Jorge Vázquez Chaviano, el preso político cubano cuyo encarcelamiento provocó la solidaridad y una masiva huelga dehambre de 29 opositores en la isla, fue liberado el miércoles, según fuentes de la disidencia interna.

Juan Carlos Chavez

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Vázquez, de 42 años y residente en Sagua La Grande, al este de La Habana, fue detenido a fines de marzo cuando se dirigía hacia La Habana. Las autoridades lo arrestaron sorpresivamente en un operativo policial para impedir que asistiera a la misa del papa Benedicto XVI en la Plaza de la Revolución José Martí.

El Papa no se reunió con miembros de la disidencia interna ni activistas de derechos humanos. El movimiento opositor denunció que las autoridades cubanas ordenaron regímenes de reclusión domiciliaria y el arresto de corta duración de unos 300 disidentes para impedir que participaran en las actividades relacionadas con la visita del Santo Padre.

La protesta por el encarcelamiento de Vázquez se inició en la ciudad de Placetas, en Villa Clara, con el anuncio de la huelga de hambre del reconocido opositor Jorge Luis García Pérez, conocido como Antúnez, miembro del Frente de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil “Orlando Zapata Tamayo”. Posteriormente se declararon en ayuno otros disidentes, como la economista Martha Beatriz Roque, directora de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, radicada en La Habana.

“Gracias a todos. Son muy valientes y decididos. Se han portado muy bien”, declaró Vázquez al portal Diario de Cuba. El disidente aclaró las causas por las que abandonó su ayuno el pasado 18 de septiembre: “Depuse la huelga porque ya realmente no cumplía el objetivo. Al menos, ganamos una batalla. No queremos más mártires en Cuba”, indicó.

La excarcelación de Vázquez está sujeta a un marco de libertad condicionada. La bloguera Yoani Sánchez confirmó la liberación de Vázquez inmediatamente después que varios activistas y periodistas independientes como Roberto de Jesús Guerra, director de la agencia Hablemos Press, radicada en La Habana, anunciaron la noticia.

“Liberaron a Vázquez Chaviano, el activista preso por el que varios disidentes hicieron hace un mes una huelga”, preciso Sánchez.

Los opositores pusieron fin a su ayuno a mediados de septiembre, cuando las autoridades accedieron iniciar el trámite legal para sacar de la prisión a Vázquez, cuya salida no ocurrió hasta ahora.

María del Carmen Hernández Martínez, esposa de Vázquez, dijo recientemente que las autoridades le prometieron que iniciarían el proceso para la excarcelación de su marido hace más de tres semanas. El compromiso hizo que los huelguistas abandonaran la protesta de solidaridad que puso en riesgo la salud de más de un activista reconocido, como Roque y “Antúnez”.

El compromiso de las autoridades cubanas para solucionar el estado de Vázquez fue bien recibido por la comunidad internacional, organizaciones de derechos humanos y funcionarios de gobierno. La Iglesia Católica cubana también afirmó haber seguido con preocupación los informes sobre el deterioro de la salud de los huelguistas, aunque insistió en que se opone a los ayunos por tratarse de una forma de “autoagresión”.

Recientemente la vicepresidenta de la Comisión Europea, Neelie Kroes, ya había expresado su satisfacción por la disposición de las autoridades cubanas de liberar a Vázquez y zanjar un problema que puso en riesgo la integridad de activistas pacíficos.

Kroes felicitó especialmente el liderazgo y actitud de Roque.

“Es una mujer con coraje y una economista muy respetada que está poniendo su vida en riesgo para lograr más justicia para los cubanos”, afirmó Kroes.

La demanda colectiva atrajo la atención internacional y el compromiso a una sola voz de la mayor parte del exilio y organizaciones que abogan por los derechos humanos.

Pero así como surgieron voces de aliento, la crisis generó al mismo tiempo la preocupación de un sector que ve en la falta de garantías en Cuba un arma “contraproducente” para el futuro de la disidencia interna.

La huelga estaba tomando un giro dramático y peligroso para la salud de los disidentes. Antúnez fue llevado de emergencia al Hospital General de Placetas. En el hospital se recuperó pero rehusó que le suministraran suero para alimentarlo y pidió que lo regresaran a su casa de inmediato. Mientras tanto, Roque, de 67 años y diabética, padeció temblores y desmayos, entre otras complicaciones. En una entrevista a El Nuevo Herald Roque consideró que los ayunos deben realizarse cuando no hay ninguna oportunidad de entendimiento.