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Cuba


La urna a noventa millas PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 12 de Noviembre de 2012 15:38

Por Yoani Sánchez.-

El viernes, la prensa cubana se lanzó, con una nota agresiva del Ministerio de Relaciones Exteriores, contra la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA). A la tradicional escalada verbal hacia el vecino del norte, le acompañaba esta vez una diatriba sobre el funcionamiento en su sede consular de una sala de Internet abierta al público. El lugar existe desde hace varios años y es visitado por disímiles personas: desde estudiantes que realizan investigaciones, pasando por periodistas independientes necesitados de publicar sus noticias, hasta familiares de exiliados que quieren contactarlos vía correo electrónico. En un país donde el acceso al ciberespacio es un lujo que disfrutan unos pocos, las largas filas para acceder al centro de Internet de la SINA molestan al gobierno.

Sin embargo, después de leer la altisonante declaración, una interrogante salta sobre cualquier otra: ¿por qué ahora? Si esas salas con servicio web funcionan desde casi una década ¿por qué aparecen en este momento en la portada del periódico Granma? La respuesta apunta hacia lo ocurrido este martes en las urnas norteamericanas. Se trata evidentemente de una jugada que se adelantaba a las elecciones en Estados Unidos. El margen entre Barack Obama y Mitt Romney era estrecho y el gobierno de Raúl Castro bien que lo sabía. De manera que, desde hace meses, había comenzado a ajustar los proyectiles verbales tanto contra un candidato como contra el otro. Para la propaganda oficial, el reelecto presidente estadounidense es el hombre que “ha recrudecido el bloqueo imperialista”, mientras que su contrincante republicano representa “la política anticubana”. De mal en peor, nos había advertido machaconamente.

Las miradas dentro de la Isla se dirigían, entonces, con curiosidad y expectación hacia las elecciones en el vecino del Norte. Había demasiadas cosas en juego al otro lado del Estrecho de La Florida. La política de la Plaza de la Revolución se define a partir de llevarle la contraria a Washington, lo cual establece una manera muy peculiar de dependencia. Raúl Castro lanza una apocada reforma migratoria y explica que no se pudo ir más allá porque somos una plaza sitiada por el Imperio. El permiso para legalizar otros partidos tampoco puede otorgarse porque “el Tío Sam acecha”, mientras el acceso a Internet tiene que hacerse paulatino y selectivo, para que “la guerra mediática del Pentágono” no nos afecte en demasía. Si se analiza esta perenne rivalidad, habría que concluir que nunca los destinos de los cubanos han dependido tanto de Estados Unidos como ahora. Jamás nuestra cotidianidad ha estado tan sujeta a lo que decida el inquilino de la oficina oval.

El acérrimo discurso antiimperialista del gobierno cubano ha concluido por morderse la cola. Durante semanas, en los medios oficiales se ha hablado más de los comicios estadounidenses que acerca de nuestras elecciones del Poder Popular. Abocados a sacar las aristas negativas de las presidenciales norteamericanas, los comentaristas televisivos han olvidado la máxima de que “nada hay más atractivo que lo prohibido”. Y así cada adjetivo agresivo, cada burla, cada diatriba contra Obama y Romney, provocaron una expectación inusual en torno a este primer martes de noviembre.

Todo esto marcado, además, por la progresiva pérdida de importancia de Cuba en la política de Estados Unidos. Por la marcada irrelevancia de esta Isla que ha quedado en evidencia durante la actual campaña presidencial, en la que apenas se le ha dedicado atención. Lejos ha quedado aquel octubre de 1962 cuando los cohetes nucleares obligaron al mundo a  estar atento de la mayor de las Antillas. Ahora la mirada de Obama se dirige hacia otros lugares y en su segundo mandato se profundizará esa tendencia. Tendrá que atender en primer lugar los problemas de la economía interna de Estados Unidos e intentar sanear sus finanzas. La crisis en Europa ocupará una buena parte de su atención y también la situación de Irak, Afganistán, Irán y ahora Siria.

Raúl Castro necesita volver a ganar protagonismo en la agenda de su eterno enemigo, pues le va el poder en ello. Su discurso hacia dentro y hacia fuera se basa en esa rivalidad, no puede existir sin ella. Por eso ya empiezan los síntomas de una escalada diplomática que obligará a un posicionamiento del recién ratificado presidente norteamericano. Al lenguaje político se le saca filo, a los insultos se les da lustre y se hunde el aguijón de la confrontación para que el mandatario reaccione. Son tiempos de tratar de colarse entre las prioridades del vecino del norte, cueste lo que cueste… pero esa estrategia ya no funciona.

Tomado de EL PAÍS; MADRID; ESPAÑA

 
El Post Castrismo según Alfredo PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 10 de Noviembre de 2012 23:25

Por Pedro Corzo.-

Hace unos días Alfredo Elías, uno de esos hombres que honra el gentilicio de cualquier país, comentaba que una de las penosas herencias del totalitarismo insular podría ser una heterogénea fuerza política de carácter populista, capaz de albergar en su seno diversas personalidades, opiniones y estrategias, con el único objetivo de controlar el poder para satisfacer sus intereses y hacer ingobernable el país cuando no tuvieran el control.

La hipótesis es valida. Argentina ha padecido en los últimos 60 años una corriente política que aglutina personas de diferentes ideas, valores e intereses, pero que se identifican, a pesar de promover en numerosas ocasiones doctrinas y proyectos contrapuestos, con los postulados que personificó Juan Domingo Perón.

Perón fue un caudillo populista que tuvo la habilidad de comunicarse con las clases populares y hacerles creer, no solo una vez, sino en tres ocasiones, que solo él era capaz de resolver los problemas de la nación.

El Peronismo o Justicialismo trascendió a su fundador. Sus seguidores heredaron un movimiento con fuerte base popular y con un prontuario de promesas y oportunidades tan amplias que ha permitido a un amplio sector de más de tres generaciones de argentinos llamarse peronistas, cuando en realidad algunas de las corrientes que integran el movimiento son tan contrarias que es de suponer que la convivencia partidaria sea muy difícil.

Esta afirmación tiene fácil comprobación cuando apreciamos que el presidente Carlos Saúl Menen se dice Peronista y otro tanto afirmaba Néstor Kirchner y continúa alegando su viuda, la presidente Cristina Fernández.

Peronista también fueron grupos terroristas y  facciones insurgentes dadas a la violencia extrema, como  Los Montoneros y las FAP, Fuerzas Armadas Peronistas.

De igual manera se identificaban movimientos sociales que recurren a la desestabilización cuando los intereses de su clase dirigente son afectados en alguna medida por las disposiciones del gobierno, sea este de la corriente peronista o no.

Es posible  que muchos de los principales promotores del Peronismo ignoren en que consisten o consistieron las propuestas del militar y político,  y solo usan al caudillo populista como un icono en el cual amparan sus ambiciones de poder y no pocos de enriquecimiento ilícito, porque son conscientes que la memoria colectiva de la nación argentina valora la herencia del justicialismo de manera positiva, lo que no se ajusta con la verdad histórica, cuando se estudian con detenimiento los logros de los gobiernos Juan Domingo Perón.

Lo que acontece en la Argentina, según Alfredo Elías, puede ocurrir en Cuba, llámese Castrismo o Fidelismo. En la isla se pueden reeditar los patrones del  justicialismo, con el agregado de que podría ser un proyecto de carácter internacional, si se tiene en cuenta la visión imperialista que Fidel y Raúl Castro proyectaron mientras les fue posible.

El legado castrista podría se capaz de aglutinar a personas de diferentes intereses, ideas y valores, pero identificadas en un discurso y quehacer político sustentado en la promesa de crear una sociedad justa, aunque en la práctica, como ha ocurrido hasta el presente, se violen todos los derechos ciudadanos, sin procurar la justicia y equidad publica ofrecida.

El castro fidelismo tiene más posibilidades para sobrevivir que el justicialismo peronista. El poder totalitario confiere muchas más capacidades de penetración social y manipulación política que cualquier otra forma de gobierno.

Durante décadas el estado benefactor ha controlado la educación y la información,  lo que le ha permitido adoctrinar a la sociedad a la vez que entre muchos ciudadanos se ha creado un espíritu de dependencia que hace factible que cuando desaparezca el actual liderazgo castrista un sector de la población, como ha ocurrido en Argentina, tienda a mitificar la supuesta justicia social que la Revolución implicó pasando por alto las múltiples violaciones de los derechos ciudadanos y el fracaso económico del proyecto.

El castro fidelismo puede ser el modelo al que recurran los nostálgicos de la época en la que Cuba retaba el sentido común y hundía a la nación interviniendo en todos los países de América Latina, Asia y África, también puede reunir un número importante de teóricos que especulando sobre los errores y abusos de la Revolución y de Fidel Castro, propongan una nueva utopía y por supuesto los resentidos sociales, los que fracasaron en todos sus empeños, los envidiosos de oficio, los frustrados en sus proyectos que usan la política para trepar y depredar.



Pedro Corzo

Última actualización el Sábado, 10 de Noviembre de 2012 23:29
 
Elecciones presidenciales en los EUA: Un Análisis PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 07 de Noviembre de 2012 14:28

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Probablemente nunca antes la elección del presidente norteamericano estuvo revestida de los fuertes tintes ideológicos, que la disputa que acaba de finalizar, dando una clara victoria al candidato demócrata Barack Obama, válida para su reelección.


Elecciones Presidenciales en Estados Unidos 2012: Un Análisis

Jorge Hernández Fonseca

07 de Septiembre de 2012

La elección presidencial norteamericana se presentó como una disyuntiva importante de los rumbos políticos, económicos y sobre todo sociales, que tomará la nación Norteamericana futuramente. La disputa entre Mitt Romney y Barack Obama se proyectó más allá de una batalla por el sillón presidencial estadounidense, escenificándose como un verdadero embate ideológico entre dos formas diferentes de sociedades, en un país que representa el mayor marco cultural, civilizatorio y tecnológico de la actualidad.

Probablemente nunca antes la elección del presidente norteamericano estuvo revestida de los fuertes tintes ideológicos, que la disputa que acaba de finalizar, dando una clara victoria al candidato demócrata Barack Obama, válida para su reelección. El candidato victorioso ganó la elección en el colegio electoral, como la ley manda, y también en el llamado voto popular, obteniendo la mayoría absoluta del universo de votantes que comparecieron a las urnas.

Obama se alza con la victoria a pesar del pésimo estado de la economía del país que él había encabezado los últimos cuatro años, factor que siempre pesó en la decisiones anteriores ante las urnas norteamericanas, lo que califica adicionalmente el éxito alcanzado y de alguna manera revaloriza su posición en la disputa ideológica escenificada en la campaña electoral.

Por un lado, Mitt Romney propugnaba un “retorno a los valores conservadores tradicionales” norteamericanos, que según su razonamiento, había llevado al país a los niveles de éxito y liderazgo mundial en los aspectos sociales, económicos, políticos y militares, convirtiéndolo en la primera potencia mundial. Por su parte, Obama mostraba un camino de cambios en el conservadurismo tradicional de la sociedad, apoyando leyes de corte “progresista”, así como un sistema de asistencia social universal, todo asociado a cierta renuncia a continuar con el papel rector unilateral de EUA en el plano internacional.

La posición de Romney propugnaba el retorno de EUA a las posiciones que le permitirían re-asumir su condición de líder mundial, mientras que Obama defendía el cambio de visión hacia una sociedad más solidaria socialmente, sin una excesiva acción exterior unilateral. Se trató de una diputa relativa al papel futuro de la Nación Norteamericana en los dos aspectos principales de su accionar político: internamente, la participación del estado para el apoyo solidario social y en el aspecto exterior, el papel norteamericano en el mundo actual compartiendo el liderazgo.

Históricamente toda la sociedad humana fue creciendo paulatinamente impulsada por una mezcla de talento individual con organización colectiva del hombre, agrupándose en pueblos, ciudades, países y naciones, que por sus grados de desarrollo cultural y material general devinieron en estados de diversos tipos: algunos consiguieron crear riquezas y se convirtieron en estados fuertes y poderosos, otros menos desarrollados y por eso menos poderosos, al relacionarse con los estados ricos se convertían en dominados de diversas formas.

La historia mundial revela la sucesión de imperios dominadores, con el grupo de países y etnias dominadas. Desde el inicio de la civilización en la Mesopotamia, con sus diversas etnias que dieron lugar a los primeros imperios con dominadores y dominados, pasando por el imperio egipcio y su esplendor, los diversos imperios persas, las dinastías chinas, el imperio griego de Alejandro el Magno, el imperio romano, de varios siglos de duración y así sucesivamente hasta hoy, que se considera a EUA como el país líder mundial, o “el imperio”.

De manera que, desde que el mundo civilizado existe, hay países dominadores y dominados, lo que nos llega hasta hoy con la misma connotación de la antigüedad, denominándose “imperios” a aquellos países desarrollados que ejercen su papel de líderes mundiales. Tal es el caso de los Estados Unidos, que recibe esta denominación heredada de la guerra fría, escenificada por los dos “imperios” de la época: el imperio soviético, materializado como una falsa “unión de repúblicas” (dominador y dominados juntos en un solo “país” artificial) y los Estados Unidos, denominado por los soviéticos --y la izquierda mundial-- como “el imperio norteamericano”.

Fuera de la diputa territorial escenificada entre EUA y la antigua Unión Soviética, existía un fondo ideológico entre ambos contendientes; se trataba de dos visiones diferentes de sociedades: por un lado, EUA propugnaba un sociedad democrática, libre política y económicamente, donde el ser humano tuviera responsabilidades individuales con su futuro y la visión soviética, socializante, donde la libertad se subordinaba a los intereses colectivos, estableciéndose una dictadura política, con la finalidad de recibir ventajas sociales colectivas.

La Unión Soviética desapareció por implosión interna, debido a que su sistema dictatorial no funcionó, ni en el aspecto social ni en el económico y el campo democrático, liderado por EUA, quedó como líder unilateral del llamado “mundo libre”, junto a los países de Europa agrupados en la Unión Europea. Este campo democrático caminó rápidamente hacia un crisis financiera de grandes proporciones y colocó sobre el tapete la discusión sobre el exceso de liberalismo de los sistema económicos-financieros por un lado, trayendo a remolque la discusión sobre los “beneficios sociales” y su conveniencia como potenciales causantes, en Europa, de la crisis.

Como que la crisis financiera golpeó por igual a Europa y Estados Unidos, se infiere que la manera de enfrentar los aspectos sociales en la Unión Europea no han sido los causantes directos de la crisis, ya que EUA había tenido hasta ese momento una manera totalmente diferente de enfocar estos beneficios y en este país la crisis ha sido igualmente profunda. En esta constatación encontró Obama el argumento básico para insistir en la necesidad de más beneficios sociales adicionales para los norteamericanos.

La indiscutible victoria de Obama apunta en dos direcciones: una dirección interna, para continuar con el establecimiento de un sistema social más parecido con el europeo --criticado por los republicanos-- y otra dirección, para detener la excesiva intervención externa unilateral de los Estados Unidos en asuntos de terceros países. Las grande preguntas para ambas direcciones serían: ¿el sistema de protección social europeo causaría un excesivo daño al papel individual que cada persona debe tener en la sociedad norteamericana como parte de su iniciativa? y ¿sería estratégicamente conveniente para EUA que abandonara voluntariamente su papel de líder mundial, sabiendo que el vacío de poder siempre es foco de la ambición de otros aspirantes, como lo demuestra la historia “desde que el mundo es mundo”?

Es claro que ambas preguntas deben ser respondidas sólo por los norteamericanos y no por el resto del mundo, que de alguna manera “observa los toros desde la barrera”, y carece de los elementos y la responsabilidad implícita en aquellos que viven en el seno de la sociedad de más alto grado de desarrollo entre las potencias mundiales actuales. Es de destacar que muchas de las actuales potencias son países “venidos a menos”, por haber sido en otros tiempos “el imperio”, sin que en ningún caso este haya sido objeto de renuncia voluntaria por parte de quienes lo ejercieron, la mayoría de las veces de manera cruel y sangrienta.

Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Jueves, 08 de Noviembre de 2012 08:41
 
LA MALDICION DEL CASTRISMO PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 31 de Octubre de 2012 14:24

Editorial de La Nueva República*

No acababa Raúl Castro de terminar la fiesta por la campaña fraudulenta de Hugo Chávez  en Venezuela cuando un huracán llegó a tierras cubanas para demostrarnos  una vez más que los Castro son una maldición.

Ante la tragedia, magnificada por el pésimo estado de las construcciones y los errores del régimen, cualquier jefe de estado hubiera viajado  inmediatamente a  la zona a reunirse con el pueblo y a darle aliento.

Raúl no viajó a Santiago hasta que le aseguraron que su vida no corría peligro. No obstante, mantuvo la distancia de la molestia y la desesperación de la gente con encuentros cuidadosamente organizados.  No se ensució ni las suelas de sus brillantes, cómodos  y elegantes zapatos.  Con un uniforme impecable, bien peinado y  disfrutando un  agradable aire acondicionado se reunió en el Puesto de Dirección para Situaciones de Desastre del Consejo de Defensa Provincial. Allí  sus camaradas militares, igualmente elegantes, sin una traza de sudor o fango, le informaron de  la situación.


Como Cuba está en la quiebra, el dictador no pudo anunciar cuantos millones se dedicarían  a la reconstrucción de viviendas, a paliar el hambre de los miles de cubanos desamparados, a reparar la infraestructura etc. Lo que se ha publicado es lo que esperábamos, que un barco viaja de Venezuela con ayuda para evitar que el parasito castrista tenga que enfrentar la furia del pueblo.


Pero no todo es negativo.  En medio de la desgracia ha habido muchas  demostraciones de solidaridad entre quienes sufrieron la tragedia y  hacia ellos de los cubanos en la isla.   Si la dictadura no tuviera tanto temor al pueblo y permitiera que el exilio y los Estados.

Unidos asistieran, la ayuda llegaría en tales volúmenes que toda la zona afectada, incluyendo la agricultura, no solo se repondría sino que superaría con creces su situación anterior.

Pero eso equivaldría a acabar de una vez con el mito del enemigo exterior y la mentira de la mafia cubana de Miami.  Sería el fin del régimen.

Compatriotas, el castrismo es una maldición que nos obligará a todos a liberarnos del temor para acabar con ella, porque de este país no se va el que quiere sino el que puede.



*
La Nueva República es el semanario del CID en la isla.

Última actualización el Miércoles, 31 de Octubre de 2012 14:26
 
DEJAR EL ORGULLO DE LADO PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 31 de Octubre de 2012 00:22

Por Yoani Sánchez.-

El huracán Sandy ha devastado la ciudad de Santiago de Cuba y causado daños severos en varios municipios del oriente del país. Las imágenes de destrucción hablan por sí solas, pero las cámaras apenas si logran captar una porción del drama. La gran tragedia discurre en un plano difícil de fotografiar, o de describir con palabras. Lo peor es imposible de ser narrado. Se trata de una mezcla de sentimientos que se mueven entre la tristeza y la impotencia, el dolor y la desesperanza, la consternación y el miedo. Miles de personas que han visto como los vientos se llevaban buena parte de sus vidas, que despertaron una mañana en pueblos deshechos de calles colapsadas y techos ausentes y saben que recuperarse de algo así les podría llevar el resto de su existencia.

Sandy demoró cinco horas en atravesar el oriente cubano, pero destruyó viviendas, infraestructuras y objetos que tardarán años en restablecerse. Las pérdidas de vidas humanas ha sido el saldo más trágico, pero también la naturaleza ha sufrido bastante. Sus intensas rachas de viento impactaron sobre un fondo habitacional con décadas de deterioro acumulado; su fuerza de huracán dos cayó sobre una población sin reservas alimentarias para enfrentar los días de colapso que han llegado después. Como si el estrago hubiera sido poco, las inundaciones que provocó en la zona central del país han agudizado el desastre agrícola, lo cual empeora la capacidad recuperativa de la nación. Cuba vive hoy una situación de calamidad, aunque el triunfalismo de los medios oficiales quiera sustituir el lamento por las consignas y la evaluación objetiva por la ilusión.

Sólo si se reconoce la gravedad de la situación, se podrá encontrar verdaderas soluciones. El gobierno tiene la máxima responsabilidad de manejar con transparencia y humildad esta situación de emergencia. Son horas de poner el orgullo a un lado y solicitar la ayuda de organismos internacionales entrenados en este tipo de tragedias. Los cubanos esperamos que nuestras autoridades faciliten la entrada de la Cruz Roja Internacional y demás organizaciones de corte humanitario, para evaluar las zonas afectadas y contribuir con recursos y solidaridad a quienes lo perdieron casi todo. Las amenazas de un rebrote de cólera y de la posible propagación del dengue, son elementos que están marcando la urgencia en la toma de decisiones. No se puede esperar más.

Tampoco es recomendable continuar con las estructuras centralizadas y verticales en la distribución de la ayuda. Ejemplos anteriores demuestran que cuando el Estado quiere ocuparse de todo, incluyendo la repartición de clavos o la entrega de un poco de azúcar, estos mecanismos son rápidamente permeados por el descontrol, la corrupción y el desvío de recursos que recorre todas las esferas del país. Ya hay testimonios de que se impide a activistas y periodistas independientes llegar hacia las zonas afectadas, pues el gobierno no quiere que se reporte la gravedad de lo ocurrido con todos los detalles, ni que se establezcan caminos paralelos para que fluya la ayuda. Hay que recordarle entonces que ningún partido puede tener el monopolio sobre la solidaridad y que no son momentos de hacer política ni proselitismo con la desdicha de tantos.

Durante estos últimos días han surgido varias iniciativas, desde la ciudadanía, el exilio, la iglesia y otros grupos de la sociedad civil, para ayudar a paliar el drama causado por el Huracán Sandy en el Oriente del país. Imbuidos por la solidaridad, varios ciudadanos han establecido puntos de recogida de productos básicos en la capital y demás regiones del país. Ninguno de estos lugares está bajo el auspicio de un partido político ni de un grupo en específico, sino que descansan en un sentido humanista y en la horizontalidad de la ayuda. A finales de esta semana los recursos compilados serán trasladados hacia Santiago de Cuba y distribuidos allá a través del Padre José Conrado -sacerdote de la Iglesia de Santa Teresita en Santiago de Cuba- y de activistas de la sociedad civil. Se priorizará a los más damnificados y a las zonas más devastadas. A continuación los datos de contacto, para quienes radican dentro o fuera del territorio nacional.

Bienes que se están recolectando:

Alimentos enlatados, alimentos deshidratados y leche en polvo.

- Artículos de higiene personal (jabón, detergente, desodorante).

- Velas y baterías. Ropa de cama, toallas, ropa de uso personal.

- Medicamentos (analgésicos, antigripales, sales de hidratación, vitaminas, antidiarreicos, cremas para dolores musculares, etcétera).

- Pastillas o gotas para clorar el agua.

- Pañales desechables y almohadillas sanitarias.

Las direcciones hacia las cuales llevarlos:

- Municipio Habana del Este: Barriada de Alamar: Edificio B-17 apto. 21 Zona 5. Alina Guzmán o Nilo Julián, tel: +5353862111

- Municipio Plaza: Factor no. 821, apto 14B entre Conill y Santa Ana. Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar Tel: +5352708611 y +5352896812

- Municipio 10 de Octubre, La Víbora: Saco no. 457 apto 6 entre Carmen y Patrocinio. Esperanza Rodríguez y Wilfredo Vallín, tel: +5353149664

- Municipio Centro Habana: Sede de las Damas de Blanco, Calle Neptuno no. 963 entre Aramburu y Soledad. Berta Soler Tel: +5352906820

- Municipio Playa: Avenida 1ra no. 4606 entre 46 y 60, Miramar. Ailer González +5353233726

Para quienes no radiquen en territorio nacional y quieran hacer llegar ayuda, sugerimos la compra online de alimentos en los siguientes sitios web:

http://supermarket.treew.com

http://www.carlostercero.ca

http://envioalimentosacuba.com

http://www.lapuntilla.ca/

Recomendamos no comprar alimentos que necesiten refrigeración, ni demasiada cocción para ser ingeridos. El envió puede hacerlo a nombre de cualquiera de las personas listadas con anterioridad y a las direcciones también mencionadas, o a cualquier amigo o conocido que tenga en la Isla. ¡Muchas gracias de antemano!

Tomado de EL PAÍS, MADRID, ESPAÑA

Última actualización el Viernes, 02 de Noviembre de 2012 10:55
 
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