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Artigos: Cuba
LA CUBA DE 2011: ¿RAULISTA O CIUDADANA? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Martes, 03 de Enero de 2012 22:22

Por Yoani Sánchez.-

Hemos vivido un fin de año sin frío, una Navidad de camisa corta y gotas de sudor, con arbolitos repletos de guirnaldas por todos lados. A trompicones han pasado los 12 meses de 2011 en Cuba, enmarcados por sucesos que -como un par de corchetes- encerraron la realidad nacional entre las excarcelaciones y las detenciones, los controles y las flexibilizaciones.

En enero todavía estaban siendo liberados -a cuentagotas- los prisioneros de la Primavera Negra de 2003 y recién ahora han sido indultados 2.900 sancionados por diversos delitos. Lo que comenzó con la discusión de los lineamientos del Sexto Congreso del Partido Comunista, celebrado en abril, concluye ahora con los preparativos para una Conferencia Nacional en la que muy pocos ponen sus esperanzas. Quizás este haya sido el intervalo de tiempo en que nuestras autoridades han implementado más cambios económicos y, sin embargo, nunca la impaciencia ciudadana había llegado a un punto tan alto. Se han dado numerosos pasos, pero el camino, al estilo de una estera rodante, marcha hacia atrás y nos ha dejado a pocos centímetros del lugar inicial.

No ha sido el año de Raúl Castro. Su terquedad se lo ha malogrado

Raúl Castro ha emprendido la ardua tarea de desmontar el fidelismo, de enterrar en vida al Comandante en Jefe. Sin confesarlo, sin ni siquiera hacer la crítica necesaria al Gobierno del hermano, el general presidente ha echado por tierra parte de los programas gestados por su antecesor. Eliminó totalmente las llamadas escuelas en el campo, siguió profundizando la entrega de tierras en usufructo a los campesinos y levantó el banderín al trabajo por cuenta propia. También canceló otros delirios como la enorme tropa de choque llamada "trabajadores sociales", puso fin a la Operación Milagro que importaba pacientes latinoamericanos para ser operados en Cuba y desmanteló el Ministerio del Azúcar, cuya zafra tiene números cada vez más ridículos. En un gesto audaz y a golpe de decreto, consintió la compraventa de autos y abrió el mercado inmobiliario en un país con décadas de inmovilismo en ambos sectores. Incluso se vistió de civil para ir a la cumbre del CELAC y firmó la carta final del evento con un par de puntos sobre democracia y respeto a los derechos humanos. El heredero del trono de la Revolución se ha afanado a lo largo de 2011 en obtener legitimidad en el marco regional.

Pero el raulismo y sus ajustes económicos no han dado los resultados esperados. Un kilogramo de frijoles sigue costando el salario de tres días y en 2012 el país tendrá que gastar 1.700 millones en importar alimentos. Sonados casos de corrupción han abultado los rumores populares durante estos últimos meses, ante el secretismo de la prensa oficial. En su discurso ante la última sesión de la Asamblea Nacional, el primer secretario del PCC llegó a afirmar que "la corrupción es hoy uno de los principales enemigos de la Revolución, mucho más dañino que la actividad subversiva". Mencionó el alto nivel de los implicados en los desfalcos, tildando estos atracos como "delitos de cuello blanco" cuando en realidad parecen más "delitos de cuello verdeolivo". Cada inspección o auditoría realizada ha sacado a la luz desvíos y sustracciones por montos alucinantes. De seguir hurgando en esa dirección, Raúl Castro podría granjearse muchos enemigos en su propia tropa. Como si ya no tuviera bastante con la ebullición y el crecimiento que se nota entre las filas de los disidentes y de otros movimientos cívicos críticos con su gestión.

Octubre trajo una prueba difícil, tanto para perseguidos como perseguidores, con la muerte de Laura Pollán, la líder de las Damas de Blanco y el revuelo que esta causó. La policía política ajustó por esos días lo que ha sido el sello distintivo en el terreno de la represión del actual Gobierno. Arrestos breves, amenazantes, sin rastros legales, a diferencia de los grandes shows judiciales que tanto le gustaban a Fidel Castro.

Los activistas han tenido que lidiar también con el aumento de las campañas mediáticas en su contra y la paramilitarización de los órganos de la Seguridad del Estado. De noche en una esquina, tres desconocidos se lanzan contra un opositor y lo meten a la fuerza en un auto, sin mostrar identificación, sin portar uniforme, sin aclarar qué delito está cometiendo el detenido. La Cuba raulista es por tanto más impredecible en cuanto a castigos, porque la incertidumbre de la represalia se erige como su método más acabado de coacción.

La inseguridad también es generada por la lentitud y la vacilación para implementar ciertas reformas sociales y políticas. La eliminación de las restricciones migratorias se ha quedado fuera del balance anual, con la consiguiente frustración de todos los que aguardaban por ella. Tampoco se ha atrevido el general a autorizar la creación de otros partidos y en lugar de abrir los márgenes del debate nacional sigue repitiendo que se trata de un tema "entre revolucionarios". Ha sido una prueba dura para 2011, en que ha debido hacer cambios que irremediablemente le restarán poder y, no obstante, percibe cómo su popularidad va decreciendo cada día. Este que termina no ha sido el año de Raúl Castro, para nada, su terquedad y la propia vida se lo han malogrado.

Yoani Sánchez es periodista cubana y autora del blog Generación Y

Tomado de EL PAÍS, MADRID ESPAÑA

Última actualización el Viernes, 06 de Enero de 2012 12:07
 
CUBA, ¿¡QUO VADIS!? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Jueves, 05 de Enero de 2012 19:51


Por ROBERT SOLERA.-
Cuba se ha debatido por años en dos vertientes distintas que han conformado su problemática politico-económica. Su desarrollo económico y su sistema político.
Algunas veces, aunque en forma incompleta ambas vertientes, prácticamente, han avanzado a la par. Otras, con gran frecuencia no ha sido así, unas veces predominando lo económico sobre lo político y otras la política dominando el entorno de la Isla-nación.
Desde el inicio de la República de Cuba en 1902 ése ha sido el cuadro ofrecido al pueblo cubano el que ha sufrido en lo económico penurias más o menos pronunciadas, donde la carga onerosa no ha sido pareja para todos sus ciudadanos. Unos, con mucho y otros con nada o casi nada.
Esto es bien marcado en los primeros 30 años de República independiente bajo un sistema económico quasi-capitalista o de libre empresa durante el período que puede conocerse como la República de los Generales y Doctores, puesto que ellos predominaron de forma contundente en el control político del país, no tomando muy en cuenta el bienestar general social y en gran medida, de espaldas a las ansias del pueblo llano.
Este esquema se rompe violentamente al lograr el Presidente General Gerardo Machado, con la complicidad general la “Prórroga de Poderes”, tras haber tenido un desempeño aceptado generalmente como provechoso en su primer periodo presidencial.
Aunado a un derrumbe económico general mundial, con las consabidas revueltas palaciegas y los movimientos de extrema izquierda y derecha bajo el Fascismo, el Nazismo y el Socialismo marxista –tres variantes extremas del mismo signo: una izquierda de masas con tintes distintos que encubrían su común origen: el Fascismo (Fasci Italiani di Combattimento)  fundado por Benito Mussolini en 1919 colofón de la Primera Guerra Mundial que con la paz de Versailles dejó inconclusas múltiples cuestiones político-económicas y creó nuevos escollos que culminarían un tiempo antes de la II Guerra Mundial iniciada en 1939. Por otra parte el nacionalsocialismo o Nazismo tuvo las mismas raíces, la I Guerra Mundial, que desmembró los antiguos imperios prusianos, alemanes y austro-húngaros sembrando la semilla del rencor de los perjudicados por la primera conflagración mundial amén de un ansia revanchista por el trato recibido por los vencidos tras el Armisticio en 1918 y la pobreza extrema resultante. Un grupo inició el movimiento nacionalsocialista dentro del cual su cabeza preponderante era Adolfo Hitler, austríaco de nacimiento aunque tras la Guerra se mantuvo en el ejército alemán. El grupo propugnaba la unión de los alemanes sin importar la nacionalidad que había sido fragmentada por la Gran Guerra, para acabar con las guerras, nombre con el cual era conocida,  ni las naciones en las cuales ellos habitaban dentro de los confines de las antiguas divisiones políticas europeas, ya que muchos territorios cambiaron de nación, como Alsacia-Lorena, franjas de Prusia pasaron a Polonia y se crearon naciones independientes como Checoslovaquia y otras donde una integración arbitraria sembró el camino a nuevos conflictos, algunos de los cuales se extendieron hasta el siglo XXI.
El marxismo-socialismo que explotó en la Rusia Imperial y que desencadenó  movimientos guerreristas  y revolucionarios que estremecieron el ámbito euroasiático y explotaron la lucha de clases practicamente en el mundo entero.
Cuba no se pudo mantener al márgen de la explosión social resultante y por derivación unos y otros abrazaron ideologías del Viejo Continente y trataron de cambiar la fisonomía política cubana buscando hermanar las luchas políticas con logros y cambios sociales.
Aunque hasta ese momento la situación política cubana se desenvolvía dentro de la llamada Libre Empresa se iniciaron cambios que coqueteaban con las teorías políticas preponderantes en el mundo y se iniciaron a partir de la revolucion de 1933 medidas que afloraban un desenlace que se apartaba del modelo liberal y se acercaba a un socialismo aún no definido.
En ese momento y periodo del 33 hasta 1959 el movimiento político y el económico se daban las manos, aunque aun permanecían dentro del llamado Mundo Libre -–en oposición al Mundo comunista enmarcado tras la Cortina de Hierro resultante de los acuerdos de la II Guerra Mundial que le dio brios a la izquierda marxista con la complacencia de los gobiernos americanos y británicos, personificados por Winston Churchill y por Franklin D. Roosevelt ante la presión del Padrecito Ruso, José Stalin [Iosif Vissarionovich Dzhugashvili].
Cuba, aunque parecia vivir al igual que otras naciones latinoamericanas en el Libre Mercado tenia marcadas caracteristicas socialistas y populistas tras el gobierno del Dr. Ramón Grau San Martín y su gestor revolucionario Antonio Guiteras Holmes e incluso durante el tiempo en que el Sargento-Coronel-General Fulgencio Batista era el poder tras el trono de Presidentes-títeres de Mendieta, pasando por Barnet, Miguel Mariano Gómez [destituido por el Congreso manipulado por Batista] y Federico Laredo Brú, que lo sustituyó.
Batista cansado de vivir y dirigir a la sombra se postuló y salió electo presidente en 1940 con la ayuda del partido comunista local que incluso participó en su gobierno con varios Ministros sin Cartera entregando el poder político nuevamente en 1944 a Grau San Martín.
Hasta ese momento y luego bajo Carlos Prío Socarrás el rٞégimen cubano de un populismo y socialismo encubierto marchaba a la par en el poder político y el entorno social en el marco fundamentalmente del liberalismo económico con rastros sociales con la huella del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) y el ímpetu que le había dado Batista en su etapa mayormente populista.
En realidad el PRC nunca se había declarado social-demócrata [no lo era en puridad] pero las bases sociales de esa ideología se habían impregnado en la politica cubana y en su economía social.
No había habido discordia ni separación entre la búsqueda de formas democratico-representativas en lo político de las intenciones sociales y por tanto ambas vertientes [la política y la social] marchaban hermanadas con un incremento del bienestar público ciudadano.
Aún tras el Golpe del 10 de Marzo de 1952 la situación no había cambiado sustancialmente y el pais vivía su mayor bonanza económica aunque no se repartía el pastel social de forma uniforme, dándole preferencia a la capital La Habana y a las cabezas de provincias en detrimento del area rural.
Tras la lucha insurreccional contra el gobierno dictatorial de Fulgencio Batista y asumir el poder una facción del movimiento insurrecional encabezada por Fidel Castro Rus, apoyado en una mayoria abrumadora  de las ciudadanos cubanos que bebía entusiasmada por sus promesas democráticas y sociales –las últimas habían comenzado a sustanciarse como la Reforma Urbana [criticada en su momento por el mismo Federico Engels] y sobre todo la Reforma Agraria, que habia ansiado la mayoria desposeida campesina. No ocurria igual con la parte politica donde el nuevo líder acaparaba el poder total y sumariamente engullía después la parte económica, apoyada por el Partido Socialista Popular, desde la sombra alienando a los que habían luchado por distintos ideales y provocando una escisión en el movimiento revolucionario triunfante que era desplazado en aras de algo hasta ese momento no bien definido como era darle un poder cada vez mayor a las fuerzas izquierdistas extremistas que no habían luchado a la par contra su antiguo aliado, Batista, dándose el caso que el mismo Partido aliado  con Batista bajo la Coalición Socialista Demócratica derrotada en las elecciones del 1ro. de Junio de 1944 compartía el poder con la facción fidelista que poco a poco se vería desplazada y reemplazada y casi, casi, decapitada por el izquierdismo socialista que ambiciosamente incluso pretendió decapitar al mismo Fidel Castro en una lucha sectaria capitaneada por Aníbal Escalante Dellundé uno de los líderes más notorios del socialismo local.  
Estados Unidos avizoraba el cambio de órbita de la revolución cubana y pretendía descabezar el rumbo tomado por la clase dirigente que más y más se acercaba a la URSS, al tomar medidas que a las claras indicaban cuáles eran las intenciones de su casi perdida ex-colonia encubierta bajo el semi-disfraz de una independencia politica y dependiente de su mercado de exportacion de bienes y capitales.
La premisa americana era que si se derribaba el gobierno político del castrismo no sufriría ningún cambio el status quo social y comercial de su antigua dependencia. Ya no existía la espada de Damocles, lease Enmienda Platt,  que le habia permitido en el pasado, tras bambalinas, dirigir en su provecho la política cubana y sólo le quedaba, a no ser que descarnadamente interviniera militarmente como lo había hecho en el pasado en Nicaragua, Panamá, Guatemala, Haití, las tenazas económicas que luego produjeron el embargo contra el Gobierno de Cuba y la supresión de su cuota preferencial azucarera.
Más y más Cuba se apartaba de EEUU en sus relaciones comerciales y políticas y se incorporaba a un bloque opositor comunista integrado por la difunta URSS y sus satélites europeos.
En ese periodo se veía como asfixiante el embargo como arma que estrangularía al gobierno cubano y mediante el dominio político seguiría Cuba en la órbita de los países lidereados por EEUU.
Con el tiempo transcurrido del inicio en 1959 del gobierno revolucionario EEUU comenzó a ver con un prisma distinto el panorama que ofrecía Cuba, que había malamente subsistido, primero con el apoyo del bloque socialista y luego al desplomarse la URSS y los demás países satélites tomar rumbos distintos comenzó a acariciar la idea de ‘convencer’ al gobierno cubano que sería mejor para él liberalizar su política económica.
Fidel Castro resultaba el escollo insuperable para los intentos de los partidarios cubanos de transformar el entorno económico cubano. Cada vez que se hacían intentos por cambiar el jerarca máximo dejaba ver su mano y como un gigante, torcido por el orgullo herido y sus ambiciones hegemónicas mundiales, con un gesto echaba al suelo los tejidos y maquinaciones conducentes a ese .proposito.
Pero lo imponderable e inesperado sucedió. El viejo ex revolucionario devenido en Tirano sufrió un inesperado quebranto de salud que lo llevó a paulatinamente ceder su papel de máximo dirigente y delegarlo en su hermano Raúl el que a su vez había construido un séquito de partidarios que seguían su mando y a su vera medraban con el futuro economico cubano del cual paulatinamente se habian apoderado y continuaban en su carrera contrarreloj anticipándose a los designios de la Parca que vendría, sin duda, en busca del otrora casi absoluto dueño de la ‘finca’ llamada Cuba.
Hoy por hoy el gobierno americano parece haber tomado la posición de dejar hacer en política interior al mando cubano con un completo dominio de la represión y del control  de los ciudadanos al que enseñan “la zanahoria’ al igual que en el pasado reciente enseñaron el “garrote’, por supuesto con la declarada complicidad de los que creen que la Patria y la Libertad son sólo bellas palabras domingueras en las cuales ellos no creen, ni por asomo.
Nuevamente Cuba está en la disyuntiva que ha padecido desde su inicio como nación politicamente independiente. Dejar predominar la política, como algo preferencial,  en aras de mejorar su economia y la vida diaria de sus ciudadanos.
Por supuesto comerán mejor los que hoy no comen pero dejarán en la cerca sus ansias libertarias, con un agravante. Si ayer los extranjeros dominaban Cuba, mañana lo volverán hacer con la ayuda de la ‘familia revolucionaria’ que a través de 52, casi 53 años, han apartado los bienes mal habidos del robo y la expropiación en sus cuentas particulares y se erigiran como dueños absolutos e indiscutibles de la riqueza nacional.
‘La historia vuelve a repetirse mi muñequita blanca y rubia…’ de la canción famosa en su época y de nuevo Cuba mercadeará su soberanía y la depositará en los regazos de sus peores hijos.
Y como Saúl, venderá su primogenia por un plato de lentejas.
CUBA, ¿¡QUO VADIS!?

Última actualización el Jueves, 05 de Enero de 2012 20:28
 
PARADOJAS CUBANAS PDF Imprimir E-mail
Miércoles, 04 de Enero de 2012 12:11

Por Martín Guevara.-

La verdad es que me regurgita que los que enviaron a prisión y le torcieron la vida a tanta gente en Cuba, por mucha menos traición a los supuestos principios del marxismo leninismo que lo que hoy se tercia, que sean los otrora verdugos, como si hubiesen actuado de buena fe y sin consecuencias, lo que ahora digan hoy toca tragar con esto por el bien de no sé que especie de abstracción del Socialismo para-marxista, meta-bolivariano y post-martiano. Aquellos que, amenazantes, juraban que morirían antes de ver caer el socialismo hoy menean el rabo frente a las reformas. Recuerdo que se acostumbraba enviar al paredón a personas por propuestas mucho menos atrevidas que esta rotunda capitulación.

 

No me sorprende en absoluto. Si alguna vez tuve la oportunidad de cruzarme con algún comunista en mi vida, cosa que no  recuerdo con precisión, con toda seguridad no fue dentro de los contornos de la isla.

 

 

Tal vez estas palabras estén guiadas por un enrevesado sentido de la justicia o por cierto resentimiento; la verdad es que hoy conviene, por el bien de la humanidad, que se le dé una oportunidad al pragmatismo. Lo que ahora toca, es la mesura.

 

El actual indulto de presos del gobierno de Raúl Castro, y el de la era Carter con más de 3600 presos políticos removidos de sus celdas desde donde hacían su aporte a la sociedad del hombre nuevo, es a lo que me refiero cuando digo que sólo con gobiernos de políticas dialogantes, de características reposadas, se logra desarmar la bravucona actitud de trinchera, tras la cual se avalan la mayoría de los desmanes de todos los gobiernos personalistas, autoritarios y dictatoriales, como el que nos ocupa. Y no a merced de estrictos bloqueos, de sitios a las economías ni, por supuesto, de acciones militares. Se consiguió mucho más con los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González que con los de José María Aznar y el propio Francisco Franco que, en correspondencia, nunca criticó a Fidel. Del mismo modo con Jimmy Carter, Bill Clinton o Barack Obama más que con los conservadores de Estados Unidos.

 

Me atrevo a pensar que Raúl estaría haciendo mucho más en el sentido positivo y correcto, en el sentido patriota, de no ser por las resistencias internas y externas. Por los lobbies fidelistas y los de la más frontal oposición a todo lo que sugiera revolución. Sólo la edad y un cúmulo poco presentable de tropelías a lo largo de su vida, le impedirán a Raúl desarrollar todo ese potencial aprendido en las FAR (fuerzas armadas cubanas), institución que se enorgullecía de que cualquiera de sus coroneles podía ir durmiendo con la boca abierta y la cabeza echada hacia atrás en una guagua de circulación pública, y no pasaba nada. Eran hasta queridos en el barrio, cosa que el MININT (Ministerio del Interior), ni el Comité Central ni el Buró Político del Partido Comunista de Cuba pudieron siquiera sugerir jamás: por ninguno de ellos existió nunca simpatía popular alguna, sino temor. Excepto por las FAR.

 

Parece una contradicción que elogie las FAR siendo pacifista convencido, pero la práctica de la observación y el análisis me dejaron este conocimiento empírico del cual no me puedo substraer. Las FAR no robaban, mentían poco y, lo máximo en lujo a lo que accedían a niveles populares, era una moto con sidecar, para lo cual había que ser coronel, o un mayor destacado.

 

No comían jamón a la vista del pueblo.

 

Y hoy. por la razón que sea, conveniencia, clarividencia, rectificación o lo que se tercie, Raúl ve que el camino está mucho más desviado que lo que cabría suponer, y de lo que gustaría aceptar.

 

El ingrediente del que sí carece tanto el general, como toda esa cúpula demasiado mal acostumbrada, es el de la tolerancia, el de la incorporación de todas las sensibilidades y percepciones sociopolíticas al debate de como llevar el barco a buen puerto.

 

Cuba cuenta con la valiosísima situación de ser un país con el contador puesto a cero: nadie confía en más promesas de una sociedad de igualdad en las penurias, de igualdad en la censura y la restricción, ni en los cantos de sirena de un capitalismo tan decrépito que ahora quiere hacer responsables de sus excesos y abusos a sus víctimas.

 

Si lo que se persigue es el empecinamiento de que caiga Fidel & Cía., estas pequeñas hendijas de libertad son contraproducentes, ya que dan aire. Pero si lo que se desea es el confort, el bienestar del pueblo de Cuba, entonces lo mejor será que lo negocien caracteres como Obama y Raúl, y que se aleje de las manos de los Bush y de los Fidel, aunque de éste último sólo haya habido uno, y esperemos que así continúe siendo.

Última actualización el Miércoles, 04 de Enero de 2012 12:13
 
Otro crimen del castrismo la muerte de Wilmar Villar PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Viernes, 20 de Enero de 2012 20:12

Por Alberto Muller.-
La espiral de violencia represiva en Cuba no cede con los años y la muerte de Wilmar Villar Mendoza en el hospital Quirúrjico de Santiago de Cuba, pone nuevamente en evidencia el irrespeto por los derechos humanos del régimen castrista.
Wilmar Villar Mendoza es el segundo preso cubano que fallece en la isla en los últimos dos años producto de maltratos y huelgas de hambre.
Villar Mendoza se encontraba preso en la cárcel de Aguadores y había iniciado una huelga de hambre el 25 de noviembre de 2011, para exigir que se le revisara su causa.
Sus familiares habían reportado el delicado estado de salud del preso político, que hacía ya varios días se encontraba recibiendo asistencia médica en el hospital de Santiago de Cuba.
La esposa del fallecido Maritza Pelegrino Cabrales -conmovida y lloros- confirmó la dolorosa noticia a la prensa.
Los medios de prensa oficiales en la Isla no han dado la información. Varias organizaciones opositoras en Cuba planifican hacer acto de presencia en las funerales de Villar Mendoza.
El 23 de febrero del 2010 falleció el preso político Orlando Zapata Tamayo, después de permanecer en huelga de hambre durante 86 días.
A continuación reproducimos el video tomado por la Unión Patriótica de Cuba de la marcha de Contramaestre, el pasado 2 de noviembre de 2011, por la cual Wilman Villar Mendoza fue apresado

 
2012: La inmoral re-invención del castrismo PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Lunes, 02 de Enero de 2012 11:33

Por Jorge Hernández Fonseca.-

El balance de los dos últimos años ha sido amargo para el castrismo, agotado ideológica y económicamente. Sin embargo hay que reconocer que –económicamente-- trata de re-inventarse a través de un capitalismo estatal, primitivo y feroz --a imagen y semejanza de la “piñata” rusa escenificada ‘desde el partido’-- para beneficiar la nomenclatura y sus familiares.

 

2012: La inmoral re-invención del castrismo
Jorge Hernández Fonseca

1 de Enero de 2012

El año 2012 se ha iniciado con un signo diferente al resto de los 53 años anteriores del castrato: el signo de la derrota ideológica de la “revolución socialista cubana”. Si durante el 2010 la oposición cubana “eliminó” lo que restaba del socialismo fidelista (con el martirologio de Orlando Zapata Tamayo en las cárceles de la dictadura, las marchas imparables de las Damas de Blanco en toda la Habana y la huelga de hambre de Guillermo Fariñas en Santa Clara) ha sido el 2011 el año que “enterró” esa revolución en su sepultura, a la espera sólo del máximo líder.

El balance de los dos últimos años ha sido amargo para el castrismo, agotado ideológica y económicamente. Sin embargo hay que reconocer que –económicamente-- trata de re-inventarse a través de un capitalismo estatal, primitivo y feroz --a imagen y semejanza de la “piñata” rusa escenificada ‘desde el partido’-- para beneficiar la nomenclatura y sus familiares.

Determinados sectores en el interior de la isla (como lo es una parte de la alta jerarquía de la iglesia católica cubana) agotada por las penurias de medio siglo de hambre y vicisitudes de todo tipo y género (económica, social y sobre todo, moral y éticamente) estima que el camino elegido por Raúl Castro y sus generales paliará buena parte del sufrimiento del pueblo cubano y secretamente espera que estos “cambios” parciales, sirvan de base --junto a la inevitable y próxima “definición biológica”-- para una sociedad más justa, también políticamente hablando.

La gran pregunta para los cubanos dignos de hoy, de dentro y fuera de la isla, entonces sería: ¿es moralmente aceptable apoyar una dictadura agonizante en sus finales, que después de destruir a la Nación Cubana ética y materialmente --de haber fusilado casi 10 mil jóvenes cubanos y encarcelado por largos años más de 250 mil de lo mejor de su juventud-- trata de imponer el mismo sistema económico, político y social por el que aquella juventud cubana luchó medio siglo atrás y que Raúl implanta ahora en la isla para beneficio de su familia?

La respuesta es claramente un ¡No! rotundo. No, porque la dictadura tomó a la iglesia católica cubana como “tabla de salvación” para centrar en ella lo que en realidad es mérito de la oposición dentro Cuba, y por lo cual –como pago-- le permitió una ‘bocanada de oxígeno puro’, como fue el triunfal recorrido por toda Cuba de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

No, a pesar de que sabemos la falta de escrúpulos de los personeros dictatoriales, que no dudarán en imponer más hambre y miseria en la isla en el caso de que sus planes feudales se vean frustrados por el esfuerzo mancomunado del exilio y la oposición interna (ellos más que capitalistas, son realmente pre-capitalistas, “capos-generales-empresarios”). ¡Ladrones!

No, por la dignidad casi extinta en grandes sectores de la población de la isla, enajenados a base de maltratos, vejaciones y “reflejos condicionados”, hermanos por lo que también hay que luchar porque la Patria no es de uno o de otros, sino de todos los que se sientan cubanos.

No, porque a pesar de que hay una masa inerte y fácilmente maniobrable, siempre habrá (y en Cuba ¡sí que los hay!) muchos hombres y mujeres de temple, dignidad y capacidad de sacrificio suficiente para reclamar sus derechos y terminar de una vez por todas la pesadilla castrista.

La discusión ahora ya no es si Raúl implanta “cambios” hacia el capitalismo, o no. Ante lo que es una realidad evidente (Raúl y Fidel ya reconocieron el fracaso del socialismo) lo que se impone ahora es discutir cual debe ser la mejor manera de no dejar a los personeros del castrato --aquellos que fusilaron y que todavía encarcelan y golpean mujeres pacíficas-- robarle a la oposición cubana el mérito de reconstruir su País, su Nación y su Patria en libertad.

Capitalismo con dictadura castrista no difiere para nada del régimen de Fulgencio Batista. Ambos son dictaduras políticas con regímenes capitalistas en la economía. El Raúl-Batista de hoy, y sus generales, Furry-Tabernilla, Machado-Machadato, Ventura-Carratalá --y un largo etc., con muchas más similitudes que diferencias-- nos imponen en el 2012 la reedición de la lucha contra la dictadura de Batista y sus generales corruptos, renovada en el siglo XXI contra Raúl Castro y sus generales --también corruptos-- por todos los medios, como se hizo antes.

En realidad, con el triunfo de la “revolución cubana de 1959” se abrió un paréntesis sangriento y destructivo de medio siglo contra la sufrida Nación Cubana y sus mejores hijos, que ahora se cierra con la decisión de Raúl de escamotearle a la oposición cubana --de dentro y fuera de la isla-- el triunfo del capitalismo de mercado contra el estatizante socialismo comunista.

Los “revolucionarios cubanos” --verdaderos batistianos reciclados en pleno 2012-- pretenderán más adelante escamotear de la oposición la prominencia de la democracia sobre la dictadura. Es de la oposición realmente (y no de los generales de Raúl) la victoria contra la tiranía castrista y de los hombres libres contra los opresores; el triunfo de los valores de la civilización occidental contra el materialismo descarnado, ateo y relativista --que intentó sepultar en Cuba los valores morales sin poder conseguirlo del todo-- valores que ahora renacen de entre los escombros del castrato, alimentado por la sangre y el sacrificio de los mejores hijos de la Nación Cubana.

El año 2012 será un marco. El marco que sepultará en Cuba definitivamente la desidia dictatorial, la prepotencia tiránica y la ignominia castrista contra lo mejor del pueblo cubano.


Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Martes, 03 de Enero de 2012 22:31
 
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