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Artigos: Cuba
El Embeleco PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Domingo, 30 de Mayo de 2010 10:03


Por LÁZARO GONZÁLEZ VALDÉS, ex prisionero de conciencia

Como émulos del bolchevismo, los comunistas cubanos saben cuando, como y con cuales objetivos emplear su arma más efectiva que es el engaño con artimañas y falsas apariencias.

El embeleco de turno fue ideado por la Dirección General de Inteligencia (DGI) para vestir a su jefe el PCC con traje de dialogante rematado con corbata humanitaria, y así aparentar que los profesionales del crimen ahora quieren respetarle los derechos humanos a quienes encarceló arbitrariamente.

Para conseguir su meta el PCC le pidió a la DGI operar a la infiltrada Iglesia Católica de Cuba, y como a esta institución la precede el aspecto noticioso de su notoriedad el engaño de la inteligencia comunista ha tenido amplia cobertura en los medios de prensa.

Por ejemplo, en Internet se lee: “La Iglesia Católica afirmó que se van a dar pasos sobre los presos políticos de Cuba, tras una reunión celebrada el miércoles (19 de mayo) entre sus principales autoridades en la isla y... Raúl Castro” (ver enlace 1).

Poco después Radio Martí aseveró que “El gobierno cubano se comprometió con la Iglesia Católica a trasladar a los presos políticos a cárceles de sus provincias de origen y dar atención médica a los más enfermos” (ver enlace 2).

La artimaña del PCC tiene poderoso enganche como lo demuestra el hecho de que religiosos, analistas y políticos han estado lanzando esperanzadoras declaraciones sobre el tema. “Es una señal positiva”, concluyó el secretario general de la OEA José Miguel Insulza (ver enlace 3) mientras el Cardenal y Arzobispo de La Habana Jaime Ortega sentenció en el oficioso periódico Trabajadores: “Ha sido un diálogo sobre Cuba, nuestras realidades, el presente y el futuro” (ver enlace 4).

Sobre esta falacia del Cardenal Ortega es imperativo señalar que ni la Iglesia Católica ni los funcionarios del PCC tienen el consentimiento de las víctimas (quienes conforman la mayor parte del pueblo cubano) para tratar asuntos relacionados con su presente o su futuro. Los comunistas no han permitido elecciones auténticas por medio de la violencia y la jerarquía católica de Cuba es designada por mandato Vaticano, procedimientos ajenos a la democracia.

Si la Iglesia Católica de Cuba gestiona la libertad de prisioneros políticos en reuniones a puerta cerrada con los carceleros de mis compatriotas yo, como ex preso de conciencia, le agradezco ese acto humanitario pero la comisión de un acto loable no autoriza a la institución religiosa a presentarse como parte del inexistente proceso de cambios que pretende proyectar la DGI.

Hay quienes creen que el servicio de inteligencia del PCC y la Santa Sede trabajan en el reciclaje de los comunistas cubanos. Se infiere que los objetivos principales de los comunistas serían seguir detentando el poder y acceder a créditos bancarios mediante el levantamiento del embargo económico; en tanto que los religiosos estarían interesados en obtener licencias estatales para reabrir escuelas, instalaciones de salud y otras operaciones económicas prohibidas por el PCC desde el siglo pasado.

Esta supuesta colaboración entre la DGI y la Santa Sede podría explicar declaraciones como aquellas hechas en mayo de 2008 por el Vaticano sobre que “encontró en el gobierno (comunista) gran disponibilidad al diálogo y a la cooperación tanto en temas nacionales como internacionales” (ver enlace 5).

Mucho antes, exactamente en abril de 2007, el Cardenal Jaime Ortega indicó que únicamente “por ese camino de distensión con EU (Estados Unidos de América) es por el que puede llegar un mayor bien para el pueblo cubano” (ver enlace 6). Sin embargo Ortega guarda silencio respecto a hechos como que es el PCC quien prohíbe la libre empresa en Cuba; es el PCC quien persigue, desemplea, encarcela, tortura, destierra y asesina a los anticomunistas; es el PCC quien no quiere dialogar con sus víctimas sobre libertad y respeto a los derechos humanos.

Por lo tanto la realidad demuestra que el PCC con sus políticas de odio, su Estado bélico y su extenso historial de violencia es el principal obstáculo para el bienestar de la generalidad de los cubanos.

Mientras la Iglesia Católica de Cuba y su Santa Sede no expresen claramente estas verdades y tomen partido al lado de los oprimidos carecerán de la autoridad moral para mediar por las víctimas del comunismo.

La Iglesia Católica debería reconsiderar su política con el PCC conforme al principio establecido por el Papa Pío XI cuando formuló: “El comunismo es intrínsecamente perverso” (ver Encíclica, marzo de 1937).

Pero al recordar los partidos tomados por la Iglesia Católica a través de la Historia de la humanidad no espero mucho de ella. Me sorprendería si el diálogo espurio que llevan a cabo católicos y opresores del PCC concluye con la liberación de los presos políticos cubanos, no olvidando al Doctor Oscar Elías Biscet encarcelado por orden expresa del criminal Fidel Castro, a quien los Obispos cubanos le desean “que Dios lo acompañe en su enfermedad” (ver enlace 7).

Enlaces Relacionados:

(1)        http://www.infolatam.com/entrada/cuba_iglesia_anuncia_liberacion_de_preso-20869.html

(2)        http://www.martinoticias.com/FullStory.aspx?ID=DA1F4603-9F9B-4E86-9658D167E63D0C50

(3)        http://www.laprensa.com.ni/2010/05/21/internacionales/25321

(4)        http://www.trabajadores.cu/news/2010/5/21/considera-cardenal-jaime-ortega-de-muy-positivo-dialogo-de-raul-y-autoridades-eclesiasticas

(5)        http://www.publico.es/internacional/053173/santo/socialismo?orden=FECHA&pagCom=3

(6)        http://www.cubanet.org/CNews/y07/apr07/04o10.htm

(7)        http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=13589

Última actualización el Domingo, 30 de Mayo de 2010 10:26
 
REUNIÓN DE RAÚL Y LA IGLESIA CATÓLICA. UN ANÁLISIS PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Viernes, 28 de Mayo de 2010 10:58

Por JORGE HERNÁNDEZ FONSECA

Las noticias asociadas a la negociación de Raúl Castro ‘en persona’, con el Cardenal Ortega y el Arzobispo Dionisio García, han tomado por sorpresa a la casi totalidad de la oposición política cubana, a partir del reconocimiento –implícito en la reunión-- de la existencia de una Institución cubana supuestamente representativa de los reclamos políticos en curso (huelga de hambre de Guillermo Fariñas y paseatas pacíficas --pero de protesta-- de las Damas de Blanco) todas insertadas en el diferendo político del pueblo cubano con la dictadura que lo oprime.

El hecho es muy relevante y merece ser abordado en las dos facetas que el mismo presenta, veamos:

En primer lugar, el reconocimiento por parte de la más alta cúpula gubernamental y partidista de la dictadura --que detenta por la fuerza el poder en Cuba-- de otra Institución cubana, que en la reunión bajo análisis representó los intereses de la oposición política a la dictadura (Raúl y la Iglesia reunidos --quedó claro-- hablaron de política interna cubana, no hablaron de problemas religiosos ni internacionales); esto representa el rompimiento del monopolio que hasta ahora clamaba tener el partido de la dictadura (comunista) sobre el pueblo cubano de la isla.

Este primer punto es muy importante, e independientemente de los resultados que vengan de mano de la negociación en curso, representa por sí solo un cambio de actitud en el plano político del gobierno de Raúl. Fidel Castro, por ejemplo, nunca hubiera hecho esta concesión, pero el pragmatismo de los generales de Raúl ha proyectado un camino para su futuro, donde es preferible negociar con una Institución religiosa, que tener que reconocer otros partidos.

En segundo lugar, es importante analizar el contexto donde Raúl decide negociar ‘sus’ presos políticos: por un lado, tiene al frente del gobierno norteamericano un hombre proclive a llegar un acuerdo de entendimiento EUA-Cuba, a corto y medio plazo. Esto es ideal para la continuidad de la dictadura en el poder, a partir del miedo norteamericano de un éxodo balsero de cubanos hacia la Florida, en caso que la isla se quedara sin el gobierno autoritario que Raúl implica.

Como parte del contexto bajo análisis, hay que decir que Raúl tiene 5 espías presos y condenados en EUA, que quisiera fueran liberados, a partir de una voluminosa campaña, lo que le daría un triunfo internacional a la dictadura cubana, con aquellos que califica como “antiterroristas”. En parte, la represión de la Primavera Negra que tiró de circulación a 75 disidentes pacíficos, se realizó para tener al menos 15 opositores presos por cada espía condenado en EUA, según ha trascendido de conversaciones privadas de los hermanos Castro, con vistas a tener “monedas de troca”. Adicionalmente, hay un norteamericano preso en la isla acusado de “espionaje”, que sería parte de una potencial negociación, hablada probablemente en la reunión de Raúl con la Iglesia católica cubana (fueron ¡4 horas!) que estamos analizando.

Otro punto de destaque en el contexto de la reunión es el desconocido estado de salud del dictador vitalicio Fidel Castro. Partiendo de la hipótesis de que es muy difícil imaginar esta reunión con el anciano dictador en sus cabales, existe la conjetura de que su estado de salud se ha deteriorado al extremo de hacerse irreversible. Si fuera este el caso, existe en Cuba una situación muy desfavorable para anuncios comprometedores con la salud del anciano dictador, básicamente por la muerte de Orando Zapata Tamayo en una huelga de hambre, seguida de las marchas continuas de las Damas de Blanco, en paralelo con la huelga de hambre de Guillermo Fariñas. Si Castro el viejo muere, no hay ambiente político como para dar la noticia.

De manera que, una buena parte de lo que sucede, con toda su carga de excepcionalidad, se debe a una estrategia de la dictadura cubana para asegurar su continuidad. Si esa continuidad implica cambios en la economía cubana –a los que el dictador mayor se ha negado repetidamente-- pudiéramos estar en la antesala del anuncio de la muerte de Fidel Castro. Esto sólo sucedería después que el panorama actual se despeje, varios presos sean liberados enviándolos (o no) a España (bajando así la presión de las Damas de Blanco) cambiados (o no) por los 5 espías presos en EUA, calmando de esa manera la opinión pública internacional; Fariñas abandonaría su huelga de hambre y se realizarían algunas concesiones económicas.

En todo este gran telón de fondo emergen dos aspectos relevantes: la salud del anciano dictador (cuya muerte crearía un peligroso e impredecible estado de convulsión en la isla), anuncio que los generales de Raúl están preparado con esmero; y las negociaciones EUA-dictadura para definir un estatus de convivencia menos hostil entre ambas partes, que garantice cierta estabilidad social mínima dentro de Cuba, desde la óptica raulista, y para evitar el tan temido éxodo balsero, desde la óptica norteamericana. Este es el futuro probable.

En estos aspectos relevantes, los presos de ambas partes y la iglesia católica cubana serían usados como monedas de cambio detrás de los objetivos reales --no visibles ahora-- asociados a intereses mayores, como tampoco tendría cabida la democratización de Cuba a corto plazo.

Si la línea de razonamientos anteriores tiene en el futuro algún grado de confirmación, pudiera afirmarse que Raúl prepara con estos movimientos la etapa post Fidel, en la seguridad de que cuando el anciano caudillo desaparezca del mapa político cubano, habrá maneras de entenderse con su vecino del norte, iniciando una nueva etapa en sus relaciones tanto externas como internas. Además, así no tendría necesidad de oficializar ninguna organización política interna fuera del partido comunista, para lo que usaría la Iglesia católica, a la que se acerca.

Todo lo sucedido parece encajarse en una estrategia a medio plazo de Raúl y sus generales, con vistas a dar una continuidad a su dictadura comunista, centrando la atención nacional e internacional en aspectos para los que se han preparado largamente (intercambio de presos, renuncia a algunas arbitrariedades, apertura económica) que serán adecuadamente “vendidos” como “cambios”, bendecidos internamente por la Iglesia católica, que conseguiría algunos accesos adicionales, y por el vecino del norte, siempre que haya garantías de control del éxodo.

Es muy probable que esta sucesión implique mejoras en lo económico (modelo chino en la economía), pero la democracia política, que es lo esperado por el exilio y la disidencia, no está contemplado en los planes raulistas actuales con el proceso de sucesión ya en marcha y tendrá que aguardar nuevos desdoblamientos perspectivos de la situación interna (asociados quizá a la muerte de Raúl) que si bien ahora no es la ideal desde el punto de vista de los generales de Raúl, todavía no constituye ningún peligro para el poder dictatorial actual, casi absoluto.

 

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Viernes, 28 de Mayo de 2010 11:00
 
¡José Martí Nunca Fue Socialista! PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Jueves, 27 de Mayo de 2010 19:42

Por ULISES LARRAMENDI
Las dictaduras totalitarias como la comunista, fascista, nazista o cualquier otro tipo de extremismo radical usan la mentira para obtener y luego mantenerse en el poder, proyectando una imagen falsa de sus intenciones y promesas.
El actual gobierno de Cuba dice ser martiano y seguir las ideas de ese gran hombre llamado José Martí, que dio su vida por la causa de la independencia de Cuba.
El gobierno castrense dice que Martí fue socialista y el no seguir esa ideología es traicionar a Martí y a Cuba.
Los ejemplos que ellos dan son, que a raíz de la Muerte de Carlos Marx, Martí escribió un pequeño artículo hablando de su muerte, de un hombre que estaba a favor de los pobres y la clase obrera.  Si embargo no dicen que Martí respaldaba la idea de defender los pobres y los trabajadores, pero no los métodos y las ideas que Marx predicaba,  advirtiendo del error y espanto de la incitación a la lucha de clase.  
Hay que darse cuenta que el marxismo no era tan conocido y ningún país había sido gobernado por ellos en ese entonce.  
Otras de las cosas citadas fue que el líder comunista Julio Antonio Mella, declaro que al señor Carlos Baliño, uno de los tantos colaboradores de José Martí, que Martí le había confesado ser socialista. De esto no hay ninguna prueba física,  pero si la hay de lo contrario. Ninguno de los más allegados colaboradores o amigos de Marti oyeron estas declaraciones o defensa del socialismo.
También hablan de las críticas de Martí a los Estados Unidos por algunos de su expansionismo en el siglo XIX y la discriminación racial que había en el país.  
Para los comunistas el fin justifica los medios y no importan cuales sean ellos. La verdad sufre antes ellos y es que en Cuba se ha falsificado la historia, tanto la del país como la internacional. La mentira se usa constantemente por el actual régimen como medio de engañar y confundir al pueblo.    
El castrismo piensa que un pueblo que no conozca su historia o no sepa de donde viene, puede ser manipulado. El pueblo se convierte en rebaño y es dirigible a donde ellos quieran. Un pueblo sin pasado no tiene futuro.
La verdad es que Martí nunca fue socialista, al contrario fue antisocialista y lo declaraba abiertamente. Es más que hablaba de su respaldo por el sistema de economía de mercado y la protección a la empresa y propiedad privada.
Uno de los libros que mas influencio a Martí y que fue parte de su biblioteca privada, fue el del escocés John Rae llamado Contemporary Socialism (Socialismo Contemporáneo), el cual es totalmente antisocialista.
En abril del 1884 Marti escribió  un análisis de un artículo del ingles Herbert Spencer sobre el socialismo. En el artículo, llamado como el escrito por Spencer “Esa Futura Esclavitud”,  Martí explicaba que ocurriría en un estado socialista, en esa futura esclavitud.
Martí hablo contra el control del estado sobre la economía y sobre el pueblo, el cual perdería su soberanía.  Martí dijo,”De ser siervo de si mismo, pasaría el hombre a ser siervo del estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llaman ahora, a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene dominio sobre el y en ese sistema socialista dominaría la comunidad del hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo”. También  hablo mucho  de los abusos que esta sociedad socialista traería a una nación.  
Por eso muchos comunistas detestaban a Martí, pero en silencio e inclusive casi ni lo mencionaban antes de 1959. Juan Marinello en 1935 escribió en el Repertorio Americano de Costa Rica, que Martí había sido un fracasado, abogado de los ricos y poderosos por lo que convenía dar de una vez la espalda a su doctrina.
Los comunistas  dicen que Martí creó un solo partido, no dos o tres. Eso les justifica en no permitir otro partido u oposición y así respaldar la actual dictadura socialista.
En realidad Marti fue un amante de la verdadera democracia y era una de las cosas  que el admiraba de los Estados Unidos, la cual quería llevar a Cuba.  Quería una republica democrática que no se opusiese al multipartidismo. Fue amante de la prensa independiente  y de la libre expresión del ciudadano.  Fue enemigos de los caudillos pues decía que ellos tratarían de hacerse dictadores. Había visto los ejemplos de muchos países en America Latina  después de sus independencias y no quería eso para Cuba.  

Ulises Larramendi
Los Angeles California
EEUU

Última actualización el Jueves, 27 de Mayo de 2010 20:30
 
Las Damas de Blanco y el exilio cubano PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Jueves, 27 de Mayo de 2010 15:51

Por HUBER MATOS ARALUCE

Cuando viajo a las llanuras costarricenses de Guanacaste y paso por el pueblo de Cañas me detengo a saludar a Ángela. Su educación y sus canas me recuerdan a las abuelas del Manzanillo de mi niñez. La parada siempre implicaba escuchar el escepticismo de su hijo Oscar sobre el futuro de Cuba. El nació en la isla, diez años después de la llegada de Fidel Castro al poder.

En la penúltima visita y cuando disfrutaba de un café, Oscar salió del taller donde fabrica muebles de teca y me dijo:

- “Matos, usted sabe que yo siempre soy muy franco”.

Lo admito, el hijo de Ángela siempre dice lo que piensa. Me preparaba para otra andanada de pesimismo cuando me sorprendió:

- “Yo no puedo seguir fabricando muebles, ver cómo luchan las Damas de Blanco y no hacer nada”.

Su decisión no se quedó en palabras; con otro cubano más del mismo pueblo decidieron patrocinar la delegación de CID en Florida, Camagüey. Hace unos días llamó para decirme:

- “Tenemos que hacer una manifestación en apoyo a las Damas de Blanco, y mi mujer se responsabiliza con el trabajo. Dime con quién hacemos contacto en San José”.

La respuesta fue fácil:

Oscar, ya no hay tiempo para organizarla, pero llama a Inés Revuelta y a Lola Barrientos. A ambas les sobra energía y patriotismo.

El sábado 22, muy temprano en la mañana, llamé a Laura Pollán, la dirigente de las Damas de Blanco, para pedirle que nos hablara por teléfono desde La Habana cuando estuviéramos reunidos.

- “Huber, dales las gracias a todos. Ese respaldo nos conmueve y nos ayuda. Ahora vamos a reunirnos con el Cardenal, llama al celular de Bertha y espero, haber terminado, o yo trato de salir un momento y con gusto lo haré”.

- “Laura, ustedes han despertado al exilio de un largo sueño de frustración e inactividad, algún día la historia les dará el mérito que merecen”.

Respondió con humildad y determinación.

- “Huber, nuestra lucha es por nuestros presos y por la libertad de Cuba”.

Unas horas después, Laura Pollán habló a los presentes en el evento. Todos, cubanos, costarricenses y venezolanos, quedaron muy impresionados con su mensaje.

En el acto habló con Julián Osante, un respetado pionero del exilio en Costa Rica. También Inés Sánchez, la cubana más querida de los costarricenses. La venezolana María Fernanda Chacón apoyó la solidaridad entre cubanos y venezolanos y Mario Jacas, un compatriota de la nueva generación, cerró sus palabras con firmeza: “Por eso estamos aquí, reunidos alrededor de la estatua de León Cortés Castro, ex presidente de Costa Rica y benemérito de esta patria, para que el mundo sepa que la lucha por la libertad de Cuba es la lucha por su democracia, por un país como Costa Rica, a quien tanto queremos y tanto debemos, para que en la Cuba de mañana, después que termine la pesadilla castrista, también bajo su cielo azul, en nuestros campos y en nuestras ciudades, en las montañas y en las llanuras, en sus costas y en sus ríos, vivan siempre el trabajo y la paz”.

Discretamente Oscar y su esposa Yuli recogieron los gladiolos, símbolo de las Damas de Blanco, caminaron hacia el consulado cubano y frente a él los dejaron. Era un claro mensaje: desistan de la represión. Ha llegado la hora de la democracia y la reconciliación.

 

San José, Costa Rica

Última actualización el Jueves, 27 de Mayo de 2010 15:56
 
EL BINOMIO DIABOLICO PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Miércoles, 26 de Mayo de 2010 10:37

Por ALFREDO M. CEPERO

“Ver en calma un crimen es cometerlo”. José Martí

La noticia que ha acaparado los titulares internacionales en los últimos días ha sido el encuentro en La Habana entre Raúl Castro y Jaime Ortega, ostensiblemente con el objeto de mejorar las brutales condiciones en que el régimen comunista mantiene encarcelados a centenares de presos políticos cubanos. Estos dos sujetos—desprestigiados por su conducta inmoral y despreciados por la inmensa mayoría del pueblo cubano—unen fuerzas para preservar sus poderes y privilegios. Sin dudas se les podría aplicar la frase sarcástica de Napoleón de: “El vicio apoyándose en la maldad”, al contemplar a Talleyrand siendo ayudado a caminar por José Fouché. Raúl sabe que la revolución está muerta pero no se atreve a enterrarla sin permiso del ogro mayor. Jaime se apresura a ocupar el papel protagónico que tanto le agrada y se ofrece a realizar el milagro de una resurrección en la que solo creen las mentes obsesas por preservar el poder. El problema para ambos es que ni la revolución es Lázaro ni Jaime es el santo e iluminado rabino de Judea.

 

Aunque el espacio de un artículo nos obliga a la síntesis, consideramos de suma importancia pasar revista a las relaciones Iglesia-gobierno en estos cincuenta y un años de tiranía. Tan temprano como 1959 el régimen promulgó la llamada Ley 11 contra los estudiantes de planteles católicos. Pero la arremetida del apostata contra la iglesia en la que fue educado se produjo a raíz de la invasión de Girón en abril de 1961. En ese momento las iglesias fueron saqueadas, el Cardenal Manuel Arteaga se vio obligado a buscar asilo en la Embajada Argentina y centenares de sacerdotes y religiosos fueron vejados, encarcelados y hasta amenazados con el fusilamiento.

 

En septiembre de ese año, el venerable obispo Eduardo Boza Masvidal fue expulsado de Cuba junto a otros 131 sacerdotes con destino a España. Cuatro meses antes, el 25 de mayo, 110 Hermanos de la Salle habían sido despojados de los colegios que habían fundado en mas de medio siglo y expulsados con destino a Miami. Al día siguiente, en el curso de una misa en su honor celebrada en la Iglesia de Gesu, el sacerdote oficiante les dijo: “Hermanos, habéis sido perseguidos por los enemigos de Cristo, sois, pues los elegidos del Señor”. El saldo trágico y doloroso al concluir 1961 fue de 350 escuelas católicas expropiadas y 3,400 sacerdotes y monjas, en su mayoría cubanos, expulsados de nuestra patria.

 

En tiempos tan recientes como abril del 2007, las presiones del gobierno y la debilidad de la jerarquía católica condujeron al cierre de la Revista Vitral, una voz de orientación y esperanza dirigida con valentía y sabiduría por Dagoberto Valdés. En diciembre del mismo año la jauría castrista derribó a patadas las puertas de la Iglesia de Santa Teresita de Jesús en Santiago de Cuba para agredir salvajemente a 20 opositores que habían buscado refugio en el recinto religioso. Asimismo, en las últimas semanas hemos visto golpear y arrastrar a mujeres indefensas que armadas de gladiolos pedían libertad para sus familiares encarcelados.

 

Pero el hecho más repulsivo—según nos cuenta en su libro el Embajador Armando Valladares—fue el desalojo en diciembre de 1980 de los hermanos Ciprian, Ventura y Eugenio García Marín, quienes se habían refugiado en la Nunciatura del Vaticano en La Habana. Los tres fueron extraídos de la Nunciatura con engaño y fusilados no solo ante la indiferencia sino con la complicidad de un Vaticano que optaba por defender intereses materiales antes que proteger a sus ovejas más vulnerables.

 

Por su parte, la jerarquía católica cubana, definitivamente siguiendo instrucciones de la curia romana, optó no solo por poner la otra mejilla sino por hincarse de rodillas ante los diabólicos hermanos Castro. Así fue como durante la década de 1970 los miembros de la Juventud Católica Cubana fueron estimulados a participar en labores agrícolas del gobierno. Como en 1998, Juan Pablo Segundo hizo una visita a La Habana donde obtuvo mínimas concesiones por parte del régimen y el gran ganador fue el desprestigiado Fidel Castro. Como en Agosto del 2006, con motivo de la enfermedad del dinosaurio en jefe, la conferencia de Obispos Católicos de Cuba pedía oraciones para que “Dios acompañe en su enfermedad al Presidente Fidel Castro.”

 

Dentro de la misma bochornosa adulación, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, indigno descendiente del Padre de la Patria, manifestaba: “Para Fidel Castro, sus principios cristianos siempre han sido una inspiración en su lucha por la justicia social”. Y como para que no quede duda alguna de la mano de la Santa Sede en todo este tenebroso andamiaje, el Secretario de Estado del Vaticano, Tarsicio Bertone, visitó La Habana en febrero del 2008. El ostentoso Cardenal no se reunió con la oposición pero tuvo tiempo para comparecer ante una conferencia de prensa con Felipe Pérez Roque para pedir el levantamiento del “bloqueo”, palabra clave de la tiranía para referirse al embargo a Cuba.

 

Sin embargo, dentro de toda ignominia se levanta con frecuencia alguna voz redentora. En este caso, una especie de moderno Juan el Bautista que levantó su voz en el desierto de hipocresía y corrupción que ha predominado por años en ambos bandos del debate. Fue la voz del digno Arzobispo de Santiago de Cuba, Pedro Meurice, cuya palabra elocuente y valiente saludó al papa Juan Pablo Segundo durante su visita a Cuba en 1998. Y quién en el curso del Encuentro Nacional Eclesial Cubano, en 1985,  mostró su frustración diciendo: “Nos consideraban una iglesia de mártires y ahora algunos dicen que somos una iglesia de traidores”.

 

Esa es la misma jerarquía católica que ahora responde solícita al llamado de urgencia de Raúl,  neutraliza y desvirtúa la labor de la vibrante oposición interna, apuntala al régimen tambaleante y prolonga la agonía del pueblo de Cuba. Jaime está listo para el servicio y convoca una conferencia de prensa donde califica la reunión de “distinta y novedosa, en el sentido muy positivo” y agregó que se habló de resolver “viejos agravios”. ¡Qué descarado es este loro oportunista y parlanchín! ¿Se atrevería Jaime a pedirle a Margarita Marín, a Clara Abrahante o a Reina Tamayo que le perdonaran a Raúl los “agravios” de haberles asesinado a sus hijos los hermanos García Marín, Pedro Luís Boitel u Orlando Zapata?

 

No en balde la oposición interna desconfía de la sinceridad de Raúl, de la honradez de Jaime y de la eficacia de esta gestión. Con moderación pero con firmeza numerosos opositores han manifestado sus dudas. Laura Pollán me dijo ayer por teléfono: “Contemplo estas conversaciones con una dosis considerable de escepticismo y, como Santo Tomás, tendré que ver para creer”. Elizardo Sánchez declaró a un periodista del Miami Herald: “No oculto mi escepticismo ante las acciones de un gobierno que lleva décadas emitiendo falsas señales”. Pero, como era de esperar, la mas contundente declaración fue la Guillermo Fariñas, quién declaró al ABC de Madrid: “La Iglesia está siendo utilizada por el gobierno cubano”.

 

Pasada revista a nuestro pasado tenebroso y a un nuestro presente precario nos compete ahora prepararnos para el futuro. Un futuro de paz perdurable y prosperidad sostenida que solo será realidad en una Cuba donde predomine la justicia en la mas amplia acepción del vocablo. Una justicia que tiene que ser aplicada tanto a culpables por acción como  Raúl Castro como a culpables por complicidad, o al menos por omisión, como Jaime Ortega. La Iglesia Cubana tiene que aceptar responsabilidades, purgar sus pecados y hacer reparaciones. Tal como hizo la Iglesia Polaca con los 39 sacerdotes que colaboraron con los cuerpos represivos del régimen comunista.

 

Para concluir, a quienes intenten rebatir mis argumentos impugnando mi integridad de carácter o la comodidad de mi exilio les voy a contestar por adelantado. Les digo que ese “perro” ya me mordió en 1959 cuando los opositores al nuevo régimen fueron amedrentados y amordazados con el argumento de que carecían de méritos revolucionarios ganados como “tira tiros” y “pone bombas”.  Estoy convencido de que ese silencio forzado fue el caldo de cultivo que facilitó el crecimiento del cáncer  castro-comunista. Y eso no puede repetirse jamás.

 

Por lo tanto, después de medio siglo de silencio cobarde y suicida los cubanos de todos los credos, de todos los géneros, de todos los colores y de todas las ubicaciones geográficas tenemos no solo el derecho sino el deber de opinar sobre nuestros asuntos nacionales. El derecho y el deber de exigirle cuentas a nuestros gobernantes y de sustituirlos cuando no respondan a nuestras necesidades y aspiraciones. El derecho y el deber de ser guardianes de nuestra soberanía nacional. Una soberanía que no pertenece a ninguna iglesia, a ninguna institución, a ningún partido, ni a ningún gobierno sino al pueblo de Cuba.

 

Miami, Florida, 5-26-10.

 

Última actualización el Miércoles, 26 de Mayo de 2010 10:40
 
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