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Lunes, 10 de Octubre de 2011 13:12

EL GOLPE DE RAÚL

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Desde la materialización de la traición a la revolución cubana que protagonizara Fidel Castro, junto a su hermano Raúl, Che Guevara y otros comunistas infiltrados en las filas del 26 de Julio, no había habido tanto peligro para la Nación Cubana como ahora.

 

El Golpe de Raúl

Jorge Hernández Fonseca

 

3 de Octubre de 2011

 

Desde la materialización de la traición a la revolución cubana que protagonizara Fidel Castro, junto a su hermano Raúl, Che Guevara y otros comunistas infiltrados en las filas del 26 de Julio, no había habido tanto peligro para la Nación Cubana como ahora. Raúl Castro y sus generales preparan un “Golpe Blanco” con un objetivo doble: por un lado, el golpe es contra el fracasado ‘Modelo Cubano’ implantado por su hermano Fidel y por otro, contra la oposición democrática. Los planes golpistas consisten en llevar la isla a adoptar una economía de mercado capitalista con un estilo, mitad ruso y mitad chino. La mitad rusa es imitar a la nomenclatura comunista soviética adueñándose de las mejores empresas productivas de la isla y la mitad china es continuar en el poder con una dictadura unipartidaria oprimiendo al sufrido pueblo de Cuba.

 

La reciente decisión de desactivar el Ministerio de la Industria Azucarera es el inicio de la repartición del botín entre la familia Castro (de ambos hermanos) y los generales de Raúl, que probablemente incluya algunos veteranos de la época de “la Sierra”. El plan es convertir todos los potenciales negocios del país --anteriormente confiscados a sus legítimos dueños durante la estatización forzosa de los 60-- en empresas dirigidas por familiares y ‘amigotes’ de los Castro.

 

Después de la industria azucarera vendrá la industria del petróleo, desgajada del Ministerio de la Industria Básica. Después la minería, asociada al níquel de Moa y Nicaro. En sucesión le tocará el turno al turismo y sus remanentes estatales (porque lo básico del turismo ya está en manos de la familia de Raúl). De esa manera, se crearán empresas (cosa lógica, porque son negocios que no son estatales --como equivocadamente forzó Fidel y sus acólitos-- haciendo precisamente lo que siempre defendió la oposición al castrismo) para así saltar al capitalismo. Siempre se dijo que el socialismo “es el camino más largo entre capitalismo y capitalismo”. Sólo que en el castrismo, el capitalismo final de este camino, los dueños son los ex-comunistas.

 

La razón es clara: el sistema socialista implantado a sangre y fuego fracasó, y lejos de reconocer su derrota y procurar en el pueblo cubano soluciones, lo que planean es dar un Golpe de Fuerza, adueñándose de todos los sectores productivos, bajo el pretexto de “mejorar la economía”. Esto se hará inicialmente sin decir que privatizan estas empresas, sino que serán dirigidas por “notables revolucionarios” (casualmente de las familias elegidas) para “beneficio del pueblo”. ¡Burda Mentira! Se hace de esa manera porque todavía vive el dictador mayor, ideólogo del fracaso y su hermano tiene miedo enfrentarlo con su regreso al capitalismo.

 

Quedaron fuera de lugar los argumentos de siempre, asociados a “no permitir el regreso del pasado oprobioso” o “impedir que la isla caiga en manos del enemigo imperialista”. Lo que hay es una cleptocracia familiar que ahora estafa la sufrida Nación Cubana, para devenir en capitalistas explotadores sin que exista ninguna razón de peso para adueñarse de las empresas que heredarán del dictador y que en buena lid debería ser licitadas con reglas transparentes.

 

Toda una pléyade de jóvenes cubanos sacrificaron sus vidas en los años 60 (más de 9 mil fusilados identificados) y su libertad (más de 200 mil jóvenes cumplieron largas penas de cárcel por delitos políticos) precisamente para que los negocios azucareros no se estatizaran, para que no se engañara al pueblo diciéndole que el socialismo les daría flamantes casas, alimentos baratos, futuro inmejorable para los jóvenes y el largo etcétera que ahora se sabe fue un espejismo. Por eso resulta intolerable que los equivocados de ayer, programen adueñarse de los mejores negocios cubanos, repartiéndoselos con una total falta de respeto al pueblo. El partido comunista de Cuba fracasó y debe dejar en manos del pueblo la decisión final.

 

La tan cacareada “soberanía” cubana, en boca de la dictadura, no es más que ataques de todo tipo contra los Estados Unidos. Con eso Fidel y Raúl han hecho su carrera internacional, sin dar la más mínima participación al pueblo de Cuba. Soberanía no es sólo independencia de Estados Unidos --o de quien quiera que sea-- soberanía es dejar las decisiones en manos del pueblo soberano. El socialismo castrista fracasó. El pueblo cubano no puede dejar en manos de los culpables del fracaso las decisiones para enmendarlo, porque simplemente deciden ir al capitalismo, siendo ellos los dueños y señores de las empresas cubanas. ¡Eso es intolerable!

 

Se impone organizar una consulta popular libre con la Nación de dentro y fuera de Cuba, para definir el rumbo futuro de la patria, donde los comunistas cubanos sean una fuerza más en la consulta, sin poder abrogarse el derecho de designar los nuevos dueños de las empresas, que ahora son estatales, pero antes ya tuvieron dueños que las hacían producir con eficiencia.

 

Esta situación configura un peligro sin precedentes para la Nación Cubana. Hasta ahora la oposición luchaba por una economía de mercado y la eliminación de la dictadura. Ahora Raúl y sus generales ofrecen economía de mercado, siendo ellos los capitalistas. ¿Con qué derecho Raúl y sus generales entregan las empresas estatales a familiares? ¿Cuál es la voluntad del pueblo cubano para regresar al capitalismo, con los mismos mandantes en la economía y la política, que fracasaron antes en el experimento socialista impuesto por ellos mismos?

 

Como parte del “Golpe Blanco” Raúl ha echado a andar un sin número de vede patrias que argumentan en pro de “negociaciones pacíficas” con la dictadura. ¿Es que se puede negociar con los que ahora intentan ofrecernos una solución de mercado, dominando ellos el poder económico, además del poder político? Se prepara una solución que en apariencias consigue una mejora en la economía y quien sabe si también “elecciones” con partidos títeres diseñados por la tiranía. ¿Es esto admisible? ¡Negociar en estas condiciones es una deshonra!

 

En este plan raulista seguramente está contemplado negociar con sus socios españoles, que tienen hoteles en Cuba y a los que poco les importa que gobierne Raúl o un demócrata de la oposición. Lo que les interesa son sus hoteles. Además, todo parece indicar que en EUA hay fuerzas ocultas empujando el problema cubano en la dirección equivocada de compactuar con Raúl una cuota del poder (sobre todo económico) para dejar de lado a la oposición democrática actual e inventar una oposición amañada que secunde esos planes por un plato de lentejas.

 

Si la dictadura, ya derrotada, planea arrebatarle al pueblo de Cuba el derecho a reconstruir un país destruido por el castrismo, será necesario hacer valer la última estrofa de nuestro glorioso Himno Nacional. Retomando la palabra siempre actual de nuestro Apóstol José Martí, podría decirse “Es la hora de los hornos y no ha de verse más que luz”.

 

 

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Última actualización el Lunes, 10 de Octubre de 2011 13:16
 
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Domingo, 25 de Septiembre de 2011 11:17

e-mail al Comandante.-

Me alegré mucho cuando lo vi nuevamente en TV haciendo pucheros, ¡que mono! El enemigo imperialista había propalado el infundio terrible de su muerte y todos esperábamos una respuesta a la altura de su estatura.

e-mail al Comandante

Jorge Hernández Fonseca

 

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Sent: Sábado, 24 de Septiembre de 2011

Subject: “Timba en la Trampa”

 

Comandante:

 

Me alegré mucho cuando lo vi nuevamente en TV haciendo pucheros, ¡que mono! El enemigo imperialista había propalado el infundio terrible de su muerte y todos esperábamos una respuesta a la altura de su estatura. Hugo Chávez la dio al declarar que Ud. estaba dedicado a las “investigaciones científicas” sobre la cane’e’puerco, cosa que el aguerrido y sacrificado pueblo trabajador agradece (si es pa’ellos y no pa’la familia Castro).

 

No obstante lo anterior, lo que realmente le quiero decirle es sobre Silvio Rodríguez, aquel músico que tronamos al inicio del proceso por bocón. No se le quita la manía. Resulta que ahora ha declarado nada menos que su “objeción a la pena de muerte”, llegando incluso a decir que aquella carta que firmó apoyando el fusilamiento de peligrosos secuestradores de lanchitas de Regla, no era pa’eso sino pa’otra cosa. Comandante, ¡así no se vale!

 

Todo comenzó cuando Pablito Milanés criticó en Miami la carta de apoyo al fusilamiento de 3 inocentes jóvenes negros, que él mismo se negó a firmar. Pablito dijo que el fusilamiento había sido por el racismo remanente en la mente de los “revolucionarios”. Casualidad que de los 11 secuestradores, fueron los negros los seleccionados para fusilar.

 

En el caso de Silvio, influyó la pena de muerte aplicada a un americano, también negro, sobre cuya ejecución declaró estar en contra. Claro, como no tuvo lo que a Pablito le sobró entonces pa’negarse a firmar, ahora dice que “nunca ha estado de acuerdo con la pena de muerte” (en EUA, porque en Cuba sí que lo estuvo ¡y lo firmó!). Eso me recuerda un personaje famoso en Cuba, “Timba”: ‘Timba en la trampa, cayó y no puede salir’.

 

Otra cosa que le escuché declarar a Silvio fue sobre la reforma migratoria. ¿Esa reforma en Cuba? Eso es cosa de lo’jamericanos, no nuestra, que sabemos muy bien a quien dejamos salir y a quien dejamos entrar en la isla. ¿Un ejemplo? Bill Richardson, que vino a ‘coger mangos bajitos’ y tuvo que salir ‘como bola por tronera’ por hablar lo que no debe.

 

Yo creo Comandante que todo esto se inscribe en el contexto de su decrepitud, con el mayor respeto. To’el mundo que lo guataqueaba cuando estaba “en forma”, ahora se quiere limpiar congraciándose con lo’jamericanos “por’sia”. ¿Raúl? muy bien, ni habla de’so.

 

Ahora Comandante, cuida’o con la Mafia de Miami, que anda diciendo por ahí que no es lo mismo decir “Silvio Rodríguez dio una entrevista declarando que Pablito Milanés sabe muy bien que él no es “Timba en Trampa”, porque la carta que firmó era el caso típico de una interpretación ya que decía ‘digo’ y no ‘Diego’”, que, “Pablito Milanés dio su entrevista declarando que Silvio Rodríguez era el caso típico de ‘Timba en Trampa’”. ¡Mucho ojo con eso!

 

Su víctima

Ciudadano de Segunda

 

 

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Última actualización el Domingo, 25 de Septiembre de 2011 11:21
 
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Domingo, 11 de Septiembre de 2011 20:51


10o. ANIVERSARIO DEL 11/09

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Si el ataque del 11 de Septiembre tuvo motivaciones anti-imperialistas, ¿por qué fue ejecutado por una organización terrorista árabe, asentada entonces en Afganistán, antigua posesión imperial árabe? ¿Es que el imperio norteamericano era ‘malo’ y el imperio árabe del siglo VI era ‘bueno’ y debe retornar?

 

Décimo aniversario del 11 de Septiembre. Algunas consideraciones

Jorge Hernández Fonseca

 

11 de Septiembre de 2011

 

Cuando nos asomamos a la historia universal con interés político, observamos que en el devenir de los largos siglos que tejieron la civilización humana actual, la existencia de lo que pudiéramos denominar “impulsos civilizatorios”. Fueron creados por pueblos y etnias diferentes, asentadas en lugares disímiles, que se constituyeron, cada uno en su lugar y su época, dentro de sociedades más desarrolladas que la media de su tiempo histórico, desde que este proceso comenzara con la primera civilización surgida en la confluencia de los ríos Éufrates y Tigris.

 

Hago esta introducción necesaria para decir que los Estados Unidos era (y todavía lo es) en fase con las sociedades a las que históricamente me he referido antes, la sociedad más avanzada de nuestro tiempo, al momento de recibir los ataques del 11 de Septiembre del 2001.

 

Diez años antes de este ataque (y anteriormente, sobre todo durante la segunda mitad del Siglo XX) la Unión Soviética, en los campos social, político y militar, se había posicionado como siendo una sociedad alternativa a la ideología que emanaba de Norteamérica, con la cual compartió el papel hegemónico, disputando la supremacía en un mundo que se globalizaba.

 

La Unión Soviética y su sistema mundial de países satélites explotaron desde dentro (sólo quedan Cuba, por desgracia, y Corea del Norte) dejando a EUA como única potencia mundial. Fue entonces que surgió el ataque que destruyó la Torres gemelas del Word Trade Center y una parte del Pentágono estadounidense, cambiando radicalmente el curso de la historia actual.

 

El resentimiento de la izquierda mundial pro soviética (derrotada) hizo circular el infundio de que, incluso siendo considerado como un ataque bárbaro, Estados Unidos de alguna manera lo había ‘provocado’, al haberse constituido en un “imperio” que intentaba sojuzgar el mundo unipolar remanente del derrumbe de la Unión Soviética. Ese criterio, aminorado hoy por las revelaciones sobre la crueldad contra las víctimas inocentes, parcialmente subsiste.

 

Regresando a la historia de la humanidad, comprobamos que las sociedades más avanzadas establecieron sus dominios sobre los vecinos y a partir de la organización política de la época, establecieron “imperios”. Como se dijo antes, estos imperios no obedecieron a razones locales, a etnias, ni a recursos naturales solamente. Una confluencia compleja de factores fue lo que cristalizó en cada caso, y el foco de poder se movió por todo el planeta (de manera que no hay etnias superiores) pasando por todos los continentes y llegando al Nuevo Mundo, en EUA.

 

Una primera consideración: El tal “imperio” norteamericano de nuestros días, no es más que la materialización actualizada de lo que históricamente ocurrió de manera --pudiéramos decir-- ‘natural’ en la historia humana: los caldeos dominaron de inicio el mundo de su época, los asirios después dominaron, los egipcios también dominaron, los chinos dominaron, los persas dominaron, los griegos dominaron, los romanos dominaron, los árabes dominaron, los portugueses dominaron, los españoles dominaron, los ingleses dominaron, los franceses dominaron, los rusos dominaron, los alemanes dominaron y así, los norteamericanos dominan. Sobre el dominio, no hay inocentes, todos, cuando pudieron, impusieron sus reglas de juego.

 

Los árabes por ejemplo, cuando dominaron el mundo de su época (incluyendo una parte importante de Europa, que no consiguieron tomar completa al perder una batalla naval casi que de milagro) impusieron su cultura y su religión al mundo de entonces y por eso ahora se extiende por buena parte de África, casi toda Asia y una parte de Europa. Si el ataque del 11 de Septiembre tuvo motivaciones anti-imperialistas, ¿por qué fue ejecutado por una organización terrorista árabe, asentada entonces en Afganistán, antigua posesión imperial árabe? ¿Es que el imperio norteamericano era ‘malo’ y el imperio árabe del siglo VI era ‘bueno’ y debe retornar?

 

De manera que, por la historia de los organizadores y participantes en los atentados del 11 de Septiembre --incluso a la luz de los hombres honestos de la izquierda mundial anti-norteamericana-- podemos concluir que no hubo razones políticas, éticas ni morales que justificaran la carnicería de hombres, mujeres y niños en un ataque tan bárbaro contra civiles.

 

En cuanto a la disputa de Estados Unidos con la antigua Unión Soviética, nos hubiera gustado saber la opinión de los críticos de Norteamérica, analizando la variante de los comunistas soviéticos haber ganado la guerra fría. El mundo sería hoy una enorme cárcel-manicomio, como literato algo ha podido imaginar hasta el presente, incluyendo a George Orwell y su 1984.

 

Hay países en el mundo con potencial de competir con Estados Unidos, que observan con mirada crítica el proceder internacional del país más avanzado de su tiempo. China en Asia es un ejemplo, pero también ella misma es observada con temor por Japón, el que por su vez es visto con desconfianza por Corea del Sur. Brasil en América del Sur ha mantenido posiciones internacionales críticas hacia EUA. Sin embargo, Argentina mira con celos el proceder internacional de Brasil y Uruguay por su vez, mira con mucha desconfianza a Argentina.

 

La política “imperial”, que el resto del mundo le critica a EUA, los países asiáticos se lo critican a China, así como en Sudamérica se lo critican al Brasil. ¿Hay realmente un comportamiento “imperial” en Brasil o en China? Es posible que la defensa de los intereses de los países poderos sea visto como política imperial por aquellos competidores menos poderosos. Algo similar ocurrió históricamente con la destrucción de Cartago por Roma, en un episodio sobre el cual no se hace hoy una lectura ética ni moral, sino una lectura práctica, asociada al poderío de Roma. Se entiende que si Cartago hubiera podido, hubiera por su vez destruido a Roma.

 

¿Es válida la política de las grandes potencias de querer imponer sus puntos de vista en la arena internacional? La respuesta no debe ser un tratado de ética ni de moral. Si la Unión Soviética hubiera ganado la guerra fría, hubiera impuesto su sistema comunista en todo el mundo sin contemplaciones, como lo hizo con las “Repúblicas” que componían su “Unión”.

 

Por otro lado, la lectura de la gran potencia haciendo la voluntad de otros países está por escribirse en más de 5 mil años de civilización. Si los bárbaros ataques del 11 de Septiembre hubieran sellado el triunfo de Al Qaida sobre EUA al derribar las Torres Gemelas, hubieran impuesto su ley islámica y obligado a las mujeres norteamericanas a usar la burka. De todo esto los cubanos tenemos una experiencia providencial: cuando luchaba contra la dictadura de Batista, Fidel Castro hablaba de libertad y era el peor enemigo de las dictaduras. Una vez en el poder, se entronizó con “esa fuerza más” fusilando y sojuzgando al pueblo cubano como nunca.

 

El que suscribe es hijo de una Nación pequeña de territorio, con recursos naturales limitados y aunque posee un caudal de valores humanos grandes en su población, difícilmente en el futuro se verá ante la tarea de administrar el foco civilizatorio de las grandes potencias han capitalizado históricamente. De manera que, mi óptica objetiva sobre el proceder político natural de los países poderosos no procede de la constatación de ser parte de una Nación-imperio, sino del convencimiento de que la política internacional es un juego de poderes, donde todos se juntan para tratar de derribar al más fuerte --no para imponer la justicia-- sino para hacer lo mismo que históricamente han hecho los poderosos a lo largo de la historia.

 

No conozco por dentro los Estados Unidos, pero conozco suficientemente su política y la historia universal como para saber que, entre los que hasta ahora compiten por derrotarlo --dentro o fuera del mundo occidental-- ninguno reúne más méritos propios que EUA, con todas sus imperfecciones, para continuar liderando este complicado mundo en el que vivimos.

 

 

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Última actualización el Martes, 13 de Septiembre de 2011 13:48
 
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Domingo, 02 de Octubre de 2011 21:31

Desaparición del Ministerio del Azúcar.-

Con una estrategia similar a la brasileña, la Cuba que daba importancia a la industria azucarera --antes de los hermanos Castro haber decretado la muerte de la misma-- hubiera podido producir algo como dos mil millones de litros de etanol (facturando entre 2 y 2.5 mil millones de dólares)...

 

Desaparición del Ministerio del Azúcar: El primer paso de la “piñata” castrista

Jorge Hernández Fonseca

 

2 de Octubre de 2011

 

El sistema socialista es un régimen que sirve para distribuir lo que otros crearon. Para impulsar nuevos mecanismos de crear bienes y servicios, simplemente no tiene ninguna receta, ni escrita por los “clásicos” que lo 'inventaron' (el socialismo no es natural, es un ‘invento’ elaborado en una hoja de papel en unos casos, o en una tribuna acalorada de un mitin político, en otros), ni por los ‘benefactores’ que lo implantaron erigiéndose --eso sí-- en dictadores absolutos.

 

La destrucción (destructiva, no creativa) de la industria azucarera cubana es un ejemplo paradigmático del anterior enunciado. Mientras duró el período de ‘herencia’ de la industria azucarera confiscada por el castrismo socialista a los “capitalistas explotadores”, todo andaba bien. Cuando comenzó el camino en solitario del socialismo tropical administrando la industria azucarera, contó, en una buena parte del camino con “la ayuda desinteresada” de la Unión Soviética que asumió el suministro (gratis) de máquinas, equipamientos y repuestos.

 

Pero cuando por efecto del fracaso del comunismo en la Unión Soviética se cortaron los suministros (gratis) de máquinas y repuestos para la industria azucarera, Fidel Castro decidió cerrarla aduciendo que era una industria “explotadora” y “sucia”. Había llegado el momento de trabajar (cosa que en el socialismo todavía no se ha definido como se hace) para poder explotar un recurso económico natural cubano, sobre el cual tenemos más de 200 años de experiencia.

 

Los argumentos plañideros del dictador cubano para cerrar la industria azucarera no pasan de pretextos justificativos, verdaderos atestados de incompetencia, típica del castrismo. En Brasil, país en el que vivo mi exilio, la industria azucarera es ejemplo de industria moderna, pujante y creadora. Brasil produce una mezcla de, por un lado etanol (alcohol etílico combustible) con el 52% del total de su caña molida y por otro lado azúcar, con el 48% de la caña a ser molida, que en el caso de este año 2011, procesará en torno de 500 millones de toneladas de caña.

 

Con el etanol, Brasil mueve un parque de autos de paseo de más de 65 millones de vehículos, que básicamente utilizan una mezcla de gasolina con un 25% de etanol en unos casos, o etanol puro, en otros, absorbiendo, en la pasada zafra 2010-2011, los 27.6 mil millones de litros de etanol producidos por la industria brasileña. Adicionalmente, con el 48% de la caña disponible en la zafra 2011-2012, Brasil producirá más de 30 millones de toneladas de azúcar.

 

Con una estrategia similar a la brasileña, la Cuba que daba importancia a la industria azucarera --antes de los hermanos Castro haber decretado la muerte de la misma-- hubiera podido producir algo como dos mil millones de litros de etanol (facturando entre 2 y 2.5 mil millones de dólares); adicionalmente podría producir entre 3 y 4 millones de toneladas de azúcar, facturando entre 1300 y 1800 millones de dólares, haciendo un gran total de 4 mil millones de dólares, que en el caso de la industria azucarera, permearía cientos de miles de puestos de trabajo (agrícolas, industriales, comercio e industrias conexas, como industria mecánica, derivados de la caña, gasolineras, entre otros) con empleo y renta bien remunerada en dólares, ahorrado además dos mil millones de litros de gasolina importada, o su petróleo equivalente.

 

Es evidente que un plan de este tipo --totalmente factible para la Cuba del futuro-- no puede ser implementado por el socialismo castrista. La solución de convertir el Ministerio del Azúcar en una empresa es el inicio de la “piñata castrista”, repartiéndose los elementos claves de la economía del país. Será nombrado para adueñarse de este nueva empresa (como ya se hizo en Rusia) alguien de la familia Castro, o algún militar del grupo cercano a Raúl, que con apoyo brasileño, invierta capital y se repartan ese preciado y estratégico sector productivo cubano.

 

Es importante destacar que los planes de la dictadura pasan por la explotación del petróleo de la costa norte de la isla, que próximamente comenzará a dar resultados. Fuera del petróleo (que está por verse) uno de los pocos recursos económicos que genera empleo y renda en dólares convertibles es la industria azucarera (el turismo y la explotación del níquel, son otros sectores que los generales de Raúl desgajarán del ‘estado’ para convertirlos en empresas de la piñata en andamiento) con precios del azúcar muy por encima de los 20 centavos de dólar por libra y del litro de etanol aproximadamente a 1.50 dólares por litro, según los precios actuales del mercado, con tendencia creciente cuando el mundo consiga salir de la crisis.

 

La dictadura cubana insistió para que la actual presidenta brasileña, Dilma Rousseff, visitara Cuba de regreso de Nueva York, donde abrió las sesiones de la Asamblea General de la ONU. La visita no se materializó, por lo que el Canciller cubano Bruno Rodríguez se apresuró a visitar Brasil, que ha invertido fuertemente en la modernización del puerto de Mariel y probablemente entre con su fuerza técnica y especializada en el negocio de la industria azucarera cubana, ahora que ya oficialmente el gobierno ha dicho que no tiene “interés estatal” en esta industria.

 

Parece claro que la dictadura ha recibido ofertas (de Brasil y de otros capitalistas extranjeros) interesados en explotar la industria azucarera cubana por su cercanía a los Estados Unidos, y el primer paso es eliminar el ministerio del azúcar para convertirlo en una “simple” empresa (dirigida por alguien da la familia), esperando que el dictador mayor muera (como ya Fidel había dicho que “el azúcar” no servía y que no se podía convertir el azúcar en etanol, los generales de Raúl tienen que esperar la muerte del dictador para volver a reactivarla). De manera que, junto con el petróleo (que también es dirigido por la familia) se constituirán en los dos grandes negocios (el etanol de la caña de azúcar es petróleo equivalente) de la “apertura raulista”.

 

Con este paso los generales de Raúl garantizan estar al frente de la ‘piñata’ que sobrevendrá al desastre definitivo del régimen, si es que las fuerzas opositoras no consiguen imponerse a la línea negociadora que cada vez surge con más fuerzas como solución del problema cubano. En la potencial solución negociada para el futuro de Cuba, los generales de Raúl se quedarían (como sucedió en Rusia) con todo el poder económico y una buena parte del poder político, además del poder militar y el poder represivo, ofreciéndole a la oposición las elecciones “libres” que tanto anhela, en un país atado por acuerdos con la España explotadora de siempre y con un EUA proclive a lograr una negociación que termine 52 años de diferencias, a cualquier costo.

 

Por desgracia y sin haber salido todavía de la pesadilla castrista, ya se escucha nítidamente en el horizonte futuro de la patria amañada que el castrismo fragua, --de nuevo-- el sonido estridente del corneta de las generaciones futuras convocando a una nueva lucha, en el bregar interminable de la sufrida Nación cubana por legar a sus hijos finalmente ¡un país decente!

 

 

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Última actualización el Domingo, 02 de Octubre de 2011 21:36
 
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Domingo, 18 de Septiembre de 2011 19:34

Corrupción en Brasil: Un análisis.-

Detrás de las denuncias de corrupción en Brasil, hay intereses vinculados al castro-chavismo interesados en que la actual presidenta, Dilma Rousseff, no haga un buen gobierno, impidiéndole cristalziar como una opción para un segundo mandato en la presidencia


Corrupción en Brasil: Un análisis

Jorge Hernández Fonseca

 

18 de Septiembre de 2011

 

La corrupción, como se sabe, no es una característica exclusiva de los países sub-desarrollados, como tampoco es un atributo endémico de los países en desarrollo. La actual crisis económica mundial, focalizada básicamente en Estados Unidos y Europa, se debe --en lo fundamental-- a “decisiones inapropiadas” (para no mencionar la palabra corrupción) del alto mando de grandes empresas financieras del Primer Mundo, que tuvo necesidad de mandar para la cárcel a verdaderos canallas, que simplemente estafaron a sus clientes basado en la confianza de que disfrutaron grandes bancos y empresas del sector financiero en EUA y la UE.

 

En este sentido, Brasil no escapa del uso abusivo del poder económico y sobre todo, del poder político que se concentra en determinados funcionarios en todos los niveles de decisión con acceso a las finanzas. Adicionalmente, los políticos, como categoría de funcionarios públicos con acceso a fuentes casi inagotable de recursos, se caracterizan --a lo largo y ancho del mundo (desarrollado y menos desarrollados)-- como siendo foco potencial de corrupción.

 

Una vez hechas estas salvedades, se pretende analizar un fenómeno que viene ocurriendo en Brasil desde la toma de posesión de la actual presidenta Dilma Rousseff. El fenómeno se conoce interna y externamente como “limpieza ética”. Esta ‘limpieza’ es caracterizada por la sustitución de ministros (ya son 5 los ministros sustituidos en menos de 9 meses) acusados de corrupción o de violaciones de la ley, inadmisibles en funcionarios con un alto cargo público.

 

Sin embargo, determinados padrones en el procedimiento general seguido en cada una de las sustituciones ejecutadas, sugiere la intervención de factores ajenos al entorno cercano de la actual presidenta, interesados en el accionar de la misma contra determinados ministros, todos militantes de los partidos que forman la coalición gobernante, pero ninguno de ellos ¡sorpresa! del Partido de los Trabajadores, ‘PT’, o de alguno de los partidos menores de izquierda.

 

La coalición que gobierna Brasil actualmente tiene dos grandes partidos que llevan el peso fundamental en el soporte político del gobierno: el PT, ya mencionado, de la presidenta Dilma Rousseff y el PMDB, Partido del Movimiento Democrático Brasileño, de tendencia centrista. Fuera de estos dos partidos, otras agrupaciones políticas menores con tendencias de centro o de centro izquierda. Los partidos de la extrema izquierda brasileños están en la oposición, porque argumentan que tanto Lula como Dilma “vendieron el Brasil al capital internacional”.

 

Históricamente, desde el gobierno de Lula da Silva (donde también la coalición gobernante era soportada por el PT y el PMDB) existía una lucha interna entre sectores del PT y los ejecutivos del PMDB y de otros paridos de la coalición que ocupaban cargos en gobierno. Esta lucha ocasionó una gran crisis política en el primer mandato de Lula da Silva, que le costó el cargo al principal ministro de Lula y a toda la cúpula del PT, acusados entonces de corrupción.

 

Esta lucha hoy continúa, sobre todo por parte de sectores de la extrema izquierda dentro y fuera del PT, en parte como revancha por lo ocurrido en el episodio mencionado antes, en parte inconformes con la designación de Dilma Rousseff para encabezar la elección presidencial representando al PT, decidido en la época por Lula y cuestionado por estos sectores rebeldes. En este análisis se supone que los sectores mencionados antes son los que, aprovechando las características éticas de la actual presidenta, siembran en la gran prensa brasileña acusaciones fundamentadas, colocando a Rousseff ante hechos consumados, que no le dejan alternativas.

 

Entre los grupos interesados en torpedear el accionar actual de la presidenta brasileña están los representantes informales en Brasil del Socialismo del Siglo XXI, amigos de Hugo Chávez y partidarios del patrono de todos ellos, Fidel Castro. No es difícil ver la mano peluda de estos sectores revanchistas, interesados en que la actual administración sea vista como siendo eminentemente corrupta, encabezada por una presidenta inexperta y extremista.

 

Es evidente que los que se benefician con el estado de cosas inestable dentro del gobierno pretenden inviabilizar desde ahora la posible candidatura de Dilma Rousseff a la presidencia de Brasil dentro de 3 años, trabajando un tema que simultáneamente perjudica al PMDB –que es presentado como un partido “corrupto”-- y por decantación, permite al PT posicionarse como el “representante ético” dentro del gobierno, (cosa difícil, por el escándalo que barrió su cúpula).

 

La oposición política brasileña, si bien se beneficia con este estado de cosas, no se presenta como promotor de las acusaciones de corrupción contra los ministros de Rousseff. Trata de mover mecanismos para intentar crear comisiones de investigación que pondrían al gobierno en evidencia, pero sin la señal característica de quien ha provocado la complicada situación actual.

 

La corrupción lógicamente es un tema sensible a la población de todos los países. Es por eso que ha sido el tema escogido para torpedear a la actual presidenta, sabiendo además que es una mujer “durona” y que difícilmente va a transigir con lo mal hecho. Rousseff no se ha cansado de decir públicamente que el objetivo de su gobierno “no es la lucha contra la corrupción”, aunque aclara que debe ser “una tarea diaria de todo gobierno”. Sin embargo, las denuncias de fuentes no identificadas continúan en la prensa del gigante sudamericano con sospechosa selectividad y con la frecuencia típica de un plan maestro detrás del procedimiento.

 

Este mismo mecanismo se viró como boomerang contra sus ejecutores durante el primer gobierno Lula, costándoles caro. Actualmente, pudiera repetirse la historia con consecuencias más devastadoras para el gobierno del PT, si finalmente el PMDB se aleja de la coalición gobernante y decide apoyar otro candidato que no sea del PT en las próximas presidenciales, cosa que ya comienza a materializarse parcialmente en la próxima elección para alcaldes. Sería una victoria de los sectores que ahora torpedean a Rousseff, restándole apoyo. Pero sería el fin de los gobiernos del PT, porque sin el PMDB la izquierda brasileña no regresa a la presidencia.

 

Algunos de los sectores interesados en no dejar gobernar a Dilma Rousseff serían partidarios de la presencia (nuevamente) --en la próxima boleta presidencial del PT-- de Lula da Silva en las elecciones presidenciales del 2014. Como se sabe, Lula durante sus mandatos apoyó la dictadura de Fidel Castro en Cuba y fue muy permisivo con los desmanes contra la democracia de Chávez en Venezuela, cosa que Dilma Rousseff no ha hecho. Sin embargo, la práctica de desprestigiar al PMDB es la peor manera de llamar a Lula da Silva a una candidatura presidencial en lugar de Rousseff, porque ni Lula ni Dilma alcanzarían el alto escalón sin el apoyo del mayor partido de la escena política brasileña, blanco de ataques en esta estrategia.

 

Internamente no está clara la posición de Lula da Silva respecto a este tema. Da Silva cuando gobernó se mostró mucho más “político” con los ministros de otros partidos y más “permisivo” con ciertos procedimientos, lo que ahora no muestra Dilma Rousseff. Parece claro que Lula no forma parte de este grupo de francotiradores, interesados más en desestabilizar la administración Dilma, que en luchar verdaderamente contra la corrupción de “los otros”.

 

Toda lucha contra la corrupción siempre es bienvenida. En Brasil sin embargo, es la máscara tras la cual se ocultan intereses que pretenden crear una atmósfera de inestabilidad con vistas a catapultar a la presidencia del mayor país latinoamericano –quien sabe-- si a uno de los representantes del castro-chavismo --o como mínimo-- imponer a Lula de nuevo, admirador del dictador cubano y de Hugo Chávez. Esta dupla no se ha cansado de intervenir en otros países del área, para asegurar el triunfo de la izquierda carnívora latinoamericana creada por ellos.

 

 

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Última actualización el Lunes, 19 de Septiembre de 2011 00:31
 
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