El Gobierno de Rousseff subió las apuestas antes de la reunión del G-20 al afirmar que podría limitar su contribución a un aumento del financiamiento planeado para el organismo, a menos que haya promesas firmes de darle mayor voz a los países emergentes

El G-20, creado en 1999 después de la crisis financiera asiática como una forma de forjar vínculos más fuertes entre economías desarrolladas y emergentes, se convirtió en la principal entidad global de toma de decisiones tras la crisis del 2008. Sin embargo, su autoridad se ha visto minada debido a que los estados miembros han perseguido sus propios intereses.

Brasil dejó en claro que usará la reunión para insistir en una mayor voz en el FMI. El poder de voto en la entidad está actualmente en manos de los Estados Unidos y otras potencias desarrolladas. "Estamos frustrados porque vemos que países que saben que perderán influencia se están resistiendo a la fórmula (de cuoteo)", lamentó un alto funcionario gubernamental brasileño, quien solicitó el anonimato para poder hablar más libremente. "El monto de los recursos adicionales (para el FMI) sigue abierto. Podría ser más de 10.000 millones (de dólares) o menos", agregó.

La Unión Europea ha dicho que reducirá en dos el número de sillones que ocupa en el directorio del FMI para el otoño boreal de este año, pero fuentes del G-20 declararon a Reuters bajo condición de anonimato que eran pesimistas respecto a un acuerdo en esa fecha.

China, la India, Rusia y México son algunos de los países que aún deben revelar cuánto se comprometerán a entregar al FMI, aunque los montos finales deberían quedar establecidos en la cumbre en Los Cabos.

Una fuente europea dijo que los países estaban esperando ver con cuánto contribuirá China y bajo qué condiciones. Pekín estaría considerando unos 60.000 millones de dólares, sobre un total de 430.000 millones de dólares adicionales que recibirá del FMI.

Los llamados países BRICS, conformados por Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica, se reunirán en forma privada el 18 de junio.

Plan de acción para el crecimiento

Aunque los mercados están escépticos respecto a un acuerdo alcanzado el sábado por ministros de la zona euro para entregar a España hasta 125.000 millones de dólares para recapitalizar a sus bancos, el presidente de México, Felipe Calderón, afirmó que la medida podría ser un importante paso hacia la resolución de la crisis de deuda de la región.

"Las decisiones que fueron anunciadas el fin de semana pasado abren verdaderamente la posibilidad a que se genere también una solución para el caso español y con ello se recorra un enorme tramo en la solución del problema de coyuntura europeo", declaró el mandatario. Y agregó: "(El plan de acción) no sólo incluirá medidas para confrontar y resolver la crisis europea, que es en último término una crisis económica, sino también adelantar medidas concretas sobre políticas públicas en áreas claves en lo que concierne a los impuestos, las finanzas y la política monetaria,  que ayudarán a impulsar al crecimiento global en el largo plazo".

Existe un creciente impulso en la zona euro, liderado por el recién elegido presidente de Francia, François Hollande, de hacer más para estimular el crecimiento económico y no sólo concentrarse en la reducción de los déficits fiscales. Sin embargo, Alemania, que favorece la austeridad, está ansioso por enfocarse en otras áreas potencialmente problemáticas, como la combinación de aumentos tributarios y recortes de gastos que afectarán a los Estados Unidos este año, lo que ha sido llamado el "precipicio fiscal".

"La zona euro será un tópico, pero como europeos pensamos que deberíamos hablar de otros temas en relación a la economía global que van más allá de la zona euro, como la consolidación fiscal en los Estados Unidos, la flexibilidad monetaria en China y reformas estructurales en los mercados emergentes", opinó un funcionario alemán a Reuters. "Creemos que cuando hablamos de crecimiento global es importante mirar más allá de la zona euro, no limitar la discusión a Europa", agregó.

Funcionarios alemanes también dejaron en claro que quieren separar una discusión sobre los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y un debate sobre la reforma de los poderes de votación del prestamista global, poniendo a Alemania en conflicto con Brasil.

Sus presidentes le dieron vida a la Alianza del Pacífico, que aspira a convertirse en el mecanismo de integración más dinámico de América Latina y en su principal motor. Su mira apuntará a los mercados asiáticos

Con 215 millones de consumidores y 500 millones de dólares en exportaciones, el bloque anunció que avanzará en la liberalización del tránsito de bienes, servicios y trabajadores. "Es el proceso de integración más importante de América latina", sostuvo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, palabras refrendadas por su par de México, Felipe Calderón.

Juan Carlos I hizo una crítica solapada hacia la Argentina al destacar el compromiso del gigante sudamericano, al que llamó "la potencia del presente", con las empresas españolas. Rousseff pidió diversificar la cooperación

El rey expresó a la presidente brasileña, Dilma Rousseff, la voluntad de los empresarios españoles de invertir en Brasil por ser un país que "ha entendido bien" que las economías que "mejor respetan el principio de seguridad jurídica" son "las que más bienestar ofrecen a sus ciudadanos".

Sin aludir al contencioso con Argentina por la expropiación de YPF a Repsol, el monarca ha reafirmado así el compromiso empresarial español con Brasil durante el brindis del almuerzo ofrecido por Rousseff en su honor en el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde el rey concluyó una visita de trabajo de importante contenido económico.

En sus palabras de respuesta, Rousseff apostó por ampliar y diversificar la cooperación empresarial hispano-brasileña y expresó su confianza en la creatividad y fuerza del pueblo español ante las dificultades económicas, con la seguridad de que los esfuerzos de España para superar la crisis europea serán muy exitosos.

La presidente brasileña, que asintió sonriente, con un gesto de confirmación, cuando el Rey le dijo que a España le satisfará contar con su presencia en la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, señaló que la estabilidad presupuestaria no es incompatible con políticas de estímulo del crecimiento y subrayó que Brasil explorará nuevas alianzas con empresas españolas.

Entre otros ámbitos de colaboración que ofrecen "enormes oportunidades", Rousseff mencionó los sectores de infraestructuras, transportes, energía y telecomunicaciones, así como proyectos conjuntos en defensa, investigación científica y tecnología de la información.

En el primer viaje al extranjero desde su intervención quirúrgica en la cadera -que es también su primera visita de trabajo a otro país desde la llegada del PP al gobierno español-, el Rey acudió a Brasilia acompañado por una veintena de empresarios españoles, entre ellos los presidentes del Banco Santander, Repsol, Telefónica, Iberdrola, Indra e Iberia.

Abengoa, Elecnor, Gas Natural Fenosa, Isolux-Corsa, Talgo, Navantia, OHL e Islalink forman también parte de la delegación empresarial que acompaña al monarca, encabezada por el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, y en la que participa el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Manuel Teruel.

Ante la presidente Rousseff y los empresarios españoles y brasileños asistentes al almuerzo, el Rey destacó la determinación de España para superar la crisis "desde la solidez de sus instituciones" y la "excelencia" de su capital humano, y subrayó que el gobierno español "está también acometiendo reformas de gran calado que no tardarán en dar fruto".

España trabaja con sus socios europeos para "estabilizar los mercados financieros, reducir los intereses de la deuda pública y fortalecer el proyecto del euro", resaltó también el monarca en su discurso, que incluyó varios párrafos en portugués y en el que resaltó que ambos países pueden "aportar mucho a la superación de la crisis" y cooperar "para una mejor gobernanza económica global".

Tras definir a Brasil como "la potencia del presente", apoyarlo en sus intentos de lograr mayor protagonismo en las instituciones internacionales y ensalzar la apertura de su economía, Juan Carlos I confió en que Rousseff firme, en su próxima visita a España, un documento que ponga al día el Plan de Asociación Estratégica de 2003 en terrenos como defensa, ciencia o cultura.

Destacó que España ofrecerá, para el próximo curso, más de 1.500 plazas en carreras técnicas a estudiantes brasileños y prácticas de formación a graduados de esta nacionalidad, al tiempo que se felicitó por el éxito de la implantación de la lengua española en la enseñanza secundaria de Brasil. Tampoco olvidó mencionar las iniciativas impulsadas este lunes mismo en Madrid por el gobierno español para agilizar los trámites que faciliten la entrada de ciudadanos brasileños en España.

Además de los contactos que mantuvieron empresarios españoles y brasileños, Rosell firmó con el presidente de la patronal brasileña CNI, Robson Braga de Andrade, un acuerdo de colaboración por el que la CEOE se compromete a promover las relaciones económicas de Brasil con la UE y ambas organizaciones apuestan por cooperar en otros países latinoamericanos y europeos.

El Rey, que camina ayudado por una muleta, fue recibido antes en el palacio presidencial de Planalto por Rousseff, que se interesó por su salud al estrecharle la mano, antes de dirigirse ambos a un encuentro al que asistieron los ministros de Exteriores de ambos países, el español José Manuel García-Margallo y el brasileño Antonio Patriota, y los titulares brasileños de Hacienda y Educación.

Al almuerzo en Itamaraty, cuyas mesas estaban identificadas con los nombres de artistas de los dos países, asistieron los ministros brasileños de Exteriores, Industria y Comercio, Justicia y Relaciones Institucionales, además del líder de la patronal CNI, la presidente de Petrobras y los presidentes de los principales grupos de construcción, industria y alimentación.