En el discurso que cerró el Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud, en la playa de Copacabana, el Papa Francisco volvió a ser crítico no sólo con la clase política y la sociedad en general, sino con los propios representantes de la Iglesia. Sus palabras cerraron una emotiva y multitudinaria ceremonia con luz y color, con interpretaciones de partes del Evangelio y el transporte de la cruz a lo largo de la avenida de la playa pocos minutos después de que lo hiciera el Papa en su coche descapotable ante los gritos, lloros y ánimos de los fieles, muchos de los cuales tiraron regalos y recuerdos al nuevo Papa.

"Jesús se una a tantos jóvenes que perdieron la confianza en las instituciones políticas, por su egoísmo y corrupción, o a quienes perdieron la fe en la Iglesia y hasta en Dios, por la incoherencia de cristianos y ministros del Evangelio", declaró en un claro mensaje reevangelizador y crítico con la propia institución de la que hoy es máximo representante.

En la renovación que quiere llevar a cabo tampoco cabe la intolerancia hacia otras culturas o religiones, actitud que condenó: "Jesús se une a quien es perseguido por la religión, por las ideas o por su color de piel".

Jesús fue desde el principio del discurso del Papa el protagonista de una metáfora entre su carga de la cruz y el sufrimiento y la vida de las personas. "Jesús, atraviesa con su cruz nuestros caminos para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, incluso los más profundos", expresó antes de pedir una oración por los jóvenes que murieron el pasado mes de enero en el incendio de la discoteca Kiss en Santa Maria, al sur de Brasil.

Una vez más, no se encontraron en las palabras del Papa hacia sus fieles signos de prohibición u ortodoxia en el camino a seguir, si bien esta vez su mensaje fue menos vitalista que en la acogida del jueves y más centrada en el dolor debido a la ocasión del vía-crucis.

Durante algunos minutos, una manifestación con menos de 500 personas en contra del gobernador de Rio de Janeiro Sergio Cabral coincidió en la avenida de la playa con los peregrinos y se produjo algún pequeño roce entre ambos, si bien no hubo incidentes violentos en esta protesta.

Antes del Vía Crucis en Copacabana, el Papa participó de un emotivo evento con ocho jóvenes presos, a los que les exclamó: "¡Violencia no, sólo amor, Candelaria nunca más!" en referencia a la matanza llevada a cabo por policías con ocho mendigos en 1993 frente a la Iglesia de la Candelaria en el centro de Rio.

El lodazal en que se convirtió el terreno donde estaba prevista el Vía Crucis, en Guaratiba, a unos 50 kilómetros de Rio, emplazó a más de un millón de fieles de nuevo a la playa de Copacabana, donde acompañó durante todo el día una temperatura mejor que el jueves y sin precipitaciones. El sábado, de nuevo, la misa tendrá lugar en Copacabana.

Tomado de EL MUNDO; ESPAÑA

El mandatario será intervenido quirúrgicamente el próximo 31 de julio por un quiste en la glándula tiroidea. Un vocero de la Presidencia aclaró que el tumor es benigno

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, será sometido a una operación el próximo 31 de julio debido a un nódulo tiroideo, de acuerdo con un comunicado de la Presidencia difundido este miércoles.

“Será intervenido quirúrgicamente para retirarle un nódulo tiroideo. Se trata de una cirugía programada con duración aproximada de una hora y treinta minutos, misma que se le practicará en el Hospital Central Militar", indica la nota de prensa.

El mandatario tendrá un período de recuperación de cuatro días en la Residencia Oficial de Los Pinos, según añade el periódico mexicano Excélsior.

Si bien el comunicado no aclara si podría tratarse de cáncer, por lo general, la extirpación de un nódulo tiroideo responde a la necesidad de estudiarlo para determinar si es un tumor maligno. No obstante, un vocero de la Presidencia aclaró más tarde que el quiste es "benigno".

Los mandatarios de Venezuela y Colombia finalmente rompieron el hielo tras semanas de cortocircuitos.  La cita se lleva a cabo en Puerto Ayacucho, estado Amazonas.

Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Colombia, Juan Manuel Santos, se reunieron en la región de Amazonas, en el sur de Venezuela, en un esfuerzo por superar recientes diferencias políticas.

Maduro llegó primero al lugar de la cita para pasar revista a las fuerzas asentadas en la VII Brigada Fluvial de Infantería del Ejército en la región de Amazonas, donde dijo que Venezuela y Colombia son dos repúblicas que están obligadas a "vivir juntas y en paz".

El encuentro arrancó en una localidad cercana a la frontera binacional, a donde Maduro llegó con una comitiva de varios de sus ministros y asesores antes de que arribara su par colombiano. Santos llegó luego acompañado por la canciller María Ángela Holguín y fueron recibidos en el aeropuerto por el canciller venezolano Elías Jaua.

Esta es la primera reunión entre Maduro y Santos después de que el gobernante venezolano asumiera el poder el 19 de abril, y se realiza después del impasse que estalló en mayo con la visita a Bogotá del líder opositor Henrique Capriles, quien fue recibido por Santos en un encuentro privado, lo que provocó un sonoro reclamo de Caracas.

"Hoy es un día lleno de sol, de bendiciones, de esta luz que hoy nos debe iluminar porque vamos a un encuentro muy importante para la paz y prosperidad de estas dos repúblicas fundadas por la espada de Simón Bolívar. Bolívar fundó estas dos repúblicas que estamos mandadas para vivir juntas por siempre", dijo Maduro antes de comenzar el encuentro.

Agregó que los presidentes de Venezuela y Colombia están obligados a representar el corazón de "dos pueblos que piden paz y unión"."Hoy venimos aquí con buena fe y con el corazón abierto de la Venezuela bolivariana, para seguir construyendo el único camino que tenemos, que es la paz y la prosperidad de nuestros pueblos", indicó y adelantó que con Santos tendrá un diálogo "franco".

Maduro recalcó que a los países que están divididos y a los débiles "no los respeta nadie, los poderosos sólo respetan a los que tenemos claros los objetivos sudamericanos y tenemos dignidad".

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibirá este lunes a su par colombiano Juan Manuel Santos en la ciudad fronteriza de Puerto Ayacucho, en momentos en que el líder de la oposición Henrique Capriles mantiene su ofensiva de denuncia internacional del "fraude" en las elecciones presidenciales del 14 de abril pasado.

Las relaciones entre ambos países se tensaron luego de que Santos recibiera a Capriles en mayo en la casa presidencial, en el marco de una gira regional para denunciar los resultados de las elecciones de abril que ha impugnado ante el Tribunal Supremo.

Tras la reunión, Maduro denunció que desde "los más altos poderes del Estado" colombiano se conspiraba para derrocarlo y hasta asesinarlo, y que el líder opositor venezolano buscó allí ayuda en ese empeño.

Santos ha alegado que las diferencias con Maduro se originaron por "malas interpretaciones" de su encuentro con Capriles, lo cual buscará aclarar en la cita de este lunes. El ministro venezolano de Exteriores, Elías Jaua, dijo, por su parte, que espera que el encuentro presidencial permita retomar el camino de las "buenas relaciones entre dos países hermanos".

El colombiano era el único gobernante en recibir a Capriles, quien tilda a Maduro de "enchufado e ilegítimo", hasta que el viernes pasado hizo lo mismo el mandatario de Chile, Sebastián Piñera. Este encuentro también desató la ira chavista, aunque en menor medida.

"Ahora la derecha se fue a buscar a Pinochet. Ustedes sepan que hubo una cena en Santiago de Chile, y el anfitrión de la cena fue vicecanciller de Pinochet en la época de las torturas y de los desaparecidos en Chile", dijo el sábado sobre Jovino Novoa, subsecretario general de la dictadora chilena y actual senador.