuba, la presidenta Dilma Rousseff no habló de Derechos Humanos. ¿Ud. concuerda con la posición brasileña?” la respuesta fue un NO rotundo, que alcanzó el 76%, frente a un débil SI, que sólo llegó a un 24%. Es decir, el sentimiento cubano de rechazo al proceder inexplicable de la presidenta brasileña, coincide con el sentimiento de condena de su propio pueblo. La encuesta puede consultarse en http://polls.folha.com.br/poll/1203202/results

Anteriores visitas de Lula da Silva a Cuba --en su condición de presidente-- ya había provocado una profunda herida en el sentimiento demócrata cubano. La población de la isla no esperaba de la actual presidenta una re-edición de la genuflexión escenificada --innecesaria ante déspotas caribeños en pleno naufragio-- de parte de la mandataria del mayor país de Nuestra América, que aspira por mérito propio a inserirse en el concierto de las Naciones poderosas.

Dilma Rousseff no fue a Cuba a una misión política de la izquierda brasileña (aunque su visita terminó siendo más izquierdista de lo planificado) como antes sí lo hacía Lula da Silva sin el menor recato. La actual presidenta brasileña fue a la isla a negociar su inserción económico-comercial en el panorama americano, al planear establecer en la Cuba de los hermanos Castro una plataforma productivo-comercial, para vender con ventajas sus producciones a EUA.

Para ello se hizo acompañar por los representantes (nada izquierdistas) de una de las mayores empresas del gigante sudamericano --la Odebrecht-- presente en casi todos los segmentos productivos de Brasil y en muchos otros países del mundo. Para esa empresa Rousseff consiguió de los hermanos dictadores la entrada en la antes poderosa industria azucarera cubana, mediante la venta (amañada) de uno de los mayores centrales azucareros, entre los más modernos de la isla, cuya construcción sólo data de los años 80. Los brasileños producirán allí la azúcar que los Castro no saben producir y etanol cuando Fidel finalmente muera.

La mencionada empresa ya encabezaba en la isla un emprendimiento gigante de alto costo: la modernización del puerto de Mariel, en la parte de la costa cubana más cerca a los Estados Unidos. Esta posición geográfica delata los objetivos brasileños en Cuba. Siendo el punto más distante geográficamente de Brasil, ¿para qué modernizar un puerto en las cercanía del mayor mercado comprador del mundo, EUA, con el cual Cuba no mantiene relaciones comerciales?

Hay dos respuestas a esa importante pregunta. La primera es la ofrecida por el gobierno brasileño: “Se moderniza el puerto de Mariel para cuando EUA levante el embargo comercial que pesa actualmente sobre la isla y Cuba esté en condiciones de comerciar”. La segunda respuesta, más realista pero que Brasil no puede admitir pública ni oficialmente es: “Se prepara el puerto de Mariel para cuando la dictadura de los hermanos Castro finalmente haga mutis, el gigante sudamericano estar instalado en la isla en su ‘plataforma’, produciendo lo que mejor sabe, para vender a EUA productos brasileños “hechos en Cuba” y disfrutar así de las ventajas que entonces EUA daría a las producciones de una Cuba democrática en el futuro post-Castro que se avecina aceleradamente con el agotamiento del fracasado ‘modelo’ cubano actual”.

Algo similar a lo hecho años antes por los españoles en el sector turístico, a la espera de la llegada de los anhelados turistas norteamericanos, cuando los hermanos Castro finalmente ya no existan más. Con este paso de Brasil ahora, se completa la repartición de la isla por parte de los hermanos Castro. Es lógico imaginar que se apresuran a vender el país al mejor postor (si es posible, a un postor de izquierdas, como Brasil). Así, incorporan a la “piñata “Raulista” los sectores productivos y comerciales de la isla, con los cuales el castrismo fracasó en su intento de hacerlos productivos. A las empresas españolas, se suman ahora las empresas brasileñas.

Con relación al nuevo negocio de Raúl vendiendo la industria azucarera al Brasil, cabe la siguiente pregunta: ¿qué necesidad tiene Cuba de vender su industria azucarera a empresarios extranjeros, si los empresarios azucareros cubanos ya habían situado la isla como siendo el mayor productor mundial del dulce durante una buena parte (la mayor parte) del siglo XX? La respuesta de esa pregunta nos lleva de la mano a la compresión de la naturaleza de la llamada “revolución cubana”. Una revolución que ha sido una estrepitosa y fracasada “involución”.

Hay dos razones básicas para la venta del país por parte de Raúl y sus generales: la primera y más importante, levantar las finanzas familiares de la cúpula castrista en el exterior (sería bueno saber que transacciones –legales e ilegales-- se han hecho a partir de los negocios con el puerto de Mariel y con la venta de la industria azucarera cubana). Preparan así la posible fuga de sus familias con jugosos depósitos en el extranjero. La segunda razón está asociada con los planes del grupo de Raúl para abrazar --a la muerte de Fidel-- el llamado “modelo chino”, es decir, capitalismo (del peor) en la economía cubana. y dictadura unipartidaria (comunista) en la política, anunciado hace menos de una semana por el propio Raúl ante la asamblea del PCC.

La visita de Dilma Rousseff a la isla caribeña representa un triunfo innegable y rotundo para los planes raulistas, sea cual fuera la razón (entre las dos anteriores) que finalmente se verifique. Si la dictadura se desploma a la muerte de Fidel y Raúl, las familias de ambos estarían garantizadas en el extranjero, con el dinero que ahora tienen e incrementan con estos negocios. Si se verifica el triunfo de los planes de los generales de Raúl dentro de Cuba, la cúpula actual continuaría des-gobernando el país y abultando con sus negocios sus cuentas bancarias en el exterior a costa del pueblo cubano, que continuaría así rehén del despotismo implantado.

La gran interrogante sin embargo está relacionada con el negocio hecho por las empresas brasileñas en Cuba, impulsadas por el afán izquierdista de la presidenta brasileña para ayudar a los déspotas en banca-rota. Si los generales de Raúl consiguen consolidar su control en la isla a la muerte de Fidel y Raúl, los empresarios brasileños (así como los españoles) harían ríos de negocios en Cuba. Pero si la dictadura se desploma –con el apoyo o no de EUA-- tanto los españoles como los brasileños corren el alto riesgo de perder todo el capital invertido apoyando la dictadura cubana, ante un gobierno democrático como el que aspira todo el pueblo de Cuba.

En ese sentido, Rousseff desaprovechó la excelente oportunidad que le ofreció el pedido de Yoani Sánchez para interceder ante Raúl Castro para propiciar su viaje al Brasil. La insensibilidad bi-presidencial demostrada con la negativa del viaje de la bloguera, asegura un riesgo adicional a los intereses brasileros en la isla en un futuro democrático post Castro, que se suma a la óptica negativa de desde EUA existe con el entrometimiento carioca en la isla.

Un factor en juego del que todavía no hemos hablado son los Estados Unidos, por ser el país que, tantos españoles como brasileños, toman como objetivo económico en sus dudosas inversiones. Hay dos factores en el papel que EUA pudiera jugar en estos planes, dentro de un país que está en la esfera natural de influencia política norteamericana: El primer factor es electoral. Dependiendo quien sea electo a fines de este año por los norteamericanos, así será de positiva o negativa la influencia estadounidense en los planes raulistas. El segundo factor en juego está relacionado con el resultado de la polémica (dentro de EUA) explotación petrolera que Cuba acaba de iniciar a pocos metros de la frontera marítima estadounidense.

Si Obama es re-electo, y hay petróleo en la zona cubana bajo exploración, muy probablemente EUA incline la balanza a favor de los generales de Raúl, haciendo ajustes con las propiedades norteamericanas confiscadas por la dictadura cubana hace medio siglo y que son vendidas ahora a España y Brasil por los hermanos Castro. En ese caso, los cubanos van a tener que esperar para vivir como el resto de Latinoamérica, sin dictadura. Si Obama pierde la elección, sea cual fuera el candidato republicano, y si no aparece petróleo comercial en las perforaciones cubanas, las condiciones serían expeditas para la libertad de la isla.

Hay desde luego variantes intermedias. En todos los casos, la aparición de petróleo cubano tendría el peso fundamental, por encima del factor electoral norteamericano. Como el capital petrolero estadounidense es de base republicana, la probable aparición de crudo a unos metros de la frontera marítima de EUA pudiera inclinar la balanza de cualquier presidente --republicano o demócrata-- para ver con buenos ojos una “bandera blanca” ofrecida desde Cuba por los generales de Raúl, junto a la oferta de un crudo no árabe, cercano y abundante, además de la tan soñada “estabilidad” (para EUA, que es inestabilidad para los cubanos) que ésta variante garantiza dentro de la isla, cosa que los generales de Raúl saben hacer con el pueblo cubano.

La sonada visita de la presidenta brasileña a Cuba ha agregado --por voluntad propia-- un indeleble y feo arañón en la biografía de la presidenta sudamericana --la que poco podrá hablar ya de Derechos Humanos, dentro o fuera de Brasil-- aspecto que pudiera haberse neutralizado facilitando la esperada visita de Yoani Sánchez a Brasil. Si es que realmente Rousseff no intercedió por Yoani --como todo parece indicar-- Brasil ha comenzado a andar por el sendero de los enemigos de la democracia en Cuba. Si por casualidad era deseo oculto (o manifiesto en privado) de la mandataria brasileña --un gesto de Raúl a través de la bloguera-- la posición en la que la negativa de Raúl ha puesto a la mandataria sudamericana, es muy lamentable.

En cualquier caso, lo que ha quedado en evidencia con la visita de Rousseff a Cuba es la necesidad que tenemos los cubanos de dentro y fuera del país por insertarnos pro-activamente en la lucha por la libertad de Cuba, porque nadie desde fuera de la isla –brasileño, español o norteamericano-- va a darle en bandeja de plata la libertad y la democracia a los cubanos.


Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Lunes, 23 de Abril de 2012 19:25
 
La agenda de Dilma PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 03 de Febrero de 2012 10:29

Por YOANI SÁNCHEZ.-

“Prefiero un millón de voces críticas antes que el silencio de las dictaduras.” Dilma Rousseff

Elegir el momento para una visita presidencial puede ser una labor sumamente ingrata en este mundo tan impredecible y cambiante. Cuando la fecha de viaje de un jefe de estado queda colocada en su agenda, anunciada y conciliada con los anfitriones, por lo regular la vida se encarga de rodearla de imprevistos. Los palacios de gobierno no logran controlar el azar, ni tampoco prever esos acontecimientos sorpresivos que enrarecen el escenario del arribo de un dignatario. Dilma Rousseff bien que lo sabe. Su presencia en La Habana se coordinó durante semanas y fue precedida incluso por la del canciller Antonio de Aguiar Patriota. Todo parecía atado y bien atado: un cronograma rápido, eficiente, protocolar, enfocado en temas económicos, que terminaría al abordar su avión con destino a Haití. Pero algo se complicó.

Varios días antes de que la economista y política brasileña aterrizara en el Aeropuerto José Martí, un joven cubano murió después de una prolongada huelga de hambre. Los medios oficiales se lanzaron de lleno a presentarlo como un delincuente común, aunque había sido detenido en una marcha opositora por las calles de Contramaestre. El discurso del poder se radicalizó y la temperatura política alcanzó esos grados en lo que se manejan tan bien nuestros gobernantes. En ese contexto, la recién concluida Conferencia del PCC se convirtió más en un acto de reafirmación que de cambio, en una declaración de unidad en lugar de apertura. Muchos de los que aguardaban por el anuncio de transformaciones políticas de gran calado, se percataron de que el evento fue más bien la última oportunidad perdida por la generación en el poder. Un día después de su clausura, Raúl Castro -el secretario general del único partido permitido- recibió a Dilma Rousseff, la otrora guerrillera que hoy dirige un país con diversas fuerzas políticas y una prensa muy crítica.

La agenda cubana de Dilma incluye repasar las obras constructivas del puerto de Mariel y la posible concesión de un nuevo crédito bancario. Brasil es nuestro segundo socio comercial en Latinoamérica. pero no se trata sólo de una cuestión de recursos. En estos momentos al raulismo también le urge ser legitimado por otros presidentes de la región. Así que por estos días habrá sonrisas, manos estrechadas, compromisos de “amistad eterna” y fotos, muchas fotos. Los activistas cívicos –por su parte- intentarán un encuentro con la mujer que fue torturada y encarcelada durante un gobierno militar, aunque existen muy pocas posibilidades de que los reciba. Dilma Rousseff sí que conversará con Raúl Castro, estará muy cerca de él justo en esta delicada coyuntura en que el azar la ha colocado. Esperamos que no desaproveche la ocasión y sea consecuente con la algarabía democrática, en lugar de optar por el silencio cómplice ante una dictadura.


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Última actualización el Miércoles, 08 de Febrero de 2012 10:19
 
EL PARTIDO SE QUEDA: CHINA Y LA URSS PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 07 de Febrero de 2012 22:15

Por HUBER MATOS ARALUCE

 

El colapso del comunismo en China y en la URSS  fue inevitable.  El colectivismo fracasó y al final tanto Moscú como Pekín tuvieron que abrazarse al capitalismo.

 

En China el Partido Comunista se quedó con el poder; en la URSS el Partido lo perdió. En cada caso los acontecimientos obedecieron a dos mundos  con circunstancias  y orígenes diferentes.

 

Rusia nació de los primeros eslavos organizados  - en la tierra de Rus - 900 años después del nacimiento de Cristo. En 1547 Iván IV “el terrible” fue su primer Zar. En 1917 Nicolás II fue el último.  En ese mismo año el proceso revolucionario  fue secuestrado en Octubre por el grupo más radical y organizado: Lenin y sus  bolcheviques marxistas.  Lenin dio la orden de asesinar al Zar depuesto y a toda su familia.

 

En 1917 Rusia pudo haber tomado el camino de otras naciones europeas,  conformando una república democrática y constitucional.  En vez de eso los comunistas fundaron la URSS, un imperio político-militar demasiado extendido y heterogéneo, en el que había países con tradiciones y culturas propias, sometidos por la fuerza a los designios del Kremlin.

 

A pesar de su fanática carrera por alcanzar la profecía marxista, “la vanguardia”  soviética no pudo progresar como las democracias occidentales.  Ante el fracaso del dogma, era difícil  justificar en forma permanente la coerción y el terror.

 

En un discurso secreto en 1956, el Primer Secretario del Partido Comunista, Nikita Kruschev, denunció los crímenes de Stalin.  Según el historiador inglés Robert Conquest, 20 millones de víctimas. La gerontocracia soviética insistió en el comunismo hasta que Miajil Gorbachev apareció en escena en 1985.

 

China fue otro mundo.  La leyenda dice que China fue fundada por Fohi, un personaje mítico que algunos  relacionan con el Noé bíblico. Los arqueólogos han encontrado los primeros restos homínidos, de hace más de dos millones de años, en una cueva cerca de Pekín.  Las raíces culturales de la China actual  comenzaron a forjarse por la dinastía Han, dos siglos antes del nacimiento de Cristo.

 

Cuando en el siglo XIII Marco Polo llegó a “La Ciudad del Cielo”, hoy Hangzhou,  la describió como “la ciudad mejor del mundo”, la Venecia del futuro. Polo se maravilló ante una vía acuática, sin saber que tenía mil millas de largo y en su construcción participaron tres millones de personas, mil años antes de que él llegara a esa ciudad como recaudador de impuestos del emperador mongol Khubai Khan.

 

En el siglo XV China era la más avanzada civilización de su tiempo, con una población de más de cien millones de personas, el doble de la de toda Europa.  En ese siglo los chinos exploraron los mares con expediciones compuestas de decenas de miles de hombres y cientos de embarcaciones.  De no ser por la amenaza mongol en el norte, la cultura budista, el aislacionismo  y los conflictos internos, China hubiera sido una potencia mundial desde entonces.

 

Como ocurrió en Rusia con los zares, la regente del niño emperador Puyi, fue obligada a renunciar en 1912.  Terminó la dinastía Qing  y nació la República de China con un presidente revolucionario y demócrata: Sun Yat-sen.

 

A partir de ese momento las luchas internas impidieron la ansiada consolidación de China.  La invasión de Japón causó 20 millones de muertos civiles.  La guerra entre el Partido Comunista y el Partido Kuomintang terminó en 1949, cuando Mao Zedong triunfó sobre el Kuomintang y los nacionalistas de Chiang Kai-shek huyeron hacia Taiwán.

 

El terror y los errores de Mao superaron a los de de Stalin.  Los historiadores Jung Chang y Jon Halliday le atribuyen a Mao 70 millones de muertos. Al morir en 1976, su sucesor, Deng Xiaoping, tenía ante sí un problema muy diferente al que tuvo Gorbachov diez años después.

 

Continuará…

Última actualización el Martes, 07 de Febrero de 2012 22:18
 
¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera! PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 06 de Febrero de 2012 10:28

Por Carlos Alberto Montaner

María Corina Machado le ha escrito una carta abierta a Fidel Castro que ha estremecido el ciberespacio. Debo haberla recibido trescientas veces desde que comenzó a circular por Internet. No tiene desperdicio.

María Corina es una atractiva ingeniera venezolana de 45 años, experta en cuestiones empresariales, diputada antichavista, madre de tres hijos y candidata a encabezar a los demócratas de su país en las elecciones primarias del 12 de febrero próximo, fecha en que la oposición elegirá entre cinco políticos a la figura unitaria que deberá enfrentarse a Chávez (si está vivo en esa fecha) en los comicios del 7 de octubre.

Recientemente, la señora Machado adquirió notoriedad internacional cuando interrumpió y respondió contundentemente al maratónico discurso del presidente Chávez ante la asamblea legislativa. No obstante, Henrique Capriles Radonski, gobernador de Miranda, se mantiene al frente en todas las encuestas que he visto, seguido de cerca por Pablo Pérez, joven gobernador de Zulia.

A propósito de la intervención de la diputada, Fidel Castro, en uno de los textos que suele publicar bajo el título de “Reflexiones”, entró en el debate venezolano atacando a María Corina y defendiendo a su discípulo Chávez de la acusación de “ladrón”, tarea imposible, dado el grado de corrupción e impunidad que se observa en el país.

Según Transparency International, la organización que mide los niveles de corrupción en el sector público mundial, en el ranking de los 176 países escrutados, Venezuela ocupa el 164. Es el país más podrido de América Latina. Más, incluso, que Haití (146), la segunda nación más corrupta de la región. Dato que le da la razón a la diputada y compromete la honra del presidente Chávez: si no lo impide, es porque ésa sería su ilegal forma de ejercer el poder, o, si no lo persigue, porque no está enterado, en ambas situaciones se demostraría que no debe seguir al frente del país.

En todo caso, el entusiasmo de los venezolanos por la carta de la diputada a Fidel Castro no es por lo que ella le dijo a Chávez, sino por lo que les dice “a los cubanos”. María Corina le reprocha al Comandante los ciento diez mil barriles diarios de petróleo que su país le entrega a Cuba sin esperanzas de cobro. Le recuerda las numerosas operaciones fraudulentas de ventas internacionales a Venezuela trianguladas a través de La Habana sin otro objeto que el de engordar las arcas cubanas a costa del sacrificio de los trabajadores venezolanos. Condena la grosera injerencia de la policía política y el ejército de la Isla en su rica colonia sudamericana, pero le advierte a Fidel Castro que no debe olvidar cómo, en el pasado, cuando el régimen cubano infiltró guerrillas y saboteadores en el país, los gobiernos democráticos de entonces y las Fuerzas Armadas Nacionales derrotaron totalmente esos intentos subversivos, algo que volverá a suceder en el futuro.

La popular acogida a la carta de la diputada demuestra la profunda molestia de los venezolanos con el tipo de relación metrópoli-colonia establecida entre Cuba y Venezuela por decisión de Hugo Chávez, incluso contra el criterio de muchos chavistas que ven esos vínculos como un hecho humillante e inexplicable.

Es la primera vez en la historia que una nación más rica, poderosa, grande, poblada, desarrollada y educada, se subordina voluntariamente a las órdenes e intereses de otra más pobre, marginal y fracasada que la explota inicuamente.

Y ésta no es una percepción política de la oposición, sino un lógico sentimiento popular expresado de múltiples maneras. En YouTube existe, para cualquiera que desee verlo, un video amateur recientemente filmado en el aeropuerto de Maiquetía (Caracas), que refleja ese profundo sentimiento anticubano germinado en el corazón de los venezolanos.

Se trata del colérico recibimiento a una nutrida delegación cubana que llegaba a Venezuela vistiendo camisetas con el rostro del Che Guevara. De pronto, espontáneamente, primero unos pocos, luego decenas, más tarde centenares, empleados, viajeros y acompañantes, los venezolanos comenzaron a gritar ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera! ante la perplejidad de unos cubanos que no sabían que los recibirían a gritos, con la furia que muestran los siervos ante los amos cuando llega el momento de la liberación.

Para Raúl Castro, el fin del chavismo, ya sea por defunción del teniente coronel o por una derrota política imparable, significará un peligroso descalabro económico y político. Ni siquiera puede descartar una especie de operación Dunkerque caribeña, evacuación urgente de decenas de miles de cubanos enquistados en la maquinaria pública venezolana a los que habría que proteger de la ira popular. Si eso sucede, ya sabe que los cubanos se irán escoltados por un grito visceral que los venezolanos han estado ensayando a todo pulmón: ¡Fuera!

Periodista y escritor. Su último libro es la novela La mujer del coronel.

www.firmaspress.com


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La Cuba real que se abre paso PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 06 de Febrero de 2012 10:26

Por Darsi Ferrer.-

Si algo hay que agradecerle a Raúl Castro es que en su último discurso, sin querer, o más bien sin siquiera imaginarlo ya que a estas alturas sería mucho pedir, haya abierto la puerta al futuro. Porque, ¿qué otra cuestión que el futuro angustioso ha dejado entrever a todos esos delegados de la Conferencia del Partido y aquel que tuvo los hígados de verlo por la TV? ¿Esperaban un milagro de renovación y progreso de este militarote ebrio de poder? Lo que sí es seguro es que los calificativos de “renovador” y “pragmático”, que algunos obsesivos ilusos le otorgan de gratis al general, ya acabaron de perder todo su valor en el mercado de las esperanzas.

Su aburrido discurso remachó el esquema de “parapetamiento” al que tanto se acomodan los representantes de esa clase dirigente. Pretenden hacer un sortilegio de conservadurismo y que las cosas sigan como están, barranco abajo, hasta que la situación nacional se vuelva a poner segura para ellos, sin importarles el precio en miserias a pagar por la población.

Pero basta de hablar de estos señores y el sombrío panorama que le pintan de obligatorio e inamovible al resto de los cubanos. Si algo ha ido mal con ellos es hacerles caso y tomarlos en serio. Hay que hablar del futuro real, el que a todos, verdugos y víctimas, déspotas y humillados, indiferentes o fervorosos idiotas, les va a llegar en Cuba.

Los cambios radicales que ese futuro que irrumpe va hacer a la futura sociedad libre y enderezada hacia el progreso ya están aquí. Empiezan a rebullir en el comportamiento, la manera de pensar y de proyectarse personalmente cada cubano. En primer lugar, está tras los rostros absurdamente fieles que pulularon en la Conferencia del Partido Comunista. Ante tanto inmovilismo que ya no sienten como puerto seguro, malamente ocultan el creciente deseo de venderle el cordobán a tanta bobería de Revolución, fidelidad, disciplina cuartelera, y el resto de las zarandajas totalitarias. De hecho, y más allá de los deseos del general y el hermano ayatolá, el futuro que no gobiernan se filtra en el país con la avalancha de ideas de modernidad, de individualismo creativo y productivo, en la audacia de pensar más allá de los estrechos corrales mentales impuestos por el castrismo. La gente se está quitando el correaje que los mantiene atados a esquemas y comienza a soñar sus propias vidas, cada uno alejándose, a su manera y entender, del magro destino que les designan.

Surgen iniciativas que aún los jefazos y sus amanuenses de la estructura burocrática ni siquiera han comprendido del todo cuando ya se alejan, sustituidas por otras cada vez más disímiles e impensables, sin esperar por autorizaciones o lentas modificaciones enrevesadas que van dejando caer en migajas los poderes del distante Estado. Y este torrente que se está desprendiendo de la despertada iniciativa personal lo mismo se anuncia en páginas electrónicas que nadie ha autorizado, que emprende en concreto negocios para los que aún no hay alguna regulación o “análisis”. Es algo sin cesar, sin esperar vistos buenos, ni cohibirse aunque esté rigurosamente prohibido, o esperar a ver qué decide el Gobierno. Es un caos, donde cabe desde el trabajo y búsqueda honrada del progreso personal hasta el robo, latrocinio y escamoteo más rampante. Es el futuro que llega, pero no el que desean los Castro.

Y los efluvios de la vana sensación franquista de tenerlo todo “amarrado” va a desaparecer de un suspiro en un momento impredecible, cuando todos estos cambios sutiles e interiores lleguen a su punto de madurez, dejen de moverse clandestinamente e irrumpan en la realidad nacional con un estallido gigantesco que todos identificarán como lo que quieren y se sumarán al mismo. Nadie puede decir cómo ni cuándo, eso es un vano intento de adivinación. Pero ocurrirá porque es un movimiento civilizatorio mundial que está dejando atrás todas las viejas estructuras de poder y dominio sobre las personas. Ya se vio el pasado año en múltiples ejemplos donde lo “amarrado” se hacía polvo antes las narices de los autócratas. Algunos han terminado en prisión, otros en el exilio, los menos con una muerte horrenda, pero todos se han ido del poder que parecía eterno y transferible a sus crías.

Lo mismo ocurrirá si los Castro se mueren antes, como les pasó a Franco y a Trujillo, o en pleno arribo del cambio incontrolable, como sucedió con Ceaucescu y Gadafi, o esperando la carroza entre rejas, como le va a ocurrir a Mubarak y al hijo del ex dictador libio, Saif al Islam Gadafi. Es algo que no se puede contener. Ni con los viejos esquemas represivos llevados a su máxima expresión tolerable, ni con nuevas formas de forzado sojuzgamiento, cautiverio o liquidación que lo único que lograrían sería desmandar más lo que se quiere inútilmente evitar. No se puede con ese cambio, hágase lo que se haga.

Y lo importante no es que los dictadores lo entiendan y cedan el paso. Eso solo ha ocurrido en Myanmar, pero cuidadito con confiarse en la buena voluntad de los represores. Lo importante es que las personas identifiquen el futuro como una realidad posible, independientemente de lo que les digan o autoricen. Sería bueno, excelente, que llegara ordenadamente, a buen paso pero con armónica transformación. Desgraciadamente, no siempre es el caso. No obstante, no por eso va a dejar de ocurrir. Las voluntades de todos se van a aunar en un esfuerzo irresistible, empujando súbitamente hacia una sola dirección.

En Túnez, ¿cuántos no se habrán dado candela en un acto de desesperación ante la arbitrariedad del despotismo, sin que luego ocurriera nada digno de contar como no fuera recoger sus restos calcinados? ¿Quién podía decir cuál sería el caso que representaría la diferencia que lo cambiaría todo? ¿Quiénes se imaginaron en Berlín oriental que en una sola noche, cuando se esperaba una enorme matanza de la población por la policía totalitaria, el Muro se abriría y no volvería a cerrarse nunca más? ¿Cómo se podría esperar que una multitud oficialista convocada por el dictador rumano, con un chivato cada veinte habitantes y un militante del partido por cada ocho adultos, se arrebatara y lo hiciera huir en helicóptero? ¿O que los egipcios lograran derrocar un régimen vetusto en solo dieciocho días? ¿O que el pueblo checo lograra lo mismo en once?

No son milagros, ni conspiraciones del “Enemigo”, ni pueblos más valientes enfrentando regímenes más débiles que el de Cuba. Es el furioso hervir del futuro. Les llegó en ese momento, todos instintivamente lo sintieron, se identificaron con él como lo que íntimamente querían y se quitaron de encima en un santiamén lo que les colgaba del cuello. Ese va a ser el futuro de la Isla también, lo mismo para los abundantes escépticos que para los esperanzados. No es una especulación ilusa movida por el ansia de un cambio radical que no llega. Es la realidad que ocurre a diario en la geografía global.

Abran bien los ojos, ofensores y ofendidos. Está rondando ya.

 
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